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Pali Garcia en la 'Gloria': "Ahora que vas a ser abuela, ¿no tienes derecho al sexo?"

Las mujeres cincuentonas, ¿sólo quieren pisco sour y pareja? Lo rebate la protagonista del filme: "Esta no es la vida de las mujeres; la película está poniendo luz en un momento específico y la pregunta es: ¿pueden las mujeres, una vez que caminan a la tercera edad, preguntarse por la felicidad, o ya check , no lo lograste y vamos por otra?"  

por:  Lilian Olivares Fotos: Alejandro Balart
sábado, 11 de mayo de 2013
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Le decían Wallis Simpson. "Era porfiadita, de moñito tieso", explica cuando, a propósito de su sobrenombre, le preguntamos si acaso se enamoró de un príncipe.

Paulina García, la mujer que a los 53 años alcanza la Gloria con el estreno de la película que protagoniza y que la hizo merecedora del Oso de Plata en Berlín, es una del universo relativamente pequeño que salió del exclusivo Villa María Academy y se convirtió en actriz (menciona a Magdalena Mac-Neef, Verónica García-Huidobro, Alejandra von Hummel, Luz Croxatto y las dos hermanas Prieto).

La hija del medio de un matrimonio entre un arquitecto y una educadora parvularia del sistema Waldorf tenía razones para querer llamar la atención, entre cinco mujeres y un hombre, todos talentosos.

Ahora que es la estrella más notable del firmamento de actores chilenos, no es cuestión de juntarse con ella y entrevistarla. Hay alguien que se encarga de buscarle el lugar adecuado y otro alguien que escoge la tenida y el maquillaje oportuno.

El lugar fue un privado del restorán Liguria, en Providencia. Y la tenida, una casual que ella podría llevar en cualquier momento, salvo por el pañuelo rojo que su estilista, Pablo Gálvez, le puso de cinturón en sus jeans.

No bebió pisco sour, como en la película; pidió una copa de champán.

La película se iba a llamar "La madre"

-Empecemos por la bomba...

-¡Sí, la bomba atómica!

-Tú estabas dedicada principalmente a hacer clases en la universidad y a dirigir obras de teatro, y de repente te pidieron que hicieras este papel. ¿Intuiste algo?

-No, nada. No se me ocurrió nunca cuando Gonzalo Maza y Sebastián Lelio me lo plantearon. Me parecía que era como hacer teatro, en el sentido de hacer una experiencia guerrillera porque había que partir con nada, con toda la incertidumbre, desde las vaguedades más vagas, simplemente con el deseo de hacer una película que me incluyera, que contara la historia no sé si de su madre, pero sí de la madre, y eso fue el inicio: cómo poner la cámara en una mujer mayor. Al principio, en algún momento la película se iba a llamar mamá, o madre, porque era como mirar un momento de la vida de ellas. Esto fue antes del terremoto. Vino el terremoto y se metieron en otra película: Hicieron "El año del tigre", todo los lanzó para otro lado y cuando llegaron a hacer esta película, que no se llamaba todavía "Gloria", pasaron otras cosas.

-¿Qué pasó contigo en ese par de años que transcurrieron, antes de concretarse el comenzar a hacer la película?

-Me llamaban para decirme "se cayó todo, la que se mantiene eres tú", ya no es la madre, es otra cosa. Y así fue. A mí me entretenía que ellos me fueran contando mientras yo seguía trabajando. Estaba filmando "Los archivos del cardenal", estaba haciendo otras películas: una rol protagónico, "Las analfabetas", que no se ha estrenado todavía, y otra con coprotagónico, con Diego Ruiz, que tampoco se ha estrenado.

Nada pronosticaba lo que vendría: el efecto bomba del resultado.

-¿El personaje se fue armando en el camino?

-Yo creo que Sebastián y Gonzalo siempre supieron hacia dónde iban los dardos. No veían exactamente cómo encarnar ese personaje, y creo que lo genial es que se mantuvieron en ese lugar incierto, y es ahí donde cabe el trabajo del actor. Ahí es donde yo entro, y entra todo lo que puedo hacer y, sobre todo, lo que puedo encontrar. Lo que hay que hacer es un lugar común porque me resulta fácil: a lo mejor dialogo con fluidez, me muevo con cierta soltura; pero hay otras cosas que no son texto ni solamente movimiento, sino que tienen que ver con los estados, y esos lugares inciertos a mí me gustan: trabajar más bien con una posibilidad, antes que con un "esto es". En una escena podría estar tremendamente amargada, o estar reflexionando. Y que uno se pregunte: "qué está haciendo ella".

Filmó once horas diarias, durante cinco semanas.

-¿Te obsesionaba el personaje?

-No, no trabajo así. Me obsesiono cuando dirijo, porque ahí hay que decidir todo y hay miles de personas preguntándote: ¿es esta luz o la otra? ¿Tomo esta actitud o la otra? ¿Ponemos esta puerta o esta otra? Pero en actuación no; yo trabajo y me voy para mi casa y cierro. Ahora, como Sebastián era el director, él sí estaba obsesionado y me mandaba what's app todo el tiempo.

-Ahí estabas haciendo un rol. Ahora, lo fuerte del cine es que uno crea una reacción de la gente...

-Sí, es muy contaminante.

-Y en este caso, el rol que tú hiciste provoca, tanto en hombres como en mujeres. Escuché a un hombre comentar que no entendía por qué mostraban a la mujer de cincuenta como que lo único que quiere es encontrar a un hombre y tomarse un pisco sour...

-¿Eso dijo uno? Bueno, es una mirada; está bien. Pero esta no es una película sobre, por ejemplo, el trabajo en la mujer; hay otras películas sobre las mujeres y su trabajo. "Norma Rae", por ejemplo, es una película sublime sobre la reivindicación laboral, el derecho de las mujeres. La Sally Field está ahí magnífica. Pero "Gloria" es una película que tiene que ver con las expectativas de la felicidad, con ser una mujer promedio, cuya vida es simple y es compleja también. ¡Como es la vida nuestra! La vida nuestra es simple, poco glamorosa. Al final uno tiene que ir al supermercado y pensar: ¿compro dos confort o diez? Y resolver el dilema. Ahora estoy con el rollo de la fiesta de graduación de mi hijo: tengo que votar si van a hacerla aquí o allá. Tengo que hacer cosas, ir a comprar las verduras, y estoy preocupada porque no he ordenado mi escritorio en semanas. Al mismo tiempo, quiero ser feliz, que es lo que hace Gloria.

Explica cómo se muestra en el cine:

-La cámara pone ojo en un momento; no es la vida de las mujeres, no quiere representar a todas las mujeres, y creo que hay que abrirse a que una película está poniendo luz en un momento específico. La pregunta es: ¿pueden las mujeres, una vez que caminan o entran a la tercera edad, preguntarse por la felicidad, o ya check , no lo lograste y vamos por otra? Ahora que vas a ser, o si eres abuela, ¿no tienes derecho al sexo? Son preguntas; no es que esté definido. Vuelvo a la incertidumbre: Creo que lo que plantea la película es un lugar incierto.

La escena de la marcha

Hay una escena de gran impacto en la película, que ella considera fantástica: es un momento determinado, donde se observa una marcha con una multitud que va en una dirección y Gloria camina exactamente en el sentido contrario, totalmente desconcertada. Pali asocia esa escena con una canción de Silvio Rodríguez, "Hoy mi deber era" (" Hoy mi deber era cantarle a la patria, alzar la bandera, sumarme a la plaza (...) pero tú me faltas hace tantos días, que quiero y no puedo tener alegrías "). Y comenta:

-El debía cantarle a la patria, pero tiene un problema amoroso y de eso trata esa canción. No es que esté lejos, no es que no le interese la patria; es que simplemente está yendo para otro lado mientras todo el mundo va para el otro. Eso que hace también Gloria no la convierte en idiota. Es un momento.

-¿Y qué pasa con esta mujer, la Pali, que está preocupada de si son diez o dos confort, que hace semanas no ordena su escritorio... y que ¡te comparan con Meryl Streep! ¿Cómo te llega?

-Yo no sé qué decir con eso... me impresiona más haberme ganado el Oso. La comparación me parece maravillosa, pero me pasa algo más insólito todavía: no logro instalar en mí que me gané un Oso de Plata. Es algo que yo veía cuando era estudiante de teatro, que le pasaba... ¡a la Meryl Streep, a la Juliette Binoche, a la Uta Hagen! ¡Actrices increíbles!

Se le vienen imágenes de los últimos momentos que ha vivido:

-Cuando yo estaba recién comenzando a actuar, al salir estaba Andrea Freund parada ahí, con uniforme escolar. Ella tendría 15 o 16 años, y yo debo haber tenido 26.

Era la obra "Marta a las ocho", protagonizada por Gladys Medina, donde Pali hacía de la hija que quedaba embarazada.

-El otro día, para la avant premiere , me encontré con la Andrea, hoy actriz. Nos miramos, las dos haciendo un nexo.

Esa misma noche, mientras recorría las cuatro salas donde se presentaba como avance la película, entre una masa de gente vio a un ex compañero de universidad que hace muchísimos años le dijo: "Salte de esta carrera y estudia Teatro".

En ese tiempo, la Pali estudiaba Arte y su compañero, Diseño.

-Ahora que estás en la punta, ¿te han llegado muchas ofertas?

-Si, bueno, hace rato que mi agenda es más o menos intensa. Pero hay más ofertas, claro, aunque internacionalmente todavía no ha pasado nada porque no se ha estrenado afuera.

-¿Y tus alumnos, ¿te miran de otra manera?

-Sí, yo creo que para ellos ha sido impresionante. Esta semana he faltado un poco, por el estreno, pero espero que no haya afectado la línea de docencia que a mí me importa mantener.

En la Finis Terrae le hicieron un reconocimiento público.

-Fue una ceremonia muy entretenida, con Marco Antonio de la Parra, que me hace una entrevista, y yo llevé el Oso y pudimos hablar de eso.

Los hombres en su vida real

Paulina García fue mamá a los 24 años, cuando era pareja con el actor Juan Carlos Zagal.

Casi diez años después volvió a ser madre. Está casada hace 23 años con Gonzalo, un sociólogo muy privado, a quien conoció cuando él volvía del exilio. Con él tuvo dos hijos, a los 33 y a los 36 años.

-Gonzalo es un magnífico. A él le han pasado muchas cosas. Llevamos tantos años casados... Y hemos sostenido todas las idas y venidas, los altos y los bajos, las riquezas y las pobrezas.

-¿Pero han vivido pobreza dura?

-Mucha. Dura.

-¿Los dos sin pega, ponte tú?

-Sí, con guaguas, con todo. Lo único que ha valido aquí es que hemos sido honestos y sinceros, y eso ha mantenido un nexo fuerte entre nosotros.

"A los 52, siento que la vida es magnífica"

-¿Qué tienen en común la Pali con Gloria, tu personaje?

-Yo creo que todo. Hay un director inglés que dice que el personaje no aparece hasta que aparece el actor; que el personaje en sí no existe, y yo lo creo a pie juntillas. El personaje no existe hasta que aparezco yo. Cuando me preguntas qué tiene Gloria de mí, tiene todo o nada, porque estoy poniendo luz sobre algunos lugares, o ciertas aristas, que yo también en mi cotidiano no destaco tanto. Con Gloria, probablemente inhibo un poco el análisis y relevo, en cambio, una cierta disponibilidad, un cierto laissez faire. Pero sobre todo intento que aparezcan cosas que trato de sintonizar con lo que el director me está pidiendo, no sólo en las palabras, y busco ahí.

-Esta Gloria, que busca la felicidad, podría hacerlo pensando en ganar plata, pero finalmente las mujeres buscan la felicidad en la cama tibia, junto a una pareja para la vida, ¿o no?

-Yo creo que uno no está buscando eso, sino otra cosa, diría Bertolt Brecht. Gloria está buscando la felicidad y cree que lo que necesita es a Rodolfo. Y no es eso lo que busca, sino otra cosa. Esa otra cosa es donde termina la película, que tiene que ver, más bien, con que nada se ha acabado, sino que todo comienza.

-A los 50 años te pueden pasar tantas cosas... tú te ganaste el Oso...

-A los 52, siento que la vida es magnífica. ¿Qué sé yo lo que va a pasar mañana? Puede pasar de todo.

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