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El "lado feo" de Viña del Mar: Lanzazos, campamentos y prostitución callejera

Residentes de la ciudad denuncian la parte menos amable de la reputada capital turística de Chile. Travestis se apoderan del centro en la noche y extranjeras ofertan servicios sexuales.  

por:  Felipe Díaz y Fernando Duarte
viernes, 03 de febrero de 2012
Viña del Mar

El centro de Viña se ve plagado en la noche por travestis y prostitutas.


Ocho de la tarde y decenas de veraneantes recogen sus toallas desde la playa Acapulco de Viña del Mar para volver a sus casas.

A pocas cuadras de allí, en la intersección de 5 Norte con 1 Poniente (pleno centro de la ciudad), dos mujeres comienzan su jornada laboral iniciando las "ofertas" de prostitución callejera en la Ciudad Jardín.

El episodio muestra "el lado feo" de la reputada capital turística de Chile, la misma ciudad que es reconocida internacionalmente por su festival, sus bondades gastronómicas, comerciales y deportivas. Sin ir más lejos, acaba de terminar el mundial de surf Billabong que atrajo a cientos de turistas hasta sus playas y se apresta a recibir en el Festival de Viña a artistas de la talla de Luis Miguel, Marc Anthony y Juan Luis Guerra.

De hecho, el director de Sernatur de la V Región, Milos Miskovic, asegura que "las ciudades de Viña del Mar y Valparaíso son el primer destino de los turistas internacionales que visitan Chile " y según datos de la Cámara de Comercio y Turismo, hasta ahora el ingreso de visitantes chilenos y extranjeros a la ciudad ha aumentado en un 32% en comparación con la misma fecha del 2011.

Y pese a las cuentas alegres que sacan empresarios de la zona, vecinos y autoridades advierten que las peleas callejeras, los robos y especialmente la prostitución se han transformado en pan de cada día.

Andrés Celis, concejal (RN) de Viña del Mar, es lapidario. Acusa que el municipio hace "publicidad engañosa" al promocionarse como una "Ciudad Bella" y que muy poco le queda de "Ciudad Jardín".

Sentencia: "El problema fundamental es su doble cara. Quienes no viven acá la ven como una comuna millonaria (es la tercera comuna con el presupuesto más abultado), pero no se dan cuenta de que es la ciudad que tiene más campamentos en todo Chile . Incluso el más grande del país, el Manuel Bustos (donde viven 20 mil personas) está aquí".

Y es cosa de subir los cerros de Viña del Mar para ver cómo desaparece el glamour de la costanera. En las inmediaciones de la rotonda Santa Julia hay tres campamentos, donde (según aseguran los vecinos) se trafica drogas.

Travestis se apoderan del centro

Las estadísticas muestran que sólo el 20% vive en el plano de la ciudad y el 75% habita en los cerros. "Las imágenes de Viña siempre muestran sólo el casino y la playa. Parece que quisieran que esta parte no existiera", reclama el poblador de uno de los campamentos.

El ex presidente de la Junta de Vecinos "Casino" (del sector oriente) Alfredo Karmy se suma a las críticas y reclama la falta de "mano dura" de las autoridades para enfrentar los problemas.

El comercio sexual callejero se ha transformado en uno de los temas más complejos , lo que es reconocido incluso por las autoridades del municipio (ver recuadro). Las inmediaciones de la intersección de 5 Norte con 1 Poniente concentran la mayor actividad, donde travestis y prostitutas parten con luz de día su negocio y sólo pasadas las 7 de la mañana vuelve la tranquilidad al sector.

Aunque el tema no es nuevo -reconocen los mismos vecinos-, este último tiempo se ha incrementado fuertemente, sobre todo en verano ya que la oferta y la demanda se multiplican. De hecho se ha visto con frecuencia algunas extranjeras ofreciendo sus servicios : "Llegan muchas de Santiago, de Mendoza y últimamente mulatas colombianas", cuenta Karmy.

Pero lo más complicado, asegura, son los travestis. Dice que tras consumir drogas y alcohol, se ponen violentos y cuenta que hace poco funcionarios de seguridad ciudadana fueron atacados con cuchillos y cadenas tras intentar controlar a un grupo que ejercía la prostitución.

Para revertir esta situación, el municipio les ofreció "reconvertirse laboralmente" o trasladarse a la Plaza O'Higgins, donde prácticamente no hay casas y sólo locales comerciales. Pero ignoraron la oferta porque el sector les asegura clientela y con frecuencia se ven haciendo negocios con conductores de vehículos costosos. "Se desnudan para demostrar que están operados y lo peor es que, además de tener sexo ahí mismo, usan las calles como baños. Son los vecinos quienes a la mañana siguiente deben limpiar", señala.

Y aunque los vecinos hacen las denuncias, aseguran que fiscalía no ha tomado cartas en el asunto y que Carabineros y la PDI ya ni siquiera concurren al lugar.

De hecho, el Hotel Queen Royal (5 Norte con 1 Poniente) incluso instaló una cámara de vigilancia en su entrada para persuadir a las prostitutas. "Esta situación se ha vuelto intolerable para los pasajeros. Todos reclaman y se llama a la policía. Si viene Carabineros, ellos se van, pero a los cinco minutos ya están de vuelta", admite Sergio Encina, quien trabaja en este hotel.

Peleas y disgregación de zonas

Pero esto no es lo único que tiene molestos a los viñamarinos. También se quejan por la poca regulación que existe en la ciudad para diferenciar sectores residenciales de comerciales. Y no son pocos quienes sufren el problema.

Varios son los lugares donde se pueden ver casas colindando con centros comerciales. Se trata de familias que viven en inmuebles de hace más de 20 años, que cuando se instalaron allí salían a su jardín y veían el cielo. Hoy... sólo tienen vista a una gigantesca muralla de cemento y sombra todo el día.

Son tres las casas que, por este problema, están actualmente a la venta en una cuadra de la calle 14 Norte. "Vivo aquí desde que nací. Antes era tranquilo, pero ahora todo el día hay ruido y gente. Estamos esperando que nos den un buen precio para irnos", admite Rodrigo Sandoval, uno de los residentes de estas casas.

Esa misma falta de segregación se repite en la zona de los pubs, donde es común encontrar una casa inmediatamente al lado a una discoteca . Problema que, claramente, se potencia a su máxima expresión en el verano, cuando los residentes de la población Vergara muchas veces aseguran que no pueden dormir por el ruido de los desórdenes juveniles.

Karmy advierte que esta realidad se ve fuertemente en el sector cercano al Casino, donde se genera un círculo vicioso entre quienes van a jugar, los que asisten a los pubs y los cuidadores de autos. "El exceso de ruido, el griterío que se genera cuando la gente sale de los locales y las discusiones con las personas que sin tener autorización se encargan de vigilar los vehículos ha provocado que la plusvalía se vaya al hoyo", recalca.

Son precisamente estas noches de "carrete" las que sirven como marco para peleas callejeras entre adolescentes que se van a la playa de noche para "carretear" y consumir alcohol. Las riñas -que parten por provocaciones tan simples como negarse a entregar un cigarrillo o mirar la polola de otro joven- ocurren, generalmente, en las cercanías del muelle Vergara y en las afueras del Mc Donald's de Reñaca.

Robos en la playa en hora peak

Pero el peligro no es privativo de la noche. La delincuencia también hace mella en el centro de la ciudad y a plena luz de día.

El último estudio del Ministerio Público revela que las denuncias en la ciudad subieron a un 12,3% y que es la duodécima comuna con mayores denuncias en el país, pese a ser una de las ciudades con más cámaras de seguridad.

Uno de los puntos neurálgicos de los robos es 14 Norte con Libertad (donde está el centro comercial). Alejandro Rojas, dueño de un local en ese lugar, es testigo privilegiado de los asaltos: "Aquí se pone un retén móvil de Carabineros que, cuando se va como a las 7 de la tarde, altiro aparecen como ocho tipos que se dedican a hacer lanzazos. Aunque igual quedan carabineros de tránsito, los tipos no los pescan y lo hacen igual".

Cuenta que "se paran frente a la pasarela que da al mall. Generalmente andan de a cuatro y uno se acerca a la víctima para marcarla, generalmente siguiéndola de cerca. Ahí, los otros corren hacia ella y le quitan todo lo que pueden, y luego arrancan".

Y aunque el problema ocurre todo el año, en época estival la hora peak de estos delitos es tipo 7 de la tarde, cuando las personas se van de la playa. "Aprovechan de correr a las masas de veraneantes y agarran lo que puedan: relojes, carteras, mochilas, billeteras o cadenas", dice el vendedor.

 Municipio evalúa crear un "barrio rojo", pero idea no ha prosperado

En la Municipalidad de Viña del Mar admiten que el tema más grave que afecta a la ciudad es la prostitución callejera y, específicamente, la de los travestis.

El director de Asesorías Jurídicas de la comuna, Mario Araya, dice que este es un problema que se arrastra de años: "Estamos conscientes del clamor de los vecinos que viven en esa parte de Viña del Mar y la alcaldía ha tomado medidas (para aplacar este problema), pero no tenemos las facultades de Carabineros o la PDI", dice el abogado.

De hecho, cuenta que en varias sesiones del Concejo Municipal se ha discutido la posibilidad de crear "un barrio rojo". Sin embargo, la idea no ha prosperado "porque nadie quiere tener algo así en el sector en que vive".

De continuar los problemas, adelanta, deberán aplicar un plan similar al que hace unos años implementaron en "la Manzana 666" (ubicada en la avenida Valparaíso), la que logró controlar el consumo de alcohol y el tráfico de drogas. Para ello, recuerda, "tuvimos que acordar con Carabineros que hubiera vigilancia las 24 horas, mejorar la iluminación del sector e instalar más cámaras de televigilancia", afirma Araya.

Pero más allá de reconocer el conflicto generado por la prostitución callejera, el profesional niega que haya grandes problemas delictuales en el centro de la ciudad y las playas.

"El borde costero es tranquilo y si bien el turismo genera más delincuencia, es un tema que está controlado y que no ha empañado el perfil turístico que tiene Viña del Mar", dice. De hecho, enfatiza que en lo que va del año las visitas de turistas nacionales y extranjeros aumentaron fuertemente, llegando a generar un 95% de ocupación de los hoteles durante los fines de semana y un 80% en la semana".

Algo que, asegura, se incrementará entre el 22 y el 27 de febrero, cuando se realice una nueva versión del Festival de la Canción de Viña del Mar: "Las entradas para el primer día se agotaron en media hora y ése es un indicador de que a la gente le gusta venir acá".

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