Aunque, a fines de los setenta, Andy Kaufman era célebre por protagonizar la serie "Taxi" y el programa "Saturday Night Live"; su mito fue contruido por sus delirantes rutinas de stand-up comedy .

En ellas era capaz de aburrir intencionalmente al público leyendo "El gran Gatsby" durante 10 minutos. Ante las quejas del público, les preguntaba si preferían escuchar música. Ellos, como era de esperarse, le decían que sí, y él ponía un cassette de él mismo leyendo.

Pero lo que más llamaba la atención eran sus imitaciones de Elvis Presley. Para muchos, el mejor doble que el cantante haya tenido. Y, bajo esta lógica, no resulta tan extraño que haya sido capaz de inventar su propia muerte en 1984, a los 35 años, de cáncer de pulmón. Tal como, tantos dicen, lo hizo el "Rey del rock" (sin haberse podido comprobar jamás).

En el caso de Kaufman fue su hermano Michael quien declaró en los premios "Andy Kaufman Awards", en Nueva York, que encontró entre los papeles de Andy un escrito donde planificaba su muerte y aseguraba que aparecería en la Navidad de 1999 en una cafetería.

Cuando él fue a ese lugar, alguien le entregó una carta en la que relataba cómo se había retirado de la vida píblica para vivir con la mujer que amaba y que tenía una hija. Inmediatamente la hizo pasar al escenario.

"No fue una broma", aseguró a "The Hollywood Reporter" Al Parinello, amigo del comediante y productor de estos premios. El video de la supuesta hija ya está en YouTube

Nada tan delirante para un hombre que le gustaba pelear con mujeres en barro, polemizar con líderes espirituales (al Maharishi indio lo obligó a responderle sobre los temas de "la masturbación y la locura") y usar acentos extraños para contar chistes horribles que buscaban aburrir a sus seguidores. Además, cantaba en vivo la canción de "El super ratón", trataba mal a un amigo escondido entre los espectadores y tocaba los bongós de forma "extraordinaria" según testigos.

Todos estos excesos se pueden chequear en la película "Man on the moon" (1999) -conocida acá como "El mundo de Andy"- de Milos Forman, donde es encarnado por Jim Carrey.

Dustin Hoffman alguna vez declaró: "Durante los primeros diez minutos de su número, la mitad del público se fue. Pobre tipo, pensé. Y entonces, de golpe, cambió de imbécil a genio. Nunca había visto ni volví a ver algo así. Era como ser testigo de un ataque de nervios en cámara lenta".