Hay que tener cuidado, ya que aparecen con más frecuencia cuadros de anorexia, bulimia, trastornos por consumo de sustancias, como dependencia y abuso de éstas.
Los cambios de hábitos, de estructura de enseñanza y de exigencia muchas veces son determinantes para que un joven que recién ha dejado el colegio e ingresa a la universidad se sienta perdido en un comienzo, más aún si la continuación de estos estudios se realiza fuera de la casa de sus padres.
En general, la universidad supone un ambiente más libre y menos estructurado para el estudiante, por lo que la responsabilidad de estudiar recae fundamentalmente en sus hombros. Entonces, la dificultad radica en armar un horario de estudio y ordenarse con los tiempos.
"Por ejemplo, las carreras tienen pruebas solemnes que abarcan una gran cantidad de contenidos. Asimismo, los distintos ramos de las carreras convergen en sus periodos de evaluación, por lo que para poder rendir bien, es necesaria una organización previa, que a veces no está presente desde la educación media", sostiene la psicóloga de la Universidad San Sebastián, Marianne Wentzel.
Los cambios son grandes cuando además los jóvenes tienen más libertad y flexibilidad para elegir lo que quieren hacer. "En esto los padres deben tener especial cuidado ya que la tentación es grande. Aparecen con más frecuencia cuadros de anorexia, bulimia, trastornos por consumo de sustancias, como dependencia y abuso de éstas", sostiene la especialista.
Para Marianne Wentzel, no se trata de que los jóvenes vivan una crisis en esta etapa. "El principal conflicto del adolescente guarda relación con la configuración de la identidad y responder a la pregunta existencial de ¿Quién soy? La crisis que supone la adolescencia tiene que ver con los cambios físicos, psicológicos y sociales que surgen en este periodo del ciclo vital".
El apoyo que pueden prestar los padres es fundamental para ayudar a sus hijos a encontrar un camino de estabilidad emocional, si es que notan algún cambio producto de su ingreso a la universidad. "Hoy en día la forma de comunicarse entre los padres e hijos, e incluso entre los mismos jóvenes ha evolucionado. Existe una línea de investigación que alude a los New Millennium Learners (NML), o nativos virtuales, que nacieron tras la masificación de internet y actualmente son los adolescentes y estudiantes universitarios. Los NML son menos textuales, les cuesta más leer, tienen una capacidad de atención multifocal y virtualizan las relaciones. A veces prefieren conversar por Facebook en vez de cara a cara", afirma.
Por ello se les puede orientar en cómo organizarse, establecer horarios, hacer deporte, alimentarse en forma saludable y mantener relaciones sociales adecuadas, lo que a juicio de la experta podría evitar una caída en excesos y consecuencias nefastas para el éxito académico.
La especialista infanto juvenil destaca que es muy importante que los padres se den un espacio para conversar sobre el proyecto de vida de sus hijos, tocando temas como qué quiere hacer con su vida, qué sueños tiene, cuáles son sus expectativas y qué valores son relevantes para él.
Otro aspecto importante es que se estimule su independencia y se haga cargo de sus decisiones y responsabilidades, afianzando su autoestima.
Finalmente, la psicóloga Marianne Wentzel sostiene que los padres siempre son los principales consejeros de los hijos, y aunque hayan comenzado una nueva etapa, no se les debe dejar solos durante el proceso de adaptación.
En conclusión, la psicóloga Marianne Wentzel entrega estos consejos:
1.-Oriente a su hijo a organizar espacios y tiempos de estudio.
2.-Incentívelo a que practique un deporte.
3.-Dese un espacio para conversar sobre el proyecto de vida de su hijo.
4.-Si es posible, coméntele su propia experiencia académica.
5.-Comprenda que las notas de la universidad son distintas a las notas del colegio, puesto que el nivel de exigencia también es mayor.
6.-Ponga hincapié en que el mayor trabajo es responsabilidad del estudiante, estimule su autonomía.