La quiebra del consorcio chileno-español Comsa Pilasi, que construía el Hospital de Calama, está en el ojo de la tormenta que sigue agitando las aguas entre el gobierno y las empresas constructor as.

"Este caso es el ícono que ilustra el cúmulo de conflictos que retarda el desarrollo de la infraestructura hospitalaria", apuntó la diputada por la Segunda Región Marcela Hernando, quien integra la comisión investigadora de la Cámara sobre las irrgularidades en la construcción de hospitales.

Mientras las obras del gigantesco nosocomio calameño -de 35.000 cuadrados metros de superficie- se encuentran paralizadas desde mayo del año pasado, lo que queda de Comsa Pilasi, en este caso la constructora chilena Pilasi, está enfrascada en una batalla judicial con el gobierno en la que ha intervenido hasta el Consejo de Defensa del Estado.

Jaime Pilasi, socio director de la constructora explicó que la quiebra fue precipitada por el término anticipado del contrato de construcción "y por el intempestivo cobro de las boletas de garantía, por $1.729 millones, ordenado por el Servicio de Salud de Antofagasta, el 27 de mayo de 2013".

El empresario aseguró que "las autoridades de Salud habían solicitado al Ministerio de Hacienda recursos para pagarnos una factura atrasada por $774 millones y $6.800 millones correspondientes a obras adicionales y alargamiento de plazos, pero recibieron una rotunda negativa".

Entretanto, el empresario admitió que las obras se retrasaron en más de un año, "debido a tres órdenes de paralización solicitadas por el Minsal, ya que mientras construíamos, nos dimos cuenta que existían contradicciones e incoherencias en los planos que nos fueron entregados y nuestro deber era comunicar esto al mandante".

Primera quiebra

Jaime Pilasi reconoció que otro factor que jugó en contra del proyecto en Calama fue la quiebra de la filial chilena de Comsa, a fines de marzo de 2013, "por motivos ajenos al proyecto del hospital". Argumentó que los problemas de Comsa no afectaron al consorcio, porque éste tenía respaldo financiero y porque la responsabilidad de la ejecución de las obras era de Pilasi.

El empresario sostuvo que "hoy el ex ministro Mañalich y varios ex funcionarios del gobierno anterior reconocen que cometieron un error y que debieron haber renegociado el contrato con nosotros, porque esto habría significado un costo mucho menor, de no más de $6.800 millones, respecto de lo que va a costar la readjudicación del proyecto a un tercero".

Agregó que al momento en que su empresa fue sacada del proyecto "los atrasos y el aumento en los costos en la construcción de otros hospitales a lo largo del país habían suscitado una crisis presupuestaria en el Ministerio de Salud, "lo cual terminó por colmar la paciencia de los técnicos del Ministerio de Hacienda".

Según Pilasi, "de no habernos cobrado las boletas de garantía, nuestra empresa no habría quebrado y el Hospital de Calama ya estaría inaugurado".

Nuevo enfoque

El jefe de la División de Inversiones del Ministerio de Salud (Minsal), Sergio Teke, admitió que "hay responsabilidades compartidas entre esta cartera y las empresas constructoras". Agregó que el caso de la fallida construcción del Hospital de Calama, como los conflictos y retrasos en el desarrollo de las obras de otros 18 establecimientos a lo largo del país, fueron analizados en detalle por las nuevas autoridades y que ahora están en condiciones de "mejorar las normas, la institucionalidad y los equipos técnicos para acelerar la construcción de hospitales y centros de salud familiar".

Teke explicó que el desafío de corto plazo del Minsal es reestructurar y reforzar los equipos técnicos para trabajar en varios frentes simultáneos, desde la creación de un sistema de monitoreo más eficiente, hasta la elaboración de un prototipo de nuevas bases de licitación para construir los establecimientos.

Adelantó que el Minsal ya elaboró un nuevo modelo para licitar las nuevas construcciones, el cual ya fue enviado a la Contraloría General de la República para su toma de razón.

Mientras se realizan los trámites finales para liquidar el contrato que el Minsal tenía con el fallido consorcio Comsa Pilasi, "estamos preparando las bases para hacer una nueva licitación por las obras pendientes, de modo que en el primer semestre del próximo año se reanuden los trabajos y la construcción culmine en 2016".

Teke no descartó que la propia Constructora Pilasi Ltda. se presente a la licitación, porque aseguró que el nuevo proceso "será abierto y transparente".

En tanto, Jaime Pilasi se mostró dispuesto a llegar a un avenimiento con las autoridades de Salud, para que sea su empresa la que retome las obras. A su juicio, esta sería la mejor alternativa "porque sabemos con exactitud cuánto avanzamos y en qué condiciones están los trabajos". A diferencia de un tercero, aseguró que no tienen que hacer estudios adicionales sobre el estado de las obras, lo que sin duda aumentarían el costo.