"La censura franquista en el cartel de cine" muestra cómo el régimen se las ingenió para que su país no conociera lo que entonces las musas del cine regalaban al mundo.
Su autor, Bienvenido Llopis, tuvo la idea de recopilar todo el material cinematográfico censurado hace 28 años. Para eso viajó por todo el país buscando muestras y recogiendo testimonios de figuras relacionadas con la industria del séptimo arte.
Según cuenta Llopis en una entrevista a la agencia de noticias EFE, el trabajo de tapar o extender los vestuario estaba, en el 99% de los casos, en manos de artistas españoles contratados por las distribuidoras de películas específicamente para eso. Como obviamente no existía el Photoshop, la técnica consistía en añadir unos sobrepuestos de telas en las imágenes, que después se reproducirían en las cintas o en los afiches publicitarios de las mismas.
Cualquier imagen que tuviera una mínima cuota de erotismo o que apenas insinuara el busto o las piernas de una mujer, era objeto de censura.
Hasta el propio nombre de los artistas era falsificado, como fue el caso de Charles Chaplin, quien fue presentado como "Carlitos", y sin cabeza, en los afiches de "Shanghaied" ("El marino"), película del año 1915; o la total inexistencia de escenas clásicas del cine, como en la que se apuñala a una desnuda Janet Leight en "Piscosis" (1960). Claro que algunas cintas ícono ni siquiera llegaron a España, como fue el caso de "Desayuno en Tiffany's" (1961).
En 312 páginas, este libro revisa otros escotes, como los de Sara Montiel, Brigitte Bardot y Ava Gardner. En el caso de Joan Fontaine -quien acaba de morir-, lo tapado fueron sus hombros.
Según el autor de la publicación que desnuda la prohibición de cualquier manifestación artística, esta permaneció "por muchos años más", incluso después del decreto de 1977 que abolió legalmente la censura.
