En el país, son sólo cuatro las firmas especializadas en temas de alta tecnología aplicada a la seguridad... y algunas de ellas además asesoran a las propias autoridades.
"Hay pocos proveedores y pocos compradores", es la descripción que dan conocedores del mercado de elementos de seguridad en el país, y que tiene en el Estado -y su objetivo de combatir la delincuencia- a uno de los principales interesados.
Se trata de un mercado donde campean cuatro empresas: Tecnodata Ltda. , propiedad de Alfredo Giacoman, y que se encuentra en la polémica por sobreprecios en la venta de implementos a Interior, en el marco del plan Frontera Norte; Sectrade Ltda. , perteneciente a Francisco Cordero (hijo del ex general de Carabineros Fernando Cordero); Asesorías e Inversiones Santa Victoria Ltda. , que tiene como representante legal a Daniel Weinberger, y Seguridad GEO Ltda ., cuyo dueño es el ex subdirector operativo de la Policía de Investigaciones (PDI) René Castellón.
Estas tienen relaciones con empresas internacionales distintas, pero que a veces se cruzan. Por ejemplo, en la suspendida licitación, Santa Victoria compraba los equipos a SAS R&D Services Inc., pero quien los vendía al Estado era Tecnodata. Si entre 2007 a 2009 se adjudicó varios procesos por montos de entre $ 50 millones y casi $ 70 millones, desde 2010 reduce la cantidad de negocios, pero pasan a ser más cuantiosos. En el Plan Frontera Norte, obtuvo contratos por $ 1.800 millones, además de insumos a intendencias, PDI y Carabineros.
Ningún representante de las empresas mencionadas aceptó hablar con "La Segunda" sobre los detalles de este mercado.
El jefe de operaciones de la Sociedad Seguridad Ciudadana, Enrique Margirott, explica que es un mercado donde hay productos muy solicitados tanto en el sector público como privado -chalecos antibalas, lumas, productos químicos para la detección de drogas o alcohol, detectores de metales-, pero también otros de tecnología compleja que "se piden de uno, dos o, a lo más, tres". Por lo mismo, la licitación por los 52 densímetros y 52 fibroscopios para el Plan Frontera Norte era particularmente atractiva.
El dueño de una compañía de menor peso en el mercado -quien pidió reserva de su identidad- sostiene que el problema está en licitaciones "hechas a la medida", como algunos sospechan que ocurrió con la venta de Tecnodata.
Asesores y vendedores a la vez
Otro antecedente que muestra lo opaco de este mundo es que los servicios estatales piden asesoría a las mismas contadas empresas que participan en las licitaciones para saber qué es lo que se está usando en materias de seguridad.
Una fuente ligada a una de las policías reconoce que "seguro que había relaciones de familiaridad con Giacoman y mucha gente, sin que eso signifique necesariamente algo malo. El es antiguo en este negocio, donde siempre los oferentes y compradores son más o menos los mismos, por eso todos se conocen".
Y, como broche, se trata de un grupo de empresas con contactos entre sí. El propio Giacoman relató hace algunos días que, antes de la cuestionada licitación de los fibroscopios, consultó a su par de Sectrade, Francisco Cordero, si participaría en ella. Así supo que el empresario no había logrado reunir los dineros necesarios para las garantías.
