"Llegó el tiempo de juntarnos en torno a una mesa, en un clima de paz y no en un clima de guerra", planteó el Presidente. Mientras, se desarrolla una intensa ofensiva para lograr que dirigentes del movimiento se sienten a conversar con el Gobierno.
Sus dichos se enmarcan dentro de una ofensiva del Ejecutivo por restablecer los canales de comunicación con el movimiento estudiantil, luego de una semana marcada por el polémico paro de la CUT y las marchas de ayer, y cuando la próxima semana el Poder Legislativo debe retomar la discusión de las mociones parlamentarias sobre lucro.
"Sin perder un segundo más..."
Fue en medio de la inauguración de un hospital en Hualañé que el Mandatario recalcó que "sin perder un segundo más, restablezcamos el camino del diálogo, de buena voluntad y el camino de los acuerdos fecundos".
El discurso de Piñera fue enfático al declarar que, tras los episodios de los últimos días, que "el país ya ha conocido y ha sufrido demasiada violencia, demasiada destrucción. Se le ha causado dolor a demasiada gente y creo que llegó el tiempo de reaccionar". Por ello, explicó el Mandatario, " llegó el tiempo de juntarnos en torno a una mesa , en un clima de paz y no en un clima de guerra, con buena voluntad y no con intransigencia, buscando juntos las soluciones que van a permitir a nuestro país tener una educación de calidad y con un financiamiento justo y adecuado para todos sus hijos".
En una de las semanas más duras desde que se arrastra el conflicto estudiantil, y que coincidió con hechos de violencia durante los dos días de paro nacional convocados por la CUT, Piñera sostuvo que "hay algunos que quieren destruir a nuestro país, hay algunos que quieren causarle daño a los chilenos. Pero yo sé que la inmensa mayoría de los chilenos, y aquí no hago ninguna distinción entre Gobierno y oposición, queremos justamente lo contrario ".
Ofensiva a distintos niveles
Aparte de los dichos de Piñera, los intentos por establecer un diálogo con los estudiantes siguen desarrollándose extraoficialmente tanto en esferas de gobierno como parlamentarias.
Incluso, según aseguran fuentes políticas, durante esta convulsionada semana igual se han mantenido los contactos extraoficiales, en los que participa el mismísimo ministro de Educación, Felipe Bulnes, o alguno de sus representantes.
Y es que las últimas jornadas de movilización fueron consideradas "un punto de inflexión", que fortalece el propósito de establecer el diálogo con los estudiantes.
Los principales puentes, hasta ahora, se han dado, en privado, con dirigentes secundarios. Y se espera incluir en las próximas horas a los universitarios, especialmente el ex presidente de la FEUC, Miguel Crispi (PS) y asesores de Camila Vallejos.
El propósito es acotar las peticiones y buscar cómo plasmarlas a nivel legislativo. Pero Bulnes no está sólo en la tarea. Cuenta con el respaldo del comité político y también de un grupo de parlamentarios oficialistas - como los diputados María José Hoffman, José Antonio Kast, Nicolás Monckeberg y Lily Pérez- que han desplegado esfuerzos para extender redes con los estudiantes.
El gran tope es que no todos ellos están dispuestos al diálogo. Incluso, hay quienes plantean que, más difícil que lograr el compromiso de Camila Vallejo, será entenderse con los dirigentes de aquellas federaciones de regiones más anárquicas que las de la Región Metropolitana, como la de la Universidad Católica de Valparaíso.
En ese marco de buscar acercamiento se ubican, aparte de los dichos presidenciales, el ofrecimiento que hizo el ministro Andrés Chadwick al plantear que "el Gobierno está con sus puertas abiertas a un diálogo para encontrar un camino de unidad, y si ese diálogo se puede dar antes de enviar los proyectos de ley al Congreso, ningún problema, nos sentaremos a la mesa para conversar, y si eso no es posible, el diálogo sí está asegurado en el Parlamento".
