Lo nuevo: fiestas en que se contrata a un "drugman" que ofrece estupefacientes líquidos... tal como tomar un trago. Los after hours y conocidísimas fiestas tecno son lugares donde los dealers hacen de las suyas.
Hay comida, música, trago, como en casi todas las fiestas. Pero también, ahí mismo, y casi como un servicio de buffet, una persona con algún conocimiento de química va entregando, a requerimiento del asistente, cocaína, éxtasis, pastillas y unos particulares brebajes que recién se están usando en Chile para obtener la alteración de la conciencia.
Quien atiende no es un barman, pero por su experticia podría considerarse un "drugman": Conoce bien las dosis y mezclas que podrían poner en riesgo la vida de sus "clientes", sobre todo al mezclar con alcohol una bebida conocida como el "éxtasis líquido". Este no tiene nada que ver con la llamada "droga del amor", sino que es un solvente llamado GHB (gammahidroxibutírico) -que ingresa en grandes cantidades a Chile para su uso industrial-, pero con el potencial de provocar un coma a quien lo consuma mal.
«La Segunda Sábado» indagó en el circuito de la droga Vip en el país, para conocer sus productos, lugares y formas de acceder a los estupefacientes. Revisamos expedientes judiciales en donde las escuchas telefónicas permiten conocer los modus operandi y la confianza existente entre el dealer y su cliente , y hablamos con investigadores que hacen de su tarea diaria evitar que se creen organizaciones criminales en esta zona.
De hecho, es la fiscalía y el trabajo policial la que ya estrecha el cerco en este servicio: Saben que opera sólo grupos pequeños de entre 15 y 20 personas de clase alta, donde la edad no es un límite. "Hay gente de 17 y de 50 años en una misma fiesta. Se juntan cada dos meses más o menos, van a una casa particular o arriendan una vivienda o un local para eventos en Las Condes o Lo Barnechea y van para pasarlo bien, sin daños colaterales", dicen.
Entre los comercializadores ilegales, el "éxtasis líquido" se distribuye en frascos pequeños, a un costo de 10 mil pesos la botellita de 2 o 3 ml. Antes su uso sólo se había detectado por parte de delincuentes para adormecer a sus víctimas y robarles o violarlas. Ahora, siguiendo la moda europea, ya está en las fiestas y poco a poco aparece en los after hours.
"Darme una vuelta al after..."
Un foco de tráfico de drogas Vip que está preocupando cada vez más a los especialistas son, justamente, los after hours. Hasta ahí mismo o en sus afueras llegan vendedores de drogas y se ha visto consumir marihuana, cocaína, éxtasis o LSD, las favoritas del sector más acomodado.
Una investigación del año 2009 -una de las pocas de "largo aliento" hechas en este estrato social, pues la mayoría de las detenciones se producen por controles policiales o flagrancia debido a lo difícil que es infiltrar estos grupos-, realizada por el fiscal especialista en drogas de la zona Centro Norte, Jaime Retamal, constató que algunos dealers y proveedores acuden a esos lugares a vender directamente sus productos.
"Si voy a algún lado, sería darme una vuelta al after a hacer mis hueás no más", dijo por teléfono a una amiga Angélica Ugalde Salazar , estudiante de Educación Física detenida en 2009 y luego condenada por comercializar LSD y éxtasis "principalmente en un local conocido como After Domínica, ubicado en la comuna de Recoleta" , según la acusación del fiscal.
El delivery: "Ven urgente... con amigas gorditas, redonditas, blanquitas"
Operaba junto a un grupo de entre 25 y 29 años que incluía a un estudiante de Arquitectura y a un hijo de un empresario español que había llegado a Chile buscando fama en la televisión, y al no alcanzarla hacía de DJ en tres lugares de este tipo, donde aprovechaba de vender droga. Todos confesaron y se autoincriminaron.
A Ugalde le pedían, de un minuto a otro: "Ven urgente a Hernando de Magallanes... con cuatro amigas, de esas gorditas, redonditas, blanquitas", refiriéndose a las pastillas de éxtasis. Pero también la invitaban a las fiestas y hasta le pagaban el taxi. En otra interceptación hecha por la policía, "Carlos" la invitó a un carrete, pidiéndole que llevara "3 o 4 invitaciones": "Lo pasamos bien y además aprovechas de hacer negocios".
La joven también vendía en su casa, igual que su amigo Matías Moreno Ampuero, quien además fue detectado distribuyendo en las cercanías de la Rotonda Atenas o transando en Apoquindo con Warren Smith.
El comisario Erick Menay, jefe de planificación y control de la Jefatura Nacional Antinarcóticos de la PDI, explica que "los dealers se mueven de un lado a otro. El sector Oriente es un gran centro de distribución, pero los lugares van cambiando. No están las condiciones para distinguir puntos, no hay una masificación que permita establecer la continuidad del delito en un tiempo determinado. Es un suministro móvil. Hasta al frente de los malls se hacen entregas".
Aún así, distintas fuentes identifican ciertos barrios: Bellavista, Plaza San Enrique, Plaza Ñuñoa y algunos sectores de Vitacura.
El nexo con el exterior: Argentinos, peruanos y colombianos
Moreno fue filmado afuera de la Casona de Las Condes de la Universidad Andrés Bello recibiendo droga de un mayorista, C.C.G.: éste les vendía el LSD y el éxtasis entre $8 mil a $9 mil la dosis, las cuales ellos revendían hasta en $17 mil.
C.C.G. -condenado por la justicia- forma parte de la otra vertiente del circuito vip de la droga: el contacto con el exterior. De hecho, este dealer iba cada 15 días a Argentina (principalmente Mendoza) para traer hasta 100 dosis por viaje.
El comisario Menay constata que el caso de C.C.G. es sólo uno en que extranjeros instalados en Chile internan droga para el ABC1. "Hemos visto principalmente colombianos y peruanos. Ellos reclutan acá dealers para que la vendan en su círculo. También hay varios casos de chilenos que viajan a Argentina y traen droga para su consumo y distribución".
La fiscal de Flagrancia de la fiscalía Occidente, Claudia Herrera, trabaja con procedimientos en el aeropuerto de Pudahuel: "El último año han estado ocurriendo varias situaciones ahí", advierte. Una de las últimas, fue el caso de estudiantes chilenos de ingeniería que -gracias a interceptaciones telefónicas- se detectó que viajaban a Argentina para adquirir "mercadería". En uno de los retornos, fueron revisados "exhaustivamente": en sus billeteras, estampillas con LSD delataban el verdadero objetivo del viaje, según recuerda Herrera. Hoy están en prisión preventiva mientras dure la investigación.
"Llegan muchos estudiantes, gente acomodada y trabajadores incluso. Personas relacionadas con eventos, DJs, gente que organiza fiestas que han internado LSD fundamentalmente. En algunas interceptaciones telefónicas se mencionan los eventos para los cuales se estaba internando la droga", enfatiza la fiscal.
Las fiestas donde la droga "potencia los sentidos"
Esas interceptaciones de las que habla la persecutora penal refieren a la fiesta Sensation White y Lolapalooza.
O tros eventos masivos para los cuales se ha internado droga sintética y que han pasado por tribunales son, entre varios, la venida a Chile en 2004 de DJ Tiesto , oportunidad en que se detuvo a dos jóvenes que habían recibido droga desde Holanda para venderla en esa fiesta...
Según el comisario Menay, "ese tipo de fiestas genera expectativas. Están la música, las luces de neón y estas drogas potencian los sentidos. No es que la droga se venda en el lugar mismo, generalmente es antes y la persona llega ya con la ingesta", que para este tipo de sustancias comienza a producir efectos entre 20 y 40 minutos después de ingerirla.
Por el fiscal jefe de Flagrancia de la zona Oriente, Matías Moya, han pasado casi todos los casos de detección de venta y porte en el sector alto en los últimos años. "Prácticamente en todas las discotecas del sector oriente se han visto hechos. Generalmente no al interior del local, sino afuera".
"Nosotros, si sabemos de algo, lo reventamos al tiro, van los policías a observar y ya. No podemos dejar que esto se asiente. Tener lugares de venta de droga me parece impresentable", añade el fiscal.
¿Y los colegios?
Uno de los canales de distribución de drogas en el sector acomodado más problemáticos actualmente es el que se vincula a los colegios del barrio alto, donde se comercializa principalmente marihuana. Y de la misma y tan tóxica como la que se encuentra en cualquier parte de Santiago.
El fiscal Moya lo retrata así: "Lo que se está viendo básicamente es marihuana, en todos sus tipos, incluida la paraguaya. Hemos encontrado allí casos de marihuana alterada genéticamente, como el skunk, pero son excepcionales. Si uno piensa que acá, por el nivel de recursos puede verse droga especial o de más calidad, la verdad es que eso no lo hemos notado en las incautaciones, que son las que mandan".
Por el perseguidor han pasado casos de venta en el negocio de la esquina y hasta por parte de alumnos.
"Hay personas que tienen kioscos donde ofrecen dulces o diarios, y también venden pitos. También hemos visto venta en los carritos de helado, por ejemplo. Y no le diría que en un colegio sea más que en otro. Es más o menos parejo. Y lo más grave es que estos tipos muchas veces regalan droga con el objetivo de crear un público cautivo", señala.
Lo de los propios estudiantes se da en menor medida: "Ha ocurrido, pero más excepcionalmente, que por esa vía esta gente también ha logrado incorporar a alumnos a la red de distribución. Hemos tenido casos en que alumnos han pasado detenidos como microtraficantes, y han ocurrido incluso en colegios bien conocidos de Las Condes".
Salvo estas ventas cercanas a los colegios, la distribución callejera de marihuana, tan común en la zona Sur de Santiago, se ve poco en el sector alto.
Algunos consumidores, eso sí, se trasladan a poblaciones cercanas ubicadas en Macul y Peñalolén, principalmente. "El ABC1 que consume ocasionalmente y que no tiene a alguien a quien llamar para que le entregue droga, no va a ir a La Legua a buscarla. Va a comprar a Macul y Peñalolén, tal como antes lo hacía en Emilia Téllez. Van y llaman la atención y por eso se van detenidos", cuenta el fiscal.
"Si sabemos de algo, lo reventamos al tiro. No podemos dejar que esto se asiente. Tener lugares de venta de droga me parece impresentable"
(Fiscal Matías Moya)
En la PDI están preocupados por la introducción en Chile de la droga sintética, como lo reconoce el comisario Erick Menay: "Hay un ingreso lento pero paulatino del LSD y el éxtasis, similar a lo que ocurría en los 70 u 80 con la cocaína. Luego viene la masificación y circulación transversal. El problema ya está instalado", advierte.
Cuenta que en los últimos cuatro años los decomisos de éxtasis hechos por la PDI -institución que realiza el 65% de las incautaciones nacionales de droga en general- se han mantenido relativamente estables en los últimos años, bordeando las 1.500 unidades al año. Salvo este 2012, que en el primer semestre sólo se encontraron 92. En el período subió, sin embargo, la incautación de LSD, que de una cifra similar a la del éxtasis este primer semestre totalizó 2.424 dosis.
La movida mística"En el ABC1, también hay un grupo no menor de personas que andan en búsqueda permanente del sentido de la vida y que esperan comprenderse a sí mismas y al mundo a través de la ingestión de ciertas drogas", constata el fiscal Jaime Retamal, de la zona Centro Norte.
A él mismo le ha tocado investigar dos casos de aquellos. "Habitualmente esto se hace a través de gurús, como fue el caso que vimos en una parcela de Pirque con el ayahuasca. Iban a buscarla a Iquitos y en la parcela un grupo de 'pacientes' ingerían una dosis con pretendidos fines terapéuticos. Eran 40 mil por sesión", cuenta.
Las personas -según declararon en el juicio oral varios de quienes asistieron a estos encuentros- comenzaban a ver sus vidas desde que estaban en el útero de sus madres.
Los terapeutas fueron absueltos porque no se acreditaron las concentraciones necesarias de DMT y porque el tribunal entendió que, efectivamente, ellos ofrecían realizar una terapia.
Otro caso investigado por Retamal fue por uso de mezcalina extraída del cactus de San Pedro , una droga con propiedades alucinógenas usada por culturas precolombinas del Perú. También costaba 40 mil la ingesta, que se realizaba en el Cajón del Maipo previa caminata por un costado del río. En este sí hubo condena.
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