Economía
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Alianza público-privada irrumpe en "la cocina" de reforma laboral

La Moneda busca abuenarse con los privados, aunque eso le signifique alejarse de la CUT.

por:  Viviana Candia, Luis Mendoza y Pablo Tapia
jueves, 30 de octubre de 2014

Andrés Santa Cruz, Javiera Blanco y Bárbara Figueroa.


Durante los siete meses que lleva de gobierno de la Presidenta Bachelet, las relaciones entre el Ejecutivo y el empresariado han pasado por altos y bajos. Más bajos que altos, a raíz de las heridas que dejó la batalla por la reforma tributaria.

Sin embargo, la convivencia parece haber ido mejorando de la mano de los llamados a dejar las trincheras y formar una "alianza público-privada" para avanzar en el crecimiento y desarrollo nacional. Fue la propia Mandataria quien hizo la invitación el 16 de mayo, cuando acuñó oficialmente este término para anunciar la Agenda Pro Crecimiento.

Sin embargo, los temores y desconfianzas de los privados se han resistido a ceder, por lo que se transformaron en foco de atención para el Gobierno y, especialmente, para los ministerios de Hacienda y del Trabajo.

A tanto ha llegado la preocupación, que La Moneda ha dado claras muestras de querer abuenarse con los privados, aunque eso le signifique tensionar las buenas relaciones que hasta ahora había mantenido con la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) para despachar una reforma consensuada con los empresarios y evitar más trabas a la inversión y los roces vistos tras los cambios tributarios.

"Partió el tironeo laboral"

Ayer se marcó un punto de inflexión en el debate por los cambios al Código del Trabajo.

Durante un foro laboral de la Universidad Adolfo Ibáñez, Blanco anticipó parte del contenido de los tres ejes que tendrá esta reforma: derechos colectivos, calificación de la fuerza de trabajo y participación laboral, y aseguró -de paso- que la negociación interempresas y la sindicalización automática no irán en él, como aspiraban los representantes de los trabajadores.

Los reclamos de la CUT, encabezada por su presidenta Bárbara Figueroa, no se hicieron esperar y en el Gobierno los interpretaron como un repliegue estratégico hacia la línea más dura del sindicalismo de la que el Ejecutivo se quiere desmarcar.

"Aquí empezó el tironeo por la reforma laboral. Por un lado está la CUT, con sus 23 propuestas, al medio está el Gobierno con sus nueve puntos y, por el otro lado, los empresarios y la CPC, que recién se están abriendo a dialogar", confidenciaron fuentes de Trabajo.

Pese a los gestos y anuncios, en el empresariado las dudas siguen instaladas: "Aún no existe ningún documento escrito sobre la reforma laboral y mientras ello no ocurra las desconfianzas van a continuar", aseguró un emblemático líder gremial, quien subrayó que esa es una posición compartida por todas las ramas de la CPC, y por eso la instrucción es no pronunciarse mientras no exista ese documento.

Desde La Moneda ven el vaso medio lleno y leen el silencio empresarial como una señal de apertura, por cuanto refleja una mayor disposición a dialogar y a conocer los planteamientos antes de criticarlos, a diferencia de la dura oposición y rechazo que tuvieron los privados en un principio.

Resurge la nouvelle cuisine

De hecho, cercanos a las conversaciones confirmaron que en esta etapa final de negociaciones laborales ha resurgido la denominada "cocina de la reforma" estrenada por Hacienda para zanjar los cambios tributarios.

Es así que por el Ministerio del Trabajo los contactos son liderados por el asesor de la cartera Roberto Godoy -ex jefe de gabinete de Osvaldo Andrade y ex jefe de asesores de la primera reforma previsional de Bachelet- acompañado por Claudia Donaire.

Sus contrapartes, por los trabajadores son la CUT y las directivas de los grandes sindicatos del país: los bancarios, mineros y del retail , entre otros.

Por los empresarios, en tanto, las reuniones las lleva la CPC, representada por su gerente general, Fernando Alvear, y el asesor legal Pablo Bobic -monitoreados por Rafael Guilisasti- y, paralelamente, la Sofofa, liderada por Hermann von Mühlenbrock.

Estas negociaciones, sin embargo, no se llevan en el Ministerio del Trabajo, sino que en hoteles del sector oriente, algunas casas de conocidos dirigentes y en la propia sede de la CPC en Providencia, reconocieron cercanos a ellas.

 El cambio de Hacienda: Guiños del gobierno

Los acercamientos entre el Gobierno y el empresariado comenzaron casi por necesidad, debido a la urgencia de alcanzar un acuerdo para destrabar la discusión por la reforma tributaria. Ahí se formó una mesa técnica con representantes de los privados y se organizó una primera versión de la "cocina" para negociar antes de que se iniciara la discusión en el Congreso.

Hace dos semanas, la nueva relación entre el Gobierno y los empresarios recibió un nuevo espaldarazo durante el ChileDay realizado en Londres.

Allí, según coinciden quienes participaron del evento, el ministro Alberto Arenas se mostró más afable, asequible y dispuesto a conversar. A su regreso escribió una columna titulada "El buen aire del Chile Day".

Días después apoyó públicamente la construcción de la central hidroeléctrica Alto Maipo -el presidente de la Sofofa, Hermann von Mühlenbrock, dijo que casi lo aplaude de pie- y esta semana volvió a ponerse en sintonía con los empresarios -que todavía ven lejos la recuperación económica- y, dejando de lado sus declaraciones más optimistas, llamó a la cautela y admitió que el ciclo económico ha sido "más profundo y prolongado de lo que se vaticinó en un principio".

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