US$1.200 millones se han destinado a proyectos de competitividad e innovación.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) convocó a altos funcionarios de ministerios y agencias de ciencia, tecnología e innovación de América Latina y el Caribe para discutir políticas públicas que impulsen el emprendimiento.
Viceministros y directores de todos los países de la región, especialistas del BID, representantes de la CEPAL y la OECD, funcionarios del gobierno de Chile y exitosos emprendedores compartieron experiencias y desafíos pendientes en el marco de este diálogo que se llevó a cabo el lunes 22 y martes 23 en la capital chilena.
El BID informó que tiene una cartera activa de 29 proyectos de competitividad e innovación que asciende a US$ 1.200 millones y que la mayor parte de estos recursos se están ejecutando en los países del Cono Sur.
La apertura del evento estuvo a cargo de Eduardo Bitran Colodro, vicepresidente de la Corporación de Fomento de la Producción de Chile (CORFO). También participaron Gonzalo Rivas, presidente del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad de Chile; Rodrigo Wagner, académico de la Universidad de Chile; Sebastián Vidal, Director de Startup Chile, entre otros.
Carlo Pietrobelli, especialista líder de la División de Competitividad e Innovación del BID y coordinador del evento, indicó que el apoyo público al emprendimiento es tan importante como contar con el capital financiero. “No solo la existencia de fondos de capital de riesgo es el determinante para el emprendimiento, existen muchas herramientas de apoyo desde el sector público que han dado buenos resultados”, expresó.
En ese sentido, un estudio presentado durante el encuentro por Lucas Navarro, profesor del ILADES-Universidad Alberto Hurtado (Chile), reveló que el fondo de capital semilla de CORFO, consistente en subsidios para firmas nuevas e innovadoras, tiene un efecto positivo en el crecimiento y permanencia en el mercado de los nuevos emprendimientos.
En el marco del evento se expusieron diversas ponencias y resultados de varios estudios. Por ejemplo, Sebastián Vidal presentó a Startup Chile como una innovación en política pública que ha contribuido a fomentar el emprendimiento y se ha convertido en modelo regional de apoyo público al sector. Este programa del Gobierno de Chile iniciado en 2010 se centra en atraer talento emprendedor internacional para que desarrollen sus proyectos en el país y lo utilicen como plataforma para salir al mundo.
Actualmente Startup Chile ha atraído a 950 startups, de las cuales un 36% se queda en Chile (incluyendo los chilenos) y de éstas a su vez un 83% abre operaciones en el país. En promedio cada startup ha generado ventas de 15 millones de dólares en los últimos 6 meses y ha generado inversiones de capital de 120 millones de dólares, de las cuales 85% son provenientes del exterior y 15% del ámbito local. En cuanto a la procedencia de los emprendedores, 30% son de Chile, 20% de Estados Unidos, 10% de Argentina y 7% de India.
Asimismo, se destacó a Santiago de Chile como uno de los 20 mejores polos de emprendimiento en el mundo. La capital chilena y San Pablo, Brasil, son las dos únicas ciudades latinoamericanas en el top 20.
Otro estudio presentado fue el de Hugo Kantis, director del Programa de Desarrollo Emprendedor de la Universidad Nacional General Sarmiento (Argentina), quien dio a conocer un Índice de condiciones para el emprendimiento dinámico, aquel que tienen mayor capacidad para crear empleos de calidad y ayudar a diversificar la estructura productiva de la región.
La investigación indica que la expansión de las clases medias, el crecimiento de la demanda y el aumento en la valoración cultural del emprendedor han sido factores que han impactado positivamente en la creación de nuevos emprendimientos en América Latina. Igualmente, la educación emprendedora está ganando lugar, así como están surgiendo nuevas iniciativas de aceleradoras y fondos de inversión. A pesar de ello, no existe aún un “boom del emprendimiento” en la región, pues persisten debilidades muy importantes como la falta de capital humano emprendedor con capacidades para crear y hacer crecer nuevas empresas, la falta de innovación de base tecnológica, la carencia de financiamiento adecuado y la falta de condiciones para la interacción de los actores.
El Índice, que tuvo en cuenta diversas variables como el capital humano, la cultura emprendedora, y el financiamiento, sitúa a Chile como el país de la región con las mejores condiciones globales para el emprendimiento dinámico, seguido de México, Brasil, Argentina y Costa Rica. El documento finalmente sugiere que en cuanto a políticas de emprendimiento es fundamental el involucramiento no sólo de los gobiernos, sino también las universidades, las incubadoras y aceleradoras, los inversores y las instituciones financieras, las entidades empresariales y los jóvenes empresarios.
Además de los estudios presentados, emprendedores exitosos de Chile, México y Costa Rica, quienes recibieron apoyos públicos, dieron a conocer sus experiencias en cuanto a facilidades y obstáculos en el proceso de formación de nuevas compañías. Finalmente, el BID presentó un programa de apoyo a futuros empresarios en Uruguay que pretende fomentar el emprendimiento e innovación, así como una serie iniciativas exitosas de promoción de emprendimientos de alto impacto social que han sido implementadas en varios países de la región.
