Este año, además trabaja junto a la Fundación IM Trust y JPal para medir el impacto social y económico que tienen las plazas y los parques que construyen.
En cuatro años la obra de la Fundación Mi Parque se ha multiplicado. Mientras en 2009 sólo ejecutaron seis proyectos de áreas verdes, el año pasado lograron desarrollar, con ayuda de la comunidad, 27 plazas que llegaron a cambiarle la cara a algunos barrios en Santiago y regiones.
"Además de aumentar en número, elevamos el tamaño de los proyectos. Al principio, eran más chicos o de forestación, y no hacían un trabajo integral en las plazas. Hoy estamos haciendo proyectos más grandes que tienen un trabajo comunitario bien intenso", explica la directora ejecutiva de la Fundación Mi Parque, Andrea Gómez.
Aunque la idea para este año es seguir creciendo, en la fundación no se ponen como meta un número de plazas a construir. Esto porque dicen que eso depende de los terrenos que vayan encontrando y de la cantidad de fondos que sean capaces de levantar. "Lo que sí tenemos claro es que queremos duplicar nuestro presupuesto. El año pasado recaudamos alrededor de US$1 millón, y este año esperamos llegar a US$2 millones para hacer los proyectos que alcance con eso", agrega.
Además, del total de plazas de barrio que desarrollen durante el año, Fundación mi Parque va a tomar 30 para hacer una evaluación social y económica del impacto que tienen. Para esto, ya están trabajando con Fundación IM Trust -la organización a través de la que el banco de inversiones hace asesorías pro bono-, y Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab (JPal), un organismo internacional que hace investigación sobre desarrollo y pobreza y que en Chile funciona bajo el alero de la Universidad Católica. Juntos, están elaborando una encuesta que les va a mostrar cómo son percibidos los cambios en las comunidades. "Queremos traducir el impacto a números y mostrar lo importante que es hacer áreas verdes", explica Gómez.
Aunque se trata de un proceso que está recién empezando y que debiera mostrar sus frutos en abril del próximo año, en la Fundación ya tienen ciertas nociones de cómo cambian las percepciones de la gente al tener un área verde dentro del barrio. Esto, porque el año pasado hicieron un estudio piloto con tres plazas. Según cuenta Andrea Gómez, ahí descubrieron que después transformar un terreno baldío en una plaza, un 56% de los vecinos dijo que consideraba su barrio como un lugar más seguro, y que 65% aseguró tener más interés por hacer proyectos con sus vecinos. "Cambiaron mucho los sentimientos hacia el lugar", dice.
Plan piloto en centros del Sename y en regiones
Este año en Fundación Mi Parque además de hacer plazas, quieren seguir construyendo espacios en colegios y jardines infantiles. La idea es poder transformar los patios en áreas verdes y espacios educativos con la ayuda de alumnos y profesores.
Además, se encuentran en pleno desarrollo de un plan piloto en el centro del Sename de Talca . "La idea es potenciar lo que hacen, que son pequeños huertos", explica Gómez.
"Estamos con los ojos puestos en expandirnos y tenemos claro que lo que queremos hacer es replicar este modelo en todas partes de Chile", explica Gómez.
Eso sí, los planes no terminan ahí. Aunque aún se trata de conversaciones muy preliminares y sin nada concreto, en la Fundación están en contacto con algunos países de Latinoamérica y evaluando la mejor forma para "exportar" la fórmula. "La realidad del resto de los países es muy parecida a la realidad de Chile. Este es un modelo muy replicable porque se basa en asociar a los actores necesarios en la recuperación del espacio", asegura.
