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El regreso de María Estela León de Lavín: De "generala" y casi Primera Dama a "soldado" de un comando femenino

Conoció el lado claro y el oscuro de la política, y desde 2008 desapareció de la vida pública... Estuvo a punto de ser Primera Dama; hoy es "un soldado más" en el comando femenino de Pablo Longueira. Aquí recuerda esas vivencias -incluida su campaña a concejal, donde se sacó fotos con 24 mil personas- y explica las razones de su regreso.  

por:  Lilian Olivares Fotos: Fabián Ortiz
sábado, 25 de mayo de 2013
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Estaba prácticamente desaparecida de la vida pública desde 2008, cuando dejó de ser concejal de la Municipalidad de Santiago.

Las señales que dio entonces indicaban que se había distanciado con un gusto amargo, y que su partida sería sin regreso. Conoció los claros y los oscuros de la política.

Pasaron cinco años y, sorpresivamente, reapareció hace una semana como miembro del comando de Pablo Longueira, junto a las esposas de Carlos Bombal y Jovino Novoa.

María Estela León de Lavín (58 años) está muy resfriada porque el martes salieron con su marido, el ministro de Desarrollo Social, a eso de las seis y media de la mañana rumbo a Cerro Castillo. Era el día del último discurso presidencial y estaban citados a esa hora en Viña del Mar. De ahí tenían que partir al Congreso. Y allí anduvo desabrigada, en un día muy helado.

Pero tareas son deberes y ella se comprometió a conversar con "La Segunda", un poco a contrapelo eso sí, porque dice que ahora es una simple soldado. Ya no es la señora del candidato que le disputó la primera magistratura a Ricardo Lagos y que estuvo a punto de convertirse en Presidente en 2000. Elecciones que perdió por estrecho margen en segunda vuelta. Tampoco es la esposa del candidato que volvió a postular en 2005 y que fue vencido por su compañero de alianza, el actual Presidente Sebastián Piñera.

Hoy es la señora del ministro de Desarrollo Social, cargo donde, dice, su marido está muy contento. En cuanto a ella, se ha dedicado a sus hijos menores (quedan tres en casa, de los 7: Juan Pablo (25), ingeniero comercial de la Universidad Adolfo Ibáñez; María Jesús (20), estudiante de Pedagogía Básica; y José Tomás, el menor, que mide un metro ochenta, tiene 16 años y quiere estudiar Medicina). También ha tenido tiempo para sus seis nietos. Y para aprovechar más el campo, donde parte a veces sola incluso, a plantar árboles, a cosechar, en la propiedad que tienen al lado de sus suegros Lavín.

-Hace muchos años que soy muy independiente porque, claro, cuando tienes a un marido político que está cien por ciento en su trabajo, no puedes estar esperando que llegue para tomar alguna determinación. Y Joaquín es 24/7.

Su SMS a Cecilia, la mujer de Longueira

-Usted estuvo como concejal hasta el 2008. ¿Qué pasó con su vida, que desapareció?

-Lo que pasa es que entonces Joaquín postuló al Senado y en ese minuto yo dije: no, dos personas dedicadas a la política, no. Sentía que mis hijos necesitaban tener por lo menos a uno de los dos más tiempo en la casa.

-¿Cómo llegó al comando femenino?

-Bueno, porque en el minuto que vi a Pablo en la televisión y que partía en su campaña...

-¿... pensó en la pobre esposa, en lo que le esperaba?

-Sí, claro que sí. A la Cecilia hay que apoyarla, estamos en una causa común, tenemos los mismos ideales y, conociendo a Pablo, sabiendo su sentido de servicio social, que siempre ha estado dedicado a servir en diferentes ámbitos, me sentí con muchas ganas de poder ayudar y de trabajar en esta causa que tenemos en común, en este sueño de un Chile más justo. Así fue que cuando lo nombraron candidato le mandé un mensaje de texto a la Chichi: "Cecilia, felicitaciones, aquí tienes un soldado para la causa".

-¿Y por qué tan generosa?

-No es que yo sea generosa. ¡Somos muchas! La Cecilia recibió a muchas personas que le dijeron: "¿cómo te ayudamos?, estamos aquí para aportarte". Entonces ella organizó esto inmediatamente. Y además, en la campaña de Joaquín también la Cecilia fue un soldado para mí. Junto con otras amigas aquí, las mismas soldados que tuve yo. Todas vibramos por el mismo sueño. Es algo que apasiona, porque, por lo menos yo lo he vivido, uno puede cambiarles la vida a las personas; darles dignidad. Este es un sueño de un grupo grande; como somos la UDI: queremos un país más justo.

-¿Usted es militante?

-Sí. No recuerdo cuándo me inscribí, yo creo que fue después que mataron a Jaime Guzmán. Lo vivimos juntos la Cecilia con Pablo Longueira, la Angelita con Jovino Novoa, La Mónica con Carlos Bombal y nosotros con Joaquín. Todos estuvimos en esas horas tan trágicas. Y yo creo que eso también nos mantiene muy unidos. Ahora nos juntamos todas en el comando femenino.

-¿Qué papel tiene en el comando?

-El papel que sea: si hay que contestar el teléfono, si hay que abrir la puerta, si hay que ir a reuniones, nosotros somos soldados para lo que sea. Eso es lo bueno. Aquí ninguno quiere ser general, sino que somos soldados.

-Está ahora disponible para abrir la puerta, después que estuvo a un paso de ser Primera Dama...

-Nunca me he puesto los galones de algo. No me siento para nada disminuida por cambiar de un status a otro porque casi fui... pero "casi fui". Estuvieron al lado mío muchas amigas que ahora nos volvemos a juntar detrás de este sueño de un país mejor para nuestros hijos y nietos. Ya hemos visto con el Presidente Piñera lo que se ha avanzado, y queremos seguir por la misma senda, creciendo, avanzando y que sea una sociedad más justa.

-Usted conoció también el lado más oscuro de la política...

-Sí.

Responde definitiva, sin dudar.

El listado que le hicieron a "Joaquito"

-¿Qué le parece que su hijo Joaquín esté ahora como candidato al Parlamento?

-Bueno, por un lado me preocupa, porque sé que éste es un mundo difícil, duro, pero Joaquito también tiene sus ideales, él también quiere servir, y él estuvo muy cerca nuestro en todas las campañas; por lo tanto, él sabe en lo que se mete. En algún minuto, cuando recién lo planteó, le dijimos: "Mire, ¿usted sabe en lo que se está metiendo? ¿Sabe todo lo que significa, en sacrificio, incomprensiones y muchas veces que te atacan porque sí, porque no?" Y le hicimos un listado de todo lo que podía pasarle, de qué le iban a decir, qué le iban a hacer.

-¿Se lo hizo usted?

-No, Joaquín.

-¿Y cuántos puntos tenía el listado?

-No sé cuántos serían. Incluía todo en lo que le iban a criticar, por todos los frentes que lo podían atacar, y le preguntamos si él estaba dispuesto a seguir adelante a pesar de todo, porque había algo más grande que valía la pena. Y él, junto a la Kathy (Barriga, la "Robotina" de la televisión), tomó la decisión. Porque cuando uno se mete en esto está toda la familia involucrada, quiéralo o no. Así como la Chichi y toda su familia apoyan a Pablo y saben a lo que se exponen, y lo hablaron en familia.

-Usted tenía a su hija Asunción bastante delicada con diabetes cuando enfrentó la primera candidatura de Joaquín, y Cecilia a un hijo convaleciente de un tumor...

-También es un desprendimiento grande porque, a pesar de todas esas cosas, cuando ves que puedes aportar con un granito de arena para que la vida sea mejor para muchos chilenos, es una gratificación muy grande. Y todos los malos ratos, todas las penas, todo lo que puedas sentir en algún minuto y por lo que puedas pasar... Perdona, es que me emociono (se le escapa una lágrima)... en realidad, vale la pena . ¿Cómo resumiría lo duro que fue para usted ser la esposa de un candidato presidencial con muchas posibilidades?

-A ver, es duro, pero yo te diría que es duro no porque haya perdido. Yo me siento súper tranquila porque nosotros entregamos todo y lo demás lo dejamos en las manos de Dios. No nos reservamos nada. Ahora, si en ese minuto los chilenos pensaron diferente, si el país pensó que era otro el camino, está bien, pero con eso me sentí tranquila.

-Pero semanas antes le salió a su marido un nuevo candidato al paso, que era Sebastián Piñera...

-Eso fue en la segunda campaña. ¡Eso fue doloroso! Sí, fue doloroso. Pero también lo fue porque tú ves que se empiezan a dividir...

-¿Usted no lo esperaba?

-No lo esperaba de Piñera. O sea, no lo pensé; fue una sorpresa para mí. A lo mejor Joaquín puede haberlo esperado, no sé. Pero en el fondo, después se siguió la campaña y bueno, cuando se llegó a la primera vuelta y salieron Bachelet y Piñera, hubo que sumarse a la candidatura de Piñera, que era la otra persona que iba compitiendo por la Alianza.

-Si, pese a todo lo vivido, está de vuelta en campaña, ¿estima que si en las primarias le va bien a Pablo, Joaquín debería renunciar al ministerio para apoyar a Longueira?

-Eso no te lo voy a contestar, porque habría que preguntárselo a Joaquín.

-¿Usted qué le aconsejaría?

-Tampoco te lo voy a decir.

-Su hijo Joaquín fue antes candidato a concejal apoyado por RN, y ahora se postula al Parlamento con la UDI. ¿Finalmente ganó el papá?

-Antes fue como independiente por Renovación, porque el cupo era de Renovación y se lo ofrecieron. Ahora es militante UDI.

-El se muestra mucho más liberal que ustedes en ciertos valores. ¿Lo ve muy distinto?

-Yo creo que en algún minuto, cuando estaba más joven, trató de diferenciarse de su padre. Porque, claro, llevaba el nombre del papá y entonces tú eres "el hijo de", por lo tanto tienes que ser así y así. El tenía 21 años, trató de ser lo más diferente a su papá en esa etapa. Pero también con los años ha ido madurando y cada vez se ha acercado más a lo que son las posturas de su papá. No te diría que exactamente igual, pero claramente ha ido cambiando también su manera de pensar. Es parte de madurar, y que no le pese ahora llamarse Joaquín Lavín.

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