El dispositivo puede grabar y conectarse a la red, pero ¿qué pasa si se lo usa como una cámara espía?
Mientras algunos los ven como el próximo paso evolutivo de la era digital, otros lo ven con cautela, sobre todo por las repercusiones que este tipo de dispositivos tendrá en la vida privada de la gente.
Google organizó la semana pasada cuatro debates en los que expuso los aspectos más atractivos de sus nuevos anteojos durante una conferencia para desarrolladores. Sin embargo, lo que faltó en la agenda fue una sesión sobre cuándo se puede utilizar el artilugio con capacidad de grabación, que algunos asistentes llevaban a todos los lugares, incluyendo baños llenos de gente.
El dispositivo que saldrá a la venta el próximo año está desconcertando a todo el mundo, desde legisladores a operadores de casinos, preocupados por las hasta ahora inimaginables posibles violaciones de la privacidad.
"Tenía una amiga y estábamos sentados en la cena y después de unos 30 minutos dijo: Sabes, estas cosas me asustan ", dijo Allen Firstenberg, un consultor sobre tecnología que estuvo presente en la conferencia para desarrolladores de Google y que ha estado llevando las gafas de Google durante una semana.
En otra ocasión, Firstenberg admitió haber entrado en un baño con estas gafas sin darse cuenta.
"La mayoría del día me olvido completamente de que las llevo", le dijo a la agencia Reuters.
Desde que comenzó a enviarse a unas 2.000 personas seleccionadas cuidadosamente que han pagado cerca de 1.500 dólares por el dispositivo, ha inspirado ciertas burlas, desde una parodia en "Saturday Night Live" a un popular blog en el que se jactan de sus usuarios.
Críticos: servirá para crear más gente maleducada
Dan McLaughlin es ingeniero de software en Agilent y fue la primera persona de la costa oeste en Estados Unidos que fue a buscar su aparato, y tras una semana con las Gafas de Google, está asombrado de lo mucho que hay que aprender sobre su uso y cuánto queda por descubrir.
"A nivel personal, nunca había conocido a tanta gente en tan poco tiempo, sólo porque la gente es curiosa, amigable e interesada en ver qué son estas gafas", reconoció a BBC.
Otros expertos de la industria han tomado un rumbo más crítico, señalando el potencial de uso indebido, porque las gafas de Google pueden grabar video de manera mucho menos visible que un dispositivo de mano.
Mark Kaelin -director del departamento de interactividad de la cadena estadounidense CBS- plantea que " muchos de los entusiastas de las Google Glass son esclavos de los celulares. Sienten que necesitan contestar compulsivamente cada mensaje o revisar cada correo electrónico. Y las Gafas de Google suenan como algo hecho a su medida".
Agrega que "la posibilidad de alimentar esta compulsividad sin tener que mirar a un aparato móvil debe ser como un nirvana. Afortunadamente, este tipo de personas no son la mayoría. Desde mi perspectiva, las Google Glass suenan como una receta terrible para crear más gente maleducada, que esté hablando consigo misma en público ".