Economía
Compartir | | Ampliar Reducir

Germán Correa, ex ministro de Transportes: "Habrá que ceder privilegios para descongestionar las ciudades"

A cargo de una comisión asesora del tema, debe entregar propuestas en diciembre.  

por:  Rebeca Araya Basualto
sábado, 30 de agosto de 2014
Imagen
Imagen
jQuery Carousel

Desde junio que Germán Correa (sociólogo, 74 años) baja y sube de aviones, recorriendo Chile a ritmo vertiginoso. En esos viajes dirige asambleas en las cuales pregunta, a quien quiera acudir a su llamado, cómo resolver el problema del transporte urbano y la congestión vehicular que, de norte a sur, amarga los días, enrarece el aire y hace poco amables las calles de distintas ciudades. Eso, porque desde junio que este socialista dirige la Comisión Asesora Presidencial de Promovilidad Urbana, que el 15 de diciembre entregará a la Mandataria un plan para mejorar la calidad de vida en urbes afectadas por el desmesurado crecimiento del parque automotor y por una estructura de transporte urbano mayoritariamente en manos de privados, que no satisfacen las demandas de los usuarios.

Más de 2.700 personas en 12 ciudades de Arica a Puerto Montt ya han participado del proceso que en septiembre se realizará en Santiago, Valparaíso y -probablemente- otras dos ciudades sureñas.

Ya el 2002, Correa -que había sido ministros de Transportes del gobierno de Aylwin- señaló a la prensa la necesidad de "mejorar el transporte público para que la gente deje el auto en su casa, pues de lo contrario, al ritmo que está creciendo el parque automotor, en diez años más andar por Santiago va a ser insoportable". Ese año, recién designado coordinador de la Comisión Asesora Presidencial del Transporte de Santiago, asumía bajo el gobierno de Ricardo Lagos la dirección de la entidad destinada a reestructurar el sistema de transporte público de la capital. Duró poco: sus discrepancias con la forma en que el entonces ministro de Transportes, Javier Etcheberry, decidió implementar el Transantiago, indujeron a Lagos a pedirle la renuncia en 2003. En los años siguientes, seguiría esgrimiendo su postura crítica.

Convicciones


Correa sostiene que el actual colapso del sistema es fruto del "ciclo terminal de una borrachera de mercado que nos duró demasiados años y hoy explota en la salud, la educación, las pensiones y el transporte, entre otras áreas. Si se adjudican al mercado tareas para las cuales no es competente -como es velar por el bienestar ciudadano- se producen graves fallas que afectan a toda la sociedad, incluido el mercado. Eso es lo que aquí ocurrió".

-¿La Nueva Mayoría comparte su juicio?

-No ha sido tema de comentario hasta hoy, pero mi posición es bien conocida a este respecto.

-Ud. es un funcionario designado por la Presidenta, ¿comparte ella su análisis?

-No he conversado el tema con la Presidenta. Ignoro desde qué perspectiva considera ella las reformas que impulsa; si son todo lo profundas que se requiere o son "reformas de primera generación", que abren camino a otras más profundas que aborden cambios estructurales.

-Durante los gobiernos de la Concertación Ud. ha entrado a importantes cargos en gloria y majestad y ha salido de mala forma producto de su actitud crítica. ¿Teme esa experiencia?

-(Silencio) ¡Buena pregunta! Soy una persona de convicciones y desafíos. Siempre creo que se puede hacer algo y no veo peor posición que quedarse al margen, dedicado a la crítica y la descalificación. Lucho por aquello que creo, me han echado también por ir contra la corriente, pero pienso que hay que involucrarse.

Correa está entusiasmado con el cargo. "Es súper gratificante ver lo que pasa en la gente. Los ciudadanos de a pie tienen claro el problema, saben lo que hay que hacer en cada ciudad, porque la situación los afecta. Lo que más me desafía -y si después me va mal, no importa- es que hacen sentir a las autoridades que tienen que jugarse más. Sin haber leído sobre ingeniería de transporte o haber revisado experiencias internacionales, las personas de cada ciudad saben lo que hay que hacer, porque viven los problemas y desde ellos buscan solución". Y lanza un desafío: "Habrá que ceder privilegios para descongestionar las ciudades y mejorar nuestra calidad de vida"

Transantiago y Metro


Germán Correa sostiene que todos los problemas del Transantiago son solucionables, pero "del tipo de solución por el que se opte depende si resolvemos problemas o los cambiamos por otros nuevos. Tras siete años es necesario detenerse, analizar dónde estamos, cuáles son los puntos en los que hay que perseverar y cuáles debemos corregir. Termina un ciclo y hay un cambio estructural desde el cual proyectar soluciones: pasamos de microempresas a grandes empresas con las cuales negociar, los inminentes términos de contratos con los actuales concesionarios permiten redefinir condiciones capitalizando lo aprendido. Pasamos también de sindicatos atomizados y al servicio de los dueños de las líneas a sindicatos potentes, grandes..."

-Las recientes fallas del Metro son fruto de un sistema sobreexigido por la ineficiencia del Transantiago, ¿cómo corregir el problema?

-Nuevamente la pregunta es cómo mejoramos el Transantiago, que en muchos tramos duplica en superficie el recorrido del Metro, por lo cual su atochamiento sólo se explica porque las personas lo prefieren ya que les resulta más confiable. Son dos problemas: uno objetivo, que exige mejorar la calidad del servicio; y otro subjetivo, derivado de una pésima partida del sistema que hace suponer a priori que el Transantiago es malo, sin importar las mejoras evidentes que ha logrado. Mientras se mantenga ese prejuicio, la demanda sobreexigirá al Metro y eso incrementa las posibilidades de fallas

Germán Correa, con la seguridad que le da el tiempo que lleva estudiando el tema, es claro: "No hay solución al problema del Metro sin mejorar la calidad del servicio del Transantiago".

Queremos conocerte. Por favor, responde esta encuesta.
Redes sociales
Redes sociales
Portada

Cerrar

img