Un posteo que hizo hace dos años en Facebook se transformó en la pesadilla que actualmente vive María Isabel Sáenz-Villarreal, la directora del departamento de Castellano de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE).

Ella es una de los académicos que, según el columnista de El Mercurio Gonzalo Rojas, es perseguida y hostigada por un grupo de estudiantes que desde la noche del 8 de mayo se tomaron -en forma indefinida- las dependencias de dicho departamento del recinto universitario de calle Macul.

La molestia estudiantil se refleja en insultantes rayados y carteles que aparecieron en el plantel pidiendo la remoción de cuatro académicos acusados de "defraudar al fisco" por hacer clases en otra universidad.

El lunes recién pasado la mujer, quien lleva más de un mes con licencia médica por problemas al sistema nervioso central, fue suspendida provisoriamente de sus funciones para dar paso a un sumario instruido por la contraloría interna de la universidad: Se busca determinar si hubo -como dicen los estudiantes- irregularidades en el control de asistencia y cumplimiento de jornada laboral de los académicos; si se cumplió con el libro de asistencia y si hay efectivamente superposición de jornada de profesores de la UMCE con labores realizadas en otros establecimientos.

En paralelo los estudiantes acordaron con la rectoría concluir la toma de Castellano que sostenían desde hace cinco meses y volver a clases este lunes 30 de septiembre. De hecho, durante la jornada de este viernes se realizaban trabajos de reparación (como cambios de vidrios rotos) y limpieza de salas para reanudar las actividades sin inconvenientes.

Portafolio "muy grande" para tener más peso

Desde que empezaron las movilizaciones en mayo, los estudiantes pusieron en tela de juicio a ciertos académicos. Puntualmente a cuatro de los siete que hay de planta (hay otros nueve que ejercen a honorarios o contrata).

Indagando en Google, consultando en entidades públicas (como la Contraloría y el Mineduc) y "preguntando a abogados" los jóvenes comenzaron a preparar un dossier para demostrar el presunto fraude al fisco. "Hay que tener todos los documentos aunque sean negativos, hay que hacer un portafolio muy grande para que tengamos peso", acordaron los estudiantes en la asamblea del 3 de junio.

Una semana antes, en la asamblea del 22 de mayo, los jóvenes ya individualizaban a Sáenz-Villarroel como la persona a quien acusarían por "no cumplir con las funciones estatales por las que les paga el Estado".

Al contactarse «La Segunda Sábado» con la Federación de Estudiantes del Pedagógico (FEP) para ahondar en el tema que afecta al Centro de Alumnos de Castellano sólo respondieron escuetamente y por escrito: "Por decisión de los estudiantes, no daremos declaraciones al respecto".

"Ninguno de los profesores acusados ha vulnerado alguna disposición"

Las acusaciones se basan en que la profesora hacía diez horas de clases en la Universidad Internacional SEK que sumaba a las 44 horas estipuladas en la UMCE. Tal como ella, otros cuatro académicos hacían lo mismo, pero a uno de ellos nunca se mencionó en la denuncia de los estudiantes.

"En el reglamento académico no se dice nada de la asistencia. Sólo se habla de 44 horas, de las cuales 5 son de colación. Entonces como no está establecido, lo que rige es el estatuto administrativo, que permite hasta 12 horas", explica Sáenz-Villarreal.

Por lo que "ninguno de los profesores acusados ha vulnerado alguna disposición".

Sáenz-Villarreal está convencida que todo esto se debe a una venganza por motivos políticos.

Y que simplemente tomaron como excusa el mensaje que ella posteó a Sebastián Piñera en donde le decía: "No hay que aflojar Presidente. La calidad de la educación es un pretexto para no dejarlo gobernar".

"Ellos tomaron de mi Facebook algo que escribí en 2011. Era lo que pensaba en ese entonces y sigo pensando igual. Es mi derecho", plantea Sáenz-Villarreal , la única de los cuatro académicos que accedió a hablar públicamente sobre el acoso que presuntamente sufre.

A ella y a sus colegas, la tildan de "viejos fascistas". Epítetos que Sáenz-Villarreal rechaza porque "para ese grupo son fascistas todos aquellos que no piensan como ellos. Y yo estoy muy contenta de no pensar como ellos".

El 21 de junio la Asociación de Académicos y la Asociación de Profesionales y Técnicos de la UMCE emitieron un comunicado llamando a "no aceptar prácticas que violenten o lesionen la dignidad de las personas".

Pero el llamado "no tuvo ningún efecto", dice la mujer quien recuerda que pese a que el reglamento disciplinario de los alumnos considera "falta grave" conductas que afecten la dignidad de las personas, hasta ahora ningún alumno ha sido amonestado.

-¿Qué ha hecho la universidad en todo eso?

-El rector es muy politiquero. Y al principio se corrió, después asumió algo, pero él no está dispuesto a que los estudiantes se pongan en su contra. El siempre va a cortar por lo más delgado y aquí era yo. Lo bueno que he recibido respaldo de alumnos, ex alumnos que me mandan e-mails muy cariñosos.

Lamenta que ahora se pierda el sentido del respeto que hasta hace un par de años imperaba: "Antes los estudiantes venían y nos avisaban que se tomarían el departamento y nos pedían que sacáramos lo de valor para evitar problemas. Entonces yo avisaba a los académicos, se sacaba todo lo que había que sacar y los dejaba con estufas, cafecito y todo. Nunca entraron a nuestras oficinas. Nunca hubo un desmán... Ahora, los del 2011 y los de ahora, entran descerrajando, con violencia...".

Y a modo de corolario reflexiona: "Y claro, le tiraron un jarro de agua a una ministra y no les pasó nada; escupen a la ex Presidenta de la República y no pasa nada..."