Economista de Principal, cree que la previsión de crecimiento tendencial del Gobierno (4,3%) es muy optimista. Apuesta por 3,25%.
Se autodenomina uno de los economistas más pesimistas del medio y sus pronósticos lo confirman: cree que todavía falta por ver efectos de la desaceleración en el consumo, no califica ninguna cifra macroeconómica de alentadora, estima que el PIB de tendencia alcanzaría apenas 3,25% (mientras el Gobierno espera 4,3%), que el desempleo podría alcanzar un 8% y ve complejo que el gasto fiscal pueda impulsar la economía.
Es Valentín Carril, el economista jefe y estratega para América Latina de Principal, quien tras conocer las cifras del tercer trimestre publicadas por el Banco Central, estima que el shock de la inversión ya lo sufrimos y que ahora les toca el turno a otros componentes de la economía. "Cuando uno tiene un shock en la inversión, después vienen caídas de otros factores, como la inversión de bienes durables, autos, ese tipo de cosas. Todavía falta una caída en el consumo más duro, de servicios y esas cosas, que están cayendo en porcentajes menores, pero están más ancladas al PIB", asegura.
-¿Podría caer el consumo incluso en el cuarto trimestre, que es cuando más se consume?
-La caída partió el tercer trimestre, se va a profundizar el cuarto, e incluso podría seguir el primero de 2015.
-¿Aunque el desempleo no sea tan terrible?
-Las cifras no son terribles, pero deberían ser mejores. Estamos entrando a los meses de verano y el desempleo bajó una décima. Hay que considerar que hay mucho empleo por cuenta propia. Entonces, hay varias razones para pensar que el consumo se podría debilitar un poco más, por lo que el PIB partirá el próximo año más o menos lento. Otra cosa bien notable es que nuestro consumo, que solía ser 70% del PIB, ahora está en 76%: somos un país que ahorra menos y eso compromete el crecimiento futuro, por la caída de la inversión. Así, la gran pregunta es cuál es nuestra tendencia de crecimiento a largo plazo.
-El Gobierno cree que el PIB tendencial es 4,3%...
-Pero eso es súper optimista. No lo digo por algo político, pero el crecimiento demográfico de la fuerza laboral de Chile está para abajo y para pensar que Chile va a crecer 4,3%, con un crecimiento de fuerza de trabajo que estamos teniendo que es menos de 1%, necesitas que la productividad laboral suba 3,5%, que es en el ambiente mundial muy excepcional. El promedio mundial es 2%. O sea, habría que estar al doble de ese estándar. Puede ser, lo hemos hecho, pero es complicado. Yo creo que el (crecimiento) potencial de Chile anda cerca de 3,25%
-¿Por qué?
-Hay una combinación de factores. Primero, un tema demográfico, porque si la población en vez de crecer 2%, crece 1%, la verdad es que entre un PIB de 4,3% y 3,4% en per cápita es lo mismo. Japón, por ejemplo, está muy envejecido y su crecimiento per cápita se reduce. Lo segundo es que el ingreso va subiendo, y la teoría dice que cada vez se hace más difícil mejorar.
El tercer factor, sin duda, es la reforma tributaria, que aumentó impuestos al factor capital y los redujo al factor trabajo. Eso genera una caída en la inversión, que significa una mayor razón trabajo-capital, por lo tanto no se va a crear trabajo mientras no mejore el otro capital: el capital humano. Eso demandará cinco años. Ojalá la reforma educacional funcione bien y tengamos mejor capital humano, pero eso no pasará mañana.
-¿El gasto fiscal apoya?
-Tengo dudas, porque saldrá de impuestos y, segundo, parece un poco optimista pensar que los grandes proyectos de inversión se van a resolver tan rápido. ¿Va a apoyar? Sí, pero que lo haga con la magnitud que se espera, lo dudo. Se habla de casi 10% de aumento en el gasto, pero de ese aumento la mitad es inversión, y con la inversión pueden pasar muchas cosas: quieren construir un puente, pero la comunidad no quiere y se paraliza; o puede pasar que el contrato no resultó, o que a veces se licita y nadie aparece interesado. Entonces, no sé si seremos capaces de hacer aumentos tan grandes en la inversión pública.
-¿Que pasaría con el acuerdo público-privado en ese caso?
-Pensar que todo esto va a funcionar tan rápido es poco creíble. No quiero ser pájaro de mal agüero, pero dudo que pueda funcionar todo.
-¿Las críticas al manejo económico del Gobierno han estado teñidas por temas ideológicos?
-Siempre, pasa en todos los países. Pero no estamos tan mal, si llegamos a crecer cerca de 3,25% no sería tan malo.
-¿Qué pasará con el desempleo?
-Subirá. Mi cálculo hace meses fue 7,6% en su nivel máximo, ahora corregido probablemente sería cerca de 8%. Aquí tenemos dos modelos laborales en el mundo: el europeo y americano. El americano es más flexible con las empresas y más duro con los trabajadores, pero generalmente el desempleo es menor. El europeo es más proteccionista del trabajador, pero el desempleo es mayor. En Chile estamos acercándonos más al modelo europeo.
-¿La reforma laboral nos acercaría más al modelo europeo?
-Eso creo yo, sin ser un experto. Entonces tendremos una mayor protección, pero con mayores índices de desempleo. Tienes mejores beneficios también. El país está cambiando.
-¿Ve alguna cifra macro alentadora?
-No, ninguna. Una de mis grandes preocupaciones fueron los indicadores de inflación, que están bastante altos.
-¿Es preocupante la inflación?
-El IPC está en 5,7%, pero lo que más miro es el IPC no transable, porque es producto esencialmente de lo que pasa internamente. Me tenía contento, porque había bajado a 3%, pero ahora subió a 5%, y el transable subió a 6%. Ahora hay otro tema: el tipo de cambio nominal puede subir eternamente, en parte porque el precio del cobre ha estado medio débil, incluso ha bajado de 3 dólares por libra, entonces el dólar podría seguir subiendo. Si China se nos cansa, que es el gran susto que hemos tenido, y el cobre se va a US$2,8, el tipo de cambio podría subir mucho más. De lo que sí estoy seguro es que la reforma tributaria se va a diluir, por lo tanto la inflación bajará. Pero que baje a niveles de la meta del Banco Central, lo veo súper lejano.
-Chile está séptimo a nivel de crecimiento en América Latina, ¿cómo se puede volver a los primeros lugares?
-Chile tiene que volver a priorizar más el crecimiento y menos otras áreas, como la igualdad. Perú está muy enfocado en crecer. Chile no quiere eso, percibo que la gente no quiere que el objetivo sea crecer, sino que quieren igualdad u otro tipo de cosas. Brasil ha crecido poco, pero ha mejorado mucho sus niveles de pobreza. La decisión de Chile es respetable.
-¿Cómo ven los extranjeros a Chile? ¿Cómo se podría comportar la inversión extranjera el próximo año?
-Los extranjeros están mucho más optimistas de Chile que los chilenos. Eso es lo que está detrás de las ventas de empresas chilenas a extranjeros. Entonces puede haber más traspasos de activos, pero la inversión productiva de las empresas no creo que sea muy alta. Lamentablemente hay otros lugares que son mejores para instalarse que Chile, porque hay más barreras y costos laborales. Cada vez que hablo con extranjeros me preguntan por qué los chilenos están tan pesimistas, me preguntan por qué hay tanto temor de que suban los impuestos, si eso se hace en todas partes.