Cultura/Espectáculos
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Los desafíos del arte en provincia, según Justo Pastor Mellado

El curador y crítico de arte celebra haberles torcido la mano a sus "enemigos", que no le daban ni tres meses como director. Y se enorgullece por haber construido una inédita conjunción de centro comunitario, lugar de residencia y gran escenario para artistas de la zona.  

por:  La Segunda / Juan Carlos Ramírez F.
martes, 18 de junio de 2013

Un documental de Raúl Ruiz ("Historias de hielo") en el computador. Una mesa repleta de textos, entre ellos una copia -en francés- de "La esfinge de los hielos", de Julio Verne. Una bicicleta con un pequeño bolso incorporado. Un pizarrón con un mapa conceptual ("cuerpo", "imagen", "ciudad abierta"). Una cafetera humeante.

La oficina del crítico de arte, curador y director del Parque Cultural de Valparaíso (PCdV), Justo Pastor Mellado (64), está en permanente ebullición de ideas. "Avi Warburg constituyó su biblioteca con el principio de la «buena vecindad» que tiene que ver con conectar imágenes a partir de los documentos que guardas", explica. Bajo esta lógica, cada libro, fotografía y artefacto explicaría a las personas, dice después de mirar su biblioteca y detener el video de Ruiz.

Eso también es útil para entender el universo de Mellado. Por un lado, el café lo mantiene atento a mails, reuniones y elaboración de textos (justopastorvalparaiso.blogspot.com). Después está la pizarra, donde desarrolla teorías interesantes como que Valparaíso se constituye en las quebradas de los cerros, no en el puerto. O que el verdadero patrimonio de la ciudad no está en los hitos arquitectónicos, sino en la "corporalidad" de sus habitantes ("sobre todo en los viejos", dice).

Por otro lado, Verne y la cinta de Ruiz -que él mismo tradujo en 1987 para el proyecto multimedia "Brise-Glace" de Pascal Emmanuel Galet- son para una conferencia sobre las "geografías terrestres convertidas en geografías mentales" a partir del paisaje blanco de los hielos. Esta será en el Instituto Antártico Chileno de Magallanes, el viernes 21, en el marco del "Taller Coloane".

Y, finalmente, con la bicicleta se traslada por los alrededores de la ex cárcel porteña, convertida en el PCdV, inaugurado hace poco más de un año y donde él fue nombrado como encargado en septiembre de 2011.

A pesar de que sus "enemigos" le daban poco menos de tres meses, como él mismo comenta, las cosas van marchando bien. En poco tiempo ha logrado transformarse en centro comunitario (incluyendo entrega de títulos de dominio), centro cultural y, también, artístico. Tanto Alfredo Jaar como Ai Wei Wei han pasado por allí, al mismo tiempo que se organiza un calendario que incluye desde la exposición Pintura Latente II, del Proyecto Catalepsia, hasta un seminario de danza afro, además de un festival de cine de terror y el ya consagrado Diva Film Festival (se pueden chequear en www.pcdv.cl)

-¿Qué marca la diferencia del PCdV con los otros centros culturales del país?

-No es mi política referirme a otros centros culturales. Pero éste no se compara con nada. Es un centro construido mediante la reforma de un predio carcelar. Y luego hubo 10 años de ocupación de organizaciones culturales de diversa consistencia y peso, que impidió que este predio fuese destinado a proyectos inmobiliarios y que habilitó su destino cultural. Esos antecedentes no están en ningún centro cultural en el país. Además del hecho de estar en una ciudad averiada, con muchas dificultades.

-¿Y cómo evalúa este primer año?

-Absolutamente positivo, si tomo en cuenta que abrí un centro sin equipamiento instalado. Cuando entré a mi oficina no había nada. Tuve que traer de mi casa mi propio escritorio. Pero pude montar una hipótesis de apertura, que comienza del estudio del imaginario local para determinar los ejes de desarrollo de una ficción programática. Y en este lugar se pueden acelerar los procesos.

"Mi método proviene de organizar ausencias y abandonos"

Mellado ha protagonizado algunas polémicas, varias reunidas en el imprescindible "Textos de batallas" (Ediciones Metales Pesados). Son más de 400 páginas donde teoriza y también cuestiona desde el Fondart hasta la Pequeña Gigante ("es significativo cómo se percibió la figura perversa y pederasta del tío Escafandra", dice).

"Mi método de escritura proviene de organizar ausencias y abandonos. Desde niño y hasta ahora, nunca dejé de ser un solitario. Alguien que va dejando conocidos en el camino y con muy pocos amigos. Aunque debí ser más malvado, tengo claro que hay que ser muy seguro de uno mismo. Si no, te matan", dice.

Mellado en rigor, estudió filosofía política en Francia. De ahí que sus conceptos y marcos teóricos respondan a esa formación donde dialogan perfectamente Lacan con Deluze y Guattari. Algunos se espantan, pero otros tienen bien claro que cuando habla de la "ficción programática" es precisamente la producción artística.

De hecho, al retornar a Chile a mediados de los ochenta, se encontró con las puertas cerradas. Y aunque formó parte de la oposición a Pinochet, sus compañeros no entendían cuando se refería a Maquiavelo como padre del pensamiento político. "Me decían que más allá del término maquiavélico, no había nada mas", se ríe. En el fondo, explica, utilizó el campo plástico para poder seguir hablando de lo mismo que estudió. O de ambas cosas a la vez.

-¿Cómo visualiza lo que se viene más adelante?

-Queremos darle al proyecto una estructura de corporación. Es decir, avanzar en el modelo de gestión, por un lado, y fortalecer mis ejes de trabajo en torno a "ciudad" y "territorio". Y también prolongar el eje que sigue animando mis relaciones con las comunidades, como es el eje sentimental: el patrimonio del cuerpo.

-¿Podemos hablar de un canon artístico alternativo en provincias, si lo comparamos con lo que se hace en Santiago?

-Es que yo no lo llamaría canon alternativo. Se trata de que no hay escena artística más que en tres ciudades: Santiago, Valparaíso y Concepción. En ellas hay una contemporaneidad periférica. En las otras, hay lo que llamo "tasas mínimas de institucionalización artística". Es decir, lo mínimo para que las escenas plásticas existan. Todo, lejos del mainstream global.

-¿Y cómo trabaja usted esa situación?

-Mi política es de fortalecimiento de los indicios de escena local. Y así, levantar las exigencias formales en cada una de ellas.

-Es interesante cómo los poetas y narradores de provincia escriben como si Bolaño o Fogwill nunca hubieran existido...

-Lo que dices de la literatura es más grave, porque hay lo que mi hermano (el escritor Marcelo Mellado) plantea. Allá están los poetas municipales; luego, los literatos sindicalizados por zona y, finalmente, los buenos escritores de best sellers de segunda línea. No hay más que eso.

-¿Qué le parece la gestión de Luciano Cruz-Coke en el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes?

-Absolutamente certera. Prolongó lo que había que prolongar con criterio de Estado. Ordenó el caos administrativo y promovió las industrias creativas. Asimismo, entendió la necesidad de fortalecer la inscripción internacional del arte chileno. También le dio peso a las políticas del patrimonio de lo inmaterial.

-Usted ya había denunciado la "fondarización" de la cultura...

- Los artistas viven en un hoyo negro, donde para obtener fondos deben justificar la utilidad social. Y se vuelven toyeros. ¡El único impacto es el arte en si mismo!. El camino para salir de ahí es el aumento de calidad de las propuestas artísticas. Y también separando lo que es desarrollo de las artes, de lo que se entiende por desarrollo de la cultura. La idea del impacto social es producto del cálculo electoral que considera la cultura como práctica de relaciones públicas de los municipios. La política cultural concertacionista fortalece esa impostura.

-¿No siente que, a veces, en Santiago el ambiente artístico está enamorado de sí mismo?

-Hay experiencias de cultura y comunidad en Santiago que son verdaderamente ejemplares. En cambio, en el arte, la cosa es diferente, porque existe una subordinación del arte a las academias en crisis, que les enseñan a sus estudiantes a cómo prolongar el fracaso de sus propios profesores.

-¿Qué piensa de la idea de construcción de audiencias?

-Yo no trabajo para la formación de audiencias. Yo quiero fortalecer públicos, con un eje programatico y fortalecer la masa crítica, investigar los imaginarios locales y la cultura barrial inmediata. Lo las audiencias es un concepto norteamericano que no tiene nada que ver con nosotros.

-Acá, incluso han habido entrega de títulos de dominio.

-Eso fue alucinante. El alcalde Castro dijo "se acaba el fantasma del desalojo". Y efectivamente, en ese acto se vio toda la historia del poblamiento ilegal, la soberanía y la regularización. Todo con el imaginario de la vulnerabilidad. Ahí conviven la historia de la violencia con la hospitalidad entrañable de al ciudad. Y así, simbólicamente el Parque regulariza.

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