por:  EFE

lunes, 05 de octubre de 2015

El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, rebajó hoy nuevamente la proyección de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para este año en Chile a un 2,25 %, guarismos que están dentro de los “márgenes razonables,” precisó.

"Estas proyecciones son realistas y están dentro de los márgenes razonables,” recalcó el jefe de las finanzas públicas en el marco de la tramitación de la ley de Presupuesto 2016 que se analiza en el Parlamento.

La cifra dada a conocer ahora por Valdés es inferior al 2,5 % previsto en julio pasado, aunque aseguró que la economía local tendrá un crecimiento levemente mayor en 2016, en torno al 2,75 %.

En el primer semestre de 2015, el PIB creció un 2,2 % interanual y a comienzos de septiembre el Banco Central recortó por segunda vez en lo que va de 2015 su previsión de crecimiento para el año, desde un rango de entre 2,25 % a 3,25 % a uno de entre un 2,0 % y 2,5 %.

La volatilidad de la economía internacional, la ralentización de China, el principal socio comercial de Chile y la caída en el precio del cobre, el principal producto del país, son señalados como la causa del lento crecimiento, factores a los que se suman una baja demanda e inversión interna.

En cuanto a la demanda interna, Valdés dijo este lunes que las proyecciones indican que anotará un alza de 1,5 % este año y de 2,5 % en 2016.

En cuanto a la inflación, se prevé que cerrará el año en torno al 4,3 %, mientras que en 2016 lo haría en 3,8 %.

Valdés informó, además, que el Presupuesto de 2016 proyecta un déficit fiscal efectivo de 3,3 % del PIB para este año y de 3,2 % para 2016.

Asimismo, subrayó que el déficit estructural en 2015 será de 1,6 % del PIB y de 1,3 % el próximo año.

La economía chilena afronta un ciclo de lenta recuperación tras un periodo de desaceleración que se extendió entre 2013 y 2014, cuando la economía creció solo un 1,9 %, frente a un 4,1 % del año anterior.

Frente a este sombrío panorama económico y como una señal de austeridad, el pasado 21 de septiembre, el Gobierno chileno, tras un acuerdo con el Parlamento, resolvió congelar por un año los sueldos de la presidenta Michelle Bachelet, los ministros y otros altos cargos, además de los senadores y diputados.