La fama le llegó gracias a una audaz campaña en las redes sociales. Hoy el actor viñamarino de 30 años y triunfador en Vértigo, protagoniza una serie web filmada en Nueva York, actúa una escena para un concurso convocado por Tarantino, trabaja en teatro y prepara dos películas.
"¡Ey, Koke! ¿una fotito?", le pide la gente en la calle una y otra vez al "loco de las 42 frases" -las del Censo, los conductores ebrios, los deportistas y muchos más-, quien no se hace problemas para saludar y abrazar a perfectos desconocidos que lo palmotean como a un viejo amigo, le preguntan dónde va a cenar esta Navidad y le cuentan sus propios planes.
Luego se alejan felices con el trofeo de una imagen que adornará sus páginas en Facebook o que enviarán de inmediato a viajar por Twitter.
-¿Cómo se vive esto de ser famoso?
-Contento y con un poco de susto. Muchos no distinguen entre la persona que soy y el personaje que hice en las series de 42 preguntas, con el que me identifican. Son cómplices del personaje y desde él se relacionan conmigo, con un cariño que me hace bien. Pero de repente piden cosas insólitas y a través de Twitter me proponen de todo, o viven historias conmigo de las que yo no soy parte. Es raro eso.
Cuenta que no votó en las pasadas elecciones porque "quedaba muy lejos ir a Viña. Elegí ir a un parque y visitar a mi mamá. No sentí que ningún candidato me representara, así que me regalé el día".
Según él, siempre fue "izquierdoso". En el colegio le decían comunista y en las elecciones del 2009 habría preferido que ganara Jorge Arrate, mientras en las que acaban de terminar se interesó un tiempo por Parisi: "Me gustó eso de que se parara por su propia cuenta a decir qué y cómo haría para cambiar lo que no nos gusta. Hasta que hizo lo necesario para que no votara por él en la primera vuelta...".
-¿Y qué fue eso?
-Ponerse en la misma parada de todos, enredarse en la pelea chica. Alguna vez voté por Bachelet, para que no salieran los otros. Ahora no me gustó su actitud, eso de quedarse callada, de no dejar saber qué piensa ni comprometerse. Matthei no fue opción. Yo era chico cuando pasó lo de la grabadora Kioto y su pelea con Piñera. Me quedó muy grabada esa historia y tengo claro que no se puede elegir a alguien que miente tanto.
Disponible en el canal "Gringolandia" de Youtube, la serie web de igual nombre protagonizada por Santa Ana estrenó en noviembre pasado sus primeros seis capítulos, filmados en junio pasado en Nueva York. Por estos días buscan auspiciadores para la segunda temporada. Nada improbable, considerando que el primer capítulo tiene a la fecha 180.846 reproducciones y seguidores en Estados Unidos y Chile.
Koke interpreta a Peter, un chileno agobiado por problemas económicos que parte a Estados Unidos con su polola norteamericana Stacey, para crear una cadena de carritos dedicados a la venta de "completos", con la cual se proponen irrumpir en el mercado neoyorquino de los hot-dogs callejeros.
"Gringolandia es un proyecto para el que el director, Cristóbal Ross, se preparó toda la vida. El vive en Nueva York y me conoció a través de las 42 frases (idea de la productora Woki Toki). Me ubicó, me dijo que no había muchas lucas, pero sí una posibilidad interesante de innovar y crear un nuevo espacio en el mercado audiovisual. Partí feliz. No había plata para hoteles, así que yo alojaba en el set", cuenta el actor.
Viajó con la pregunta: "¿Funcionará este elenco con cuatro actores norteamericanos donde voy a ser el único chileno?". Y funcionó muy bien, asegura, lo que a su juicio es sobre todo mérito del director, el mismo con el cual iniciarán en marzo de 2014 la grabación de la segunda temporada.
-¿Cómo te arreglaste con el idioma?
-Bien. Hablo inglés y hasta imito acentos. Allá pasaba por gringo a veces. La otra vez estuve en Brasil y aunque no hablo ni gota de portugués, imitaba el acento y todos me entendían.
Dice estar encantado con la serie, "porque trabajar para internet es más libre. Menos censura en los contenidos, menos estereotipos en la actuación, más espacio para ser creativo y yo creo que por eso me ha ido bien. Soy medio porfiado para seguir estilos predefinidos y, al final, como sin querer queriendo termino por imponer mis formas. Mi objetivo es que cuando ven a los personajes que hago, la gente no piense que está frente a un actor, sino que yo soy el personaje. Y me resulta. No sólo cuando hago roles divertidos, pero en esos disfruto más".
-¿Es cierto eso de que Nueva York es la ciudad que nunca duerme?
-Yo encontré que duermen mucho. Los carretes empiezan a las 19.30 o 20.00 horas, y terminan a las 02.00. Después cierran los locales. "Más prendido Valparaíso que la city esta", decía yo, hasta que una noche, como en uno de esos episodios de Sex&The City, me metí por unos callejones y de repente llegué a una fiesta increíble. Afuera de un local había una fila de pura gente preciosa. Modelos mujeres y hombres, y también drag queens impresionantes.
-¿Lograste entrar?
-Sí. Como eran tan estilosos, me acuerdo de que me rompí la polera, me doblé los pantalones como los demás y cuando llegué a la puerta pasé el carnet. Lo miraron raro, les dije 'Soy chileno' y listo: ¡pa'dentro Santa Ana!
-¿Qué tal la fiesta?
-Subimos a un ascensor hasta el piso 18. En la azotea estaba la pista de baile, que adentro tenía un jacuzzi. Nadie me pescaba y yo estaba deslumbrado con las modelos. Reconocí un tipo del E! Entertainment. Había una barra larga con un solo barman y cuando me tocó el turno, miré en la lista de tragos y no supe qué pedir. Un tipo se me acercó y me dijo: "¿Problemas para comprar el copete?". Le expliqué que no entendía el listado porque tenía nombres muy raros. Me preguntó qué quería y lo pidió. No me dejó pagar, dijo: "Bienvenido a New York" y se perdió en el gentío. Lo increíble es que parece que era el que la llevaba en la fiesta, un diseñador supongo. Y como él se acercó a mí, cuando se fue todos se me acercaron a preguntarme cómo lo conocía... ¡Lo pasé increíble!
El 2014 estará marcado por el cine. Koke ganó junto al director Fernando Lavanderos un fondo estatal gracias al cual proyectan iniciar la filmación el primer semestre de una película aún sin nombre y que -dice el actor- "es un experimento del que no puedo hablar".
Su segundo proyecto cinematográfico es con Fabricio Copano, y además está en barbecho la continuidad de una escena de western, con Santa Ana de protagonista, que fue postulada por el director Pablo Roldán a un concurso convocado por Quentin Tarantino y en el cual resultó ganador. Lo curioso es que Koke les tiene miedo a los caballos, pese a lo cual trabajó un segundo corto en la línea western con el mismo Roldán.
En paralelo desarrolla un montaje teatral con el grupo La Mancha y desde octubre incorporó a su vida a una manager que le organiza agendas, se entiende con periodistas y agiliza contratos.
"Hubo un tiempo en que mi trabajo era buscar trabajo, inventarme las lucas. Actué en las micros del Transantiago, vendí teléfonos, fui extra, hice cosas muy raras. Lo bueno es que ahora me buscan, me ofrecen oportunidades y yo, que necesito estar muy ocupado para estar relajado, ando corriendo de un lado a otro, urgido, pero feliz".
"Lo bueno es que ahora me buscan, me ofrecen oportunidades y yo, que necesito estar muy ocupado para estar
relajado, ando corriendo de un lado a otro, urgido, pero feliz".
Titulado en la Escuela de Actuación de Consuelo Holzapfel, lamenta su cierre a consecuencia de la debacle de la Universidad del Mar, a la que estaba asociada. "La de Consuelo era muy distinta a otras escuelas -dice Koke-. Menos fijados en las reglas formales, era una escuela más como del corazón. Y eso era bueno para mí, porque yo no aprendo mucho a la fuerza. Puedo ser súper disciplinado, pero funciono mejor cuando me encanto con lo que hago."
-¿Qué te imaginas haciendo en 20 años más?
-Nada muy claro, pero tengo como una fijación con México, quiero estar y vivir allá. Aunque mi sueño máximo es mi banda de música, la Manola Guerrero. Hago letras y canto. Este 2014 quisiera que sea el año de nuestro primer disco.
-¿En México con familia? ¿Con hijos?
-Mi familia no es muy unida, así que he armado familia también con mis amigos. Me gustaría tener hijos hombres y ojalá de 12 años para arriba (se ríe). Esa etapa en que son como cómplices del papá. Yo soy medio la decepción de mi padre que, en sus tiempos, llegó a jugar con Pato Yáñez por San Luis. No me gustaba el fútbol y yo creo que tiene que ver con que a mi mamá le cargaba. Me habría gustado crecer más apegado a mi padre. Me gusta la idea de hijos hombres, porque entre los Santa Ana quedamos sólo dos primos y yo. Yo soy el único entre tres hermanas.
-¿Estás en pareja?
-No. Estoy felizmente soltero. Terminé una relación hace poco y quiero tiempo y calma antes de empezar otra. Soy de esos tipos híper románticos que buscan como la "princesa azul", pero atraigo a personas complicadas y lo paso mal.
-¿Cómo es tu princesa azul? Siendo el chico de las redes sociales, ¿la buscas allí?
-Común y corriente, como yo. Que sea relajada y tenga sentido del humor, me encanta el humor absurdo. Pero cero posibilidades a través de las redes. Yo no conozco gente por internet; o en vivo y en directo, o nada.
