El empresario advierte, eso sí, que en las reformas "hay que escuchar muy bien las dimensiones técnica y política", porque "si nos caemos en alguna de ellas, podemos entramparnos, cometer errores".
César Silva
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¿Fue muy frustrante no poder llegar a la cima del Everest?
-Sí. Después de prepararse tanto tiempo...
Ignacio Cueto, presidente ejecutivo de LAN, estaba en el campamento base cuando le dieron la noticia. El gobierno de Nepal decidió suspender el ascenso al monte más alto del Himalaya tras el alud que causó la muerte de 13 sherpas y la desaparición de otros tres. Ya había alcanzado los 5 mil metros y no quedó más que darse la vuelta y volver a casa.
"Pero también es una buena enseñanza, quizás tan buena como haber llegado a la cumbre. A uno de repente le deja más entender que no todo lo que quiere, se puede hacer. Que hay variables que uno no controla y hay que aceptarlo, como pasa también en la aviación", reflexiona.
Por ahora, cuenta, la idea de volver está en stand by . "Con la cantidad de desafíos que tenemos, estamos todavía en el análisis de si voy a poder ir en 2015 o lo correré para un año después".
Los desafíos, claro, no son pocos para él, quien junto a su hermano Enrique comanda una compañía en proceso de integración con la brasileña Tam. Una fusión que partió hace dos años y en la que, admite, "nos ha costado lograr todos los objetivos".
El reto que sí da por superado es el Mundial: "El desafío operacional fue muy grande y se hizo un trabajo excelente. Que los resultados no nos acompañaron, porque efectivamente hubo una caída importante de tráfico, eso es otra cosa", dice.
-Tras cinco años como la "Empresa más Respetada" en el estudio Adimark-La Segunda, LAN bajó al segundo lugar, ¿a qué lo atribuye?
-Ser primeros o segundos es un matiz que hay que mirar, pero siendo bien honestos, más bien nos llena de orgullo. Tenemos una compañía cada vez más grande, con 53 mil empleados, 320 aviones y que opera en muchos países, por lo tanto también es vulnerable. Además, los resultados y las sinergias de la fusión han demorado más de lo que pensábamos.
Integrar dos compañías de este tamaño ha resultado bastante complejo y es muy desafiante en resultados y en la operación: Latam tiene un despegue cada menos de un minuto. Tener altos estándares de seguridad y de servicio en tantas ciudades de Latinoamérica es nuestra principal tarea, y eso toma tiempo. Son caminos que salen más largos de lo que uno quisiera, pero estamos avanzando a paso firme, sobre todo en Brasil.
-¿Cuándo estará lista la fusión?
-Seguramente, en unos dos años más.
-Y en resultados, ¿va a lograr utilidades en 2015 y recuperar el investment grade el año siguiente?
-Estamos avanzando. Salir a buscar el investment grade o los resultados, es un error. Trabajamos en torno a la buena operación, en dar un buen servicio, ser una compañía solvente y eficiente. Lo demás va llegando por añadidura. Vamos a cumplir todos los desafíos que nos hemos puesto en rentabilidad, investment grade , resultado para nuestros accionistas, etc.
- A propósito de accionistas, el precio de la acción bajó mucho después que la compañía recortó sus proyecciones de resultados por el Mundial.
-Es difícil predecir lo que pasará en un Mundial. Uno tiene cierta información de acuerdo a lo que ha sucedido con las líneas locales en mundiales anteriores, pero son cada cuatro años y hay países y regiones más futboleras que otras. En Brasil, hubo una gran disminución de los viajes de negocios y muchos feriados. En realidad, todo el mundo se vio tentado a dedicarse al Mundial.
Para nosotros lo más difícil era cumplir con una buena operación. Era un Mundial de la aviación también. Casi todas las selecciones dentro de Brasil se trasladaron a través de nuestro grupo y cualquier error iba a ser muy notorio.
-Parece un contrasentido que en un Mundial disminuyan los viajes, ¿el aumento de los turistas no compensa la actividad por negocios?
-Ni de cerca, porque el hombre de negocios tiene normalmente tarifas más altas que los turistas. Además es un país que por su propia población ya llena bastante los estadios, entonces si bien hubo entrada y salida de extranjeros, no compensa la disminución de tráfico en comparación a un período normal.
-Pero hay precios que sí subieron.
-No. Si bien hubo algunas tarifas que subieron para días determinados, en el promedio del mes bajaron.
-Pese a que tienen una buena nota en "satisfacción a los consumidores", sus tarifas no son baratas.
-Si se quiere volar con tarifas bajas en LAN puede hacerse, sobre todo en el mercado doméstico. Tenemos 16 millones de pasajeros LAN al año y somos casi 16 millones de habitantes, una tasa de uno a uno, lejos la más alta en la región. El que nos sigue, no llega ni a la mitad. ¿Por qué? porque las condiciones están, y el precio es un elemento muy importante.
También porque nuestra flota tiene en promedio menos de 7 años y tecnológicamente nos permite tener altos estándares de puntualidad, confiabilidad y seguridad. Sumémosle a eso una página web bastante amigable y chequeos cada vez más automáticos. Dicho eso, es cierto que cumplir con todas las expectativas de 60 millones de pasajeros es bastante difícil.
-Entonces, los accionistas sólo deben tener un poco más de paciencia.
-Tienen bastante paciencia, nos han acompañado durante mucho tiempo.
-¿Ve un horizonte más difícil en América Latina por la desaceleración?
-La región en general ha disminuido su tasa de crecimiento y eso afecta a la industria. Las monedas se han depreciado. También vemos países que se mantienen relativamente bien, como Colombia, Perú y Chile. De Brasil, esperamos que después de las elecciones retome su rumbo de crecimiento y que esto que está pasando sea más bien una coyuntura. Pero sin duda hay una preocupación, el crecimiento será más bajo y debemos prepararnos.
-En Chile la economía también está cayendo fuerte, ¿por qué lo suma a los países que están relativamente bien?
-Porque en Chile, si bien el crecimiento está cayendo, tenemos la esperanza de que una vez que pase todo este ruido que han generado las reformas tributaria, la política, la educacional y la posible laboral, que genera cierta incertidumbre, y, por otro, la baja económica en la región, retomemos -y pronto- la senda de crecimiento que traíamos.
-¿Qué le pareció el acuerdo tributario?, ¿Disminuye esa incertidumbre?
-Hay que hacer un esfuerzo tributario para tener un mejor país. Eso es importante, y, por lo tanto, debemos estar todos de acuerdo en que avancemos hacia allá. Ahora, en las reformas en general, y principalmente en la educacional, hay que escuchar muy bien las dimensiones técnica y política. Si nos caemos en alguna de ellas, podemos entramparnos y cometer errores. Los técnicos tienen mucho que decir, hay que escucharlos bien. Si nos fijamos sólo en lo político, es más preocupante.
-En lo tributario hubo un acuerdo bastante técnico.
-Felizmente hubo un acuerdo técnico-político, ahora hay que bajarlo a los detalles. Ojalá siga como acuerdo técnico político, y no se termine cargando para un lado u otro.
-Un asunto clave es el FUT, ¿qué tanto les pasa como grupo? Imagino que tienen un FUT importante acumulado.
-Más allá de cómo nos pesa a nosotros y para los empresarios en general, es muy importante que tengamos un país sano, un país en el que no seamos sólo algunos los privilegiados. Esto, que puede parecer bastante obvio, es fundamental. Y si todos estos elementos van a ayudar a eso, bienvenido sea. Pero insisto: es un asunto político y técnico, y para que nos resulte bien esa tarea hay que considerar ambas dimensiones.
Tener un país más justo, más equitativo y con igualdad de oportunidades, a todos los chilenos nos va a hacer mucho mejor. Más allá del FUT o el detalle, tenemos que hacer una buena reforma para que todos estemos mejor.
-¿Y lo mismo en educación?
-Tanto o más.