Si bien los nuevos contratos del Transantiago comenzarán a regir desde marzo de 2012 -una vez que la Contraloría tome razón de ellos- las empresas del sistema ya están afinando las inversiones y los planes operativos para hacer frente a las obligaciones impuestas por el Ministerio de Transportes, tras el largo proceso de renegociación de los documentos.

Por lo pronto, el principal gasto en que deberán incurrir las siete empresas de transportes que componen el sistema será la compra de buses nuevos para las zonas alimentadoras . Esto, debido a que en un plazo de dos años (2012-2014) deberán desaparecer los 800 buses "enchulados" que hoy recorren las calles de la capital.

Asimismo, producto de las negociaciones, a todos los operadores del sistema les fue asignado un alimentador, por lo que no habrá mucho espacio para el ahorro... si bien estas máquinas son más pequeñas que los buses "orugas" de los servicios troncales.

Buses nuevos y "reciclados"

Por ejemplo, SuBus -que asumirá la zona G de La Cisterna, La Pintana, El Bosque, San Bernardo y San Ramón)-, deberá adquirir cerca de 250 buses para atender la demanda existente.

Según la empresa, la inversión se estima en US$130 mil por cada máquina, unos US$ 32. 5 millones.

STP Santiago -quien controla la zona F en Puente Alto-, si bien en los años anteriores ha hecho inversiones, ahora deberá comprar cerca de 30 buses a Mercedes Benz de Brasil. El gasto total, según fuentes de la empresa, bordearía los US$6 millones.

Quien también debería incurrir en grandes desembolsos es la compañía Alsacia Express -de capitales colombianos- que pasará a gestionar la zona D (La Reina, Ñuñoa, Peñalolén y Macul). Según fuentes conocedoras del negocio, la empresa deberá comprar cerca de 150 buses.

Sin embargo, las empresas están tratando de "reciclar" algunos vehículos de pasajeros para maximizar los recursos. En el eje de esta estrategia está STP Santiago que, al dejar de gestionar la mentada zona D por término de concesión, podrá disponer de medio centenar de buses.

Muchos de ellos irán a parar a la zona F de Puente Alto y otros ya fueron pedidos por Buses Metropolitana para la zona E (La Florida y La Granja)... donde "hay muchos tarros que apenas andan", confiesa un alto ejecutivo del sistema.

La millonarias inversiones son claves para Transantiago porque la renovación de la flota no sólo significará la salida de los buses antiguos, sino que también una mayor calidad del servicio.

A partir de marzo las empresas concesionarias deberán cumplir un estricto protocolo que incluye un mejor diseño interior de los buses: asientos más cómodos -el actual diseño es muy pequeño e inseguro-; mejor iluminación, más ventilación y una mayor cantidad de agarraderas, para evitar accidentes antes posibles frenazos.

Más inversiones... zonas pagas y terminales

Los gastos, en todo caso, no se terminan con los buses. Según la mayoría de las fuentes consultadas, se deberán hacer fuertes inversiones en la contratación de personal, el control de la evasión y las zonas pagas (que sirven para que las personas paguen antes de subirse al bus).

No obstante, en estos casos las cifras específicas están "en veremos". Esto, por una parte, porque el Ministerio de Transportes aún no ha informado a las empresas de los estándares mínimos que deberán tener las zonas pagas.

En esta línea, las empresas tampoco tienen claridad de cuánto les saldrá cada validador «Bip» que ocuparán en esas zonas, debido a que las negociaciones entre la secretaría de Estado y el AFT -quien gestiona los validadores- todavía no concluyen.

"El punto clave que es lo que va a pasar con el AFT. Ellos ponen trabas, no facilitan el tema de la recaudación... ni con el prepago o los validadores. Nos dicen que no tienen más validadores y te cobran unos precios exorbitantes. No sacamos nada con construir zonas pagas si no tenemos las máquinas Bip", cuenta una alta fuente de la industria.

Sin embargo en otros temas de infraestructura la cosa está adelantada. SuBus, sin ir más lejos, está terminando de construir en el sector de Lo Blanco (paradero 38 de Santa Rosa) una "cabecera" -miniterminal- donde se podrán estacionar unos ocho recorridos que, reunidos en sólo lugar, permitirá controlar de mejor manera la regularidad del servicio.

El costo de la obra, según la compañía, es de US$ 1 millón.

Otra forma de ahorro

Y mientras algunos abren las billeteras para nuevos gastos, otros optan por mejorar la gestión y abaratar costos. Tal es el caso de Metropolitana, que a partir de marzo próximo se encargará preferentemente de gestionar el servicio que actualmente ofrece Unitran. La idea, cuentan, es utilizar los mismos buses y chóferes de hoy y sólo darles los grandes lineamientos sobre la regularidad que deban cumplir.