Podría sentar precedente en indagación por usura contra holding de Lavín y Délano.
El arreglo quedó plasmado en el Twitter de Fontaine, quien hace algunos días escribió: "Penta ganó en segunda instancia arbitraje por tasa en lease back. Gracias a Alfredo Alcaíno y Jorge Schenke llegamos a un acuerdo. Bien".
El conflicto se remonta al año 2010, cuando a través de Inmobiliaria SW Deportes, el economista adquirió la sociedad G y D (ligada al ex tenista Hans Gildemeister), que estaba sumergida en una compleja situación financiera.
En uno de sus intentos por darle viabilidad a la empresa, en 2008 G y D suscribió un contrato de lease back (arrendamiento con promesa de compraventa) con la aseguradora Penta Vida por tres terrenos ubicados en Macul, por los que recibió cerca de $4.000 millones. A cambio, se comprometió a cancelar 211 cuotas a una tasa de 7,15% anual.
Al revisar estos contratos firmados antes de tomar el control de G y D, Fontaine se dio cuenta que el interés de 7,15% anual acordada entre Penta y Gildemeister excedía la Tasa Máxima Convencional vigente al momento de firmar el documento y que además existía una cláusula en el contrato que lo obligaba a pagar 44 meses de intereses si es que decidía prepagar la deuda. Tras intentar sin éxito solucionar el problema directamente con Penta, Fontaine envió cartas a la Superintendencia de Valores y Seguros para reclamar por esta situación, pero la respuesta fue que debía acudir a un arbitraje.
Contrató abogados y exigió a la aseguradora que le restituyera $322 millones que, desde su punto de vista, se habían pagado en exceso.
Penta Vida, representada por el estudio Alcaíno & Rodríguez, argumentó que el leasing financiero no es una operación de crédito.
Las partes en disputa acudieron a un árbitro que propuso un acuerdo, pero Penta lo rechazó. Fontaine, nuevamente usó Twitter para contarlo: "El árbitro que fue designado en la disputa con Penta propuso solución intermedia. Penta no aceptó. Sugiero no hacer negocios con Penta", posteó en la red social en septiembre de 2012.
Tras perder en primera instancia, Penta apeló y le fue bien. Los árbitros de segunda instancia determinaron, entre otras cosas, que "la operación económica de que da cuenta el contrato no es una operación de crédito de dinero que esté sujeta al límite del interés máximo convencional".
Entonces Fontaine escaló el caso y presentó un recurso de casación en la Corte Suprema, que en diciembre declaró admisible su reclamo. En él insistió en que no existían argumentos conceptuales para que este contrato de lease back, al igual que el resto, no fuese calificado como una operación de crédito sujeto a la tasa máxima.
En eso estaban cuando finalmente lograron el acuerdo. Fuentes de Penta señalaron que se firmó un nuevo contrato con una tasa más baja y, a cambio, le pidieron a Fontaine que informara públicamente por Twitter que se había llegado a un acuerdo. No hubo devolución de dinero.
Al respecto, Fontaine señaló que no podía entregar mayores detalles del arreglo por existir una cláusula de confidencialidad, pero aseveró que el acuerdo surgió de conversaciones entre su abogado, Jorge Schenke y el de Penta, Alfredo Alcaíno.
Este no es el único caso en el que el grupo Penta enfrenta problemas por el cobro de tasa de interés.
La Fiscalía Centro Norte está investigándolo por el delito de usura, luego que la SVS le entregara antecedentes de una multa cursada por cobrar intereses por sobre la tasa máxima convencional a la constructora Santa Beatriz.
Fuentes ligadas al proceso creen que el acuerdo alcanzado con Fontaine podría sentar un precedente para poner fin a este caso.
