Además de elegir Presidente y miembros del Congreso en noviembre, por primera vez los ciudadanos deberán escoger a consejeros regionales: Sólo en Santiago serán 34 miembros, 8 más que los actuales. «La Segunda Sábado» conoció cómo operan. Y aunque su dieta supera ligeramente los $700 mil (no son de dedicación exclusiva), ya hay nombres interesados en dar la pelea electoral por ganar uno de sus cupos: Cathy Barriga, Marcelo Trivelli y María Antonieta Saa, entre ellos.
Un gásfiter, un economista, una profesora, ingenieros, empresarios, relacionadores públicos y hasta un cirujano dental son parte de los 26 miembros del Consejo Regional Metropolitano (Core), de quienes -con reuniones plenarias dos veces al mes, visitas a terreno y trabajo de comisiones- basta un sí o un no para inclinar la balanza de la inversión regional de la capital, la cual este año cuenta con un presupuesto de $85 mil 813 millones (los llamados FNDR, Fondo Nacional de Desarrollo Regional).
Si bien han hecho esfuerzos para promover y transparentar su trabajo con la página web, una cuenta Twitter y transmisión streaming (vía internet) de las sesiones plenarias, su labor sigue siendo bastante desconocida en Santiago.
«La Segunda Sábado» quiso conocer cómo trabaja este grupo, que desde este año cambiará radicalmente su forma de elección: Ya no los escogerán los concejos comunales, sino que este 17 de noviembre los ciudadanos recibirán una cuarta papeleta de votación -además de la de Presidente, diputados y senadores-, para escoger su consejero regional (core).
Desde que se habilitó el edificio de Bandera 46 (donde está el gobierno regional), las reuniones de pleno ya no se hacen en la Intendencia, como era lo tradicional. Las nuevas dependencias son bastante modernas y hay espacio para recibir la visita de cualquier ciudadano así como la de representantes de organismos y alcaldes postulantes a fondos.
Aunque hay una dinámica formal (lectura de acta y tabla de temas), una sesión tipo opera como un "parlamento chico", con sus consejeros más preocupados de comunicarse por teléfono, revisar sus correos electrónicos, twittear o hablar con su compañero de asiento.
Sólo al votarse algún acuerdo (en promedio se adoptan diez por sesión) se logra algo más de atención.
Nuevas reformas
Un proyecto en el Congreso promete romper con el paradigma de los actuales gobiernos regionales: " Es el cambio más importante y más radical desde que existen. Estamos tratando de que los Cores dejen de ser unos órganos exclusivamente aprobadores de proyectos para transformarlos en una institución que planifique el desarrollo estratégico, económico y social", asegura el subsecretario de Desarrollo Social, Miguel Flores , en alusión al proyecto que está en el Senado.
Si bien se les mantiene la facultad de seguir aprobando los fondos regionales, les permitirá asumir nuevas atribuciones: mediante un acuerdo convenido con ministerios podrán enfocar sus esfuerzos a las necesidades reales de cada zona.
"Nuestra estrategia es que el proyecto esté vigente en marzo, cuando asuma la nueva estructura: Se asemejará más a la relación que existe entre el Ejecutivo y el Poder Legislativo, dado que el intendente será la cabeza del Ejecutivo y el Core operará como un Congreso a nivel local", finaliza Flores.
Ya hay candidatos para una elección compleja
Conocidas figuras están preparándose para inscribir sus candidaturas antes del 19 de agosto para competir por uno de los 34 cupos de Cores que hay en la Región Metropolitana.
A ex gobernadores, ex alcaldes y actuales consejeros regionales se suman algunos nombres como el de la diputada María Antonieta Saa (PPD) , la ex "robotina" Cathy Barriga (UDI), el ex intendente Marcelo Trivelli (PRO) y la ex concejala por La Reina Elizabeth Armstrong (por RN).
Sin embargo, reclutar interesados no ha sido fácil. El ex core y ministro PPD Francisco Vidal ve con preocupación que la falta de financiamiento para la campaña inhiba la llegada de nuevos rostros para el consejo regional, considerando, además, que la dieta asociada al cargo no supera los $700 mil mensuales (no es de dedicación exclusiva).
Según la ley, el gasto en campaña en la circunscripción Santiago Norponiente, por ejemplo, tendría un tope de $234 millones 500 mil, mucho mayor a la de un diputado (pues suma varios distritos). Vidal explica que generalmente el financiamiento público cubre sólo un tercio del gasto real; el otro tercio, en el caso de los parlamentarios, lo aporta su partido y el resto sale del bolsillo del mismo candidato, generalmente vía crédito. Agrega que como lo más seguro es que los partidos prioricen la presidencial y parlamentaria, los aspirantes a core quederán más solos.
"No hay relación entre el gasto electoral con la actividad del core y su remuneración. La posibilidad es que los cores se cuelguen de la campaña presidencial y parlamentaria", señala.
