Entre otros problemas, millonario contrato de alimentación se hizo a espaldas del órgano fiscalizador y fue extendido de igual forma.
La nueva inspección, que concluyó físicamente a mediados de año y cuyos resultados se dan a conocer hoy, se dio luego de la auditoría realizada en 2010, la primera desde que el hospital se cambió desde su tradicional ubicación en Providencia a La Reina.
En esos momentos ya se habían realizado observaciones a faltas de control, área en que la institución vuelve a anotar deficiencias: "No da cumplimiento a las normas sobre el Sistema de Contabilidad General de la Nación", anota Contraloría.
"La revisión practicada evidenció la existencia de órdenes de compra emitidas hasta 246 días después de la data de las respectivas facturas del proveedor"; los reintegros por atenciones médicas no prestadas a pacientes presentaron tiempos de demora de hasta casi un año y algunos pagos a proveedores fueron con atrasos de hasta 6 meses.
Burlando a Contraloría
Aunque no se especifica qué tan millonario es el contrato de alimentación realizado con Sodexho, el organismo fiscalizador dejó constancia de que "supera ampliamente las 5.000 UTM", a partir de las cuales los contratos deben ser visados por Contraloría. Pero eso no se hizo y las autoridades del hospital argumentaron que "los encargados de los procesos de la contratación... en la actualidad no cumplen funciones en la institución".
La situación es peor: a pesar de que con anticipación se sabía que el convenio de 2009 vencía el 27 de abril de 2012, no se realizó una nueva licitación a tiempo y, nuevamente a espaldas de Contraloría y por trato directo, adquirieron los servicios de la misma empresa por más de US$ 2 millones, argumentando la "inexistencia de otro proveedor en lo inmediato" y mientras se realizaba el nuevo proceso de licitación. Contraloría no dio por acreditado que existiera un proveedor único capaz de cumplir con los requerimientos nutricionales en ese momento y quedó constancia de que sólo hubo una amonestación verbal a quien debía organizar la licitación. Por ello se ordenó sumario.
Además, la Asociación de Señoras del Ejército realizó una rifa para financiar mejoras en el Centro de Atención Psiquiátrico Diurno Infanto Juvenil del hospital, juntando unos $ 80 millones. Contraloría criticó que los dineros estuvieron parados un par de años, ganando intereses y no cumpliendo la función para la cual fueron recaudados.
Finalmente, Contraloría ordenó un sumario para esclarecer pagos irregulares por un seguro de salud; lo mismo sobre persistentes problemas con los flujómetros y con la falta de mejoras en las condiciones de iluminación, higiene y seguridad del archivo, las cuales resultaron deficientes, a pesar del compromiso institucional de haber salvado una observación similar realizada en 2010.