La premisa es aprovechar al máximo el tiempo, mezclando medios de transporte y alojamientos.
A la hora de decidir qué hacer en vacaciones, muchos optan por aprovechar el tiempo para disfrutar del ocio inmóvil. Ya cansados del ir y venir diario, prefieren buscar un lugar donde quedarse y no moverse.
Sin embargo, para otros la adrenalina del movimiento es una constante que no abandonan a la hora de vacacionar. Aprovechar al máximo los pocos días de quiebre de la rutina es la premisa con la cual se han ido generando nuevas alternativas del turismo de alta gama que mezclan medios de transporte y alojamientos estilo suites , con alta gastronomía, atención literalmente personalizada e instalaciones de spa permanentes.
Abordar un avión, para luego tomar un helicóptero, que lleve a un pie del cerro que se suba en bicicleta... en cosa de horas. Tomar un crucero, hacer un trekking en un glaciar, subir a un helicóptero para sobrevolar canales y darse un jacuzzi , todo en un mismo día. Recorrer más de 2.000 kilómetros por tierra, mar y aire para conocer lugares en tres o seis días.
Puede resultar agotador para quien prefiere la dinámica del resort . Pero es una manera de enfocar el descanso que tiene cada vez más adeptos entre los chilenos a la hora de su decisión más placentera del año: qué hacer en vacaciones.
Disfrutar el Continente Blanco. Con esa máxima, el aero-crucero de Antarctica XXI comienza su itinerario en Punta Arenas, desde donde sus pasajeros vuelan en avión privado por 2 horas a Isla Rey Jorge. Allí toman el crucero para navegar por la península antártica y realizar actividades como caminatas con raquetas de nieve, zambullidas al mar helado, trekking, kayak, visitas a bases científicas y avistamiento de pingüinos, focas y ballenas.
La oferta gastronómica contempla 12 vinos chilenos, champaña francesa, además de centolla, salmón y cordero.
La temporada va desde fines de noviembre a febrero, con valores entre US$11.796 y US$18.995 por persona los siete días y seis noches todo incluido (bebidas sólo en comidas).
El servicio es casi persona a persona, ya que cuenta con una capacidad de 85 pasajeros y 71 tripulantes, en un buque que cuenta con 4 tipos de suites, algunas incluso con balcón privado, y jacuzzi en cubierta.
La Patagonia chilena por mar, tierra y aire. Esta es la promesa del crucero Nomads of the Seas, diseñado por Enrique Concha y con el chef Guillermo Rodríguez a cargo de la alimentación, que comienza en Puerto Montt y navega por los canales australes.
El buque Atmosphere, con 32 tripulantes para 28 pasajeros y equipado con un helicóptero Bell 407 y cerca de 80 embarcaciones anexas, busca un entretenimiento multidimensional.
Su temporada parte en noviembre y termina en abril, y ofrece programas para necesidades determinadas: el más popular, pesca con mosca, y el segundo, vida silvestre, que incluye trekking, kayaking, rafting, jetboating, snorkeling, visitas a termas y glaciares colgantes.
Los valores van desde US$11.300 a US$14.460 por persona las 7 noches con todo incluido. También hay viajes privados grupales: 7 noches por US$300.000 y 3 por US$115.000.
Una vuelta a las atracciones del centro y norte de Chile en poco tiempo. La apuesta de Noi Hotels es un programa de 4 días y 3 noches en tres hoteles, que parte en el Noi de Vitacura. El día 2 sigue en el Puma Lodge, en la cordillera de la VI Región. Allí se puede practicar heliski, en invierno, o visitar en helicóptero los valles del Cortedal, Cachapoal, las Leñas, o el Río Cipreses, donde los pasajeros pueden descender y pasear en bicicleta. Luego, cerrar el día con masajes y tratamientos corporales, y una degustación de platos típicos con vinos chilenos.
El día 3 prevé la vuelta a Santiago, para tomar un avión privado que lleva en dos horas a San Pedro de Atacama. Allí está programado un desayuno en Laguna Céjar, almuerzo en las Lagunas Altiplánicas, caminatas en el volcán Saciel y visitas a la aldea de Tulor, Termas de Puritama y al Salar de Tara. El programa cuesta US$ 16.000 por pareja e incluye desayuno, almuerzo y comida.
