"¡Abajo el comunismo! ¡Abajo la dictadura! ¡Libertad para el pueblo de Cuba!", fueron algunas de las consignas que Andrés Carrión alcanzó a gritar en la misa celebrada por Benedicto XVI en Cuba -en marzo-, antes de ser detenido por los guardias del régimen castrista.

En una entrevista que dio a la famosa bloguera disidente cubana, Yoani Sánchez -y publicada hoy en el diario español "El País"-, Carrión explicó que llegó al lugar de la misa masiva en Santiago de Cuba a las 11 de la mañana y que eligió un sitio estratégico para hacer su sorpresiva intervención. En un momento, cruzó los cordones de seguridad y, antes de que lo atraparan las fuerzas de seguridad, se dirigió entre gritos al Santo Padre.

"¡Monseñor no se deje engañar, que el pueblo de Cuba no es libre!", alcanzó a gritar antes que se lo llevaran.

"Todo el mundo debe entender que los cubanos no tenemos espacios donde expresarnos. Debido a eso uno busca un espacio donde ser oído y creo que aquella era una oportunidad que no se podía dejar pasar", dijo Carrión.

El hombre, que afirmó no pertenecer a ningún partido y que aseguró que su proclama fue una idea personal, agregó que "tenía una motivación cívica y de principios: los cubanos debíamos hacer algo para que el mundo supiera de las violaciones y los grandes problemas que afrontamos aquí con la libertad de expresión y los derechos humanos" .

Tras los gritos, Andrés Carrión estuvo encarcelado 20 días.

A su juicio, gracias a la atención mediática, no lo golpearon, aunque sí lo mantuvieron en una celda oscura. Sólo tenía luz durante 20 minutos diarios. Según explicó a la bloguera, una vez libre, sus libertades personales se vieron limitadas: no puede salir de la comuna donde vide, tampoco asistir a reuniones, ni dar entrevistas. Sin embargo, Carrión explicó que no pretende cumplir con ninguna de dichas reglas.

-"¿Lo volverías a hacer?" -le preguntó Yoani Sánchez.

-Sí, claro que sí. Lo hice por mi país, por mi pueblo y en ese momento supe que aquella acción me podía costar la vida. Incluso yo me despedí de mis familiares sin que ellos lo supieran. (...) Yo pensé que no regresaba, pensé que ese iba a ser el último día de mi vida.