La desaceleración económica, la devaluación de las monedas en algunos de los países en los que operan y el aumento de los impuestos generales y específicos que afectarán a todos sus productos, sin duda que han puesto y pondrán a prueba el liderazgo de Patricio Jottar, gerente general de CCU.

Pero estos no serán los primeros ni los últimos desafíos que tendrá que enfrentar el alto ejecutivo, quien por sexto año consecutivo fue elegido entre sus pares como el mejor gerente en la encuesta Adimark-La Segunda.

"El liderazgo de un ejecutivo se pone a prueba todos los días, más en lo ordinario que en lo extraordinario, por lo que pensar que el liderazgo se pone a prueba en determinadas ocasiones no es un pensamiento correcto", precisa Jottar, quien dice sentirse muy honrado por este reconocimiento.

CCU está presente en Chile -con cervezas, vinos, gaseosas, aguas embotelladas, bebidas funcionales, piscos, licores y confites- así como en Uruguay, Paraguay, Argentina y Bolivia. Alrededor 6 mil 800 personas trabajan en el holding que es liderado por 95 gerentes.

-Este año CCU ha debido enfrentar una fuerte reestructuración con la remoción de altos ejecutivos y la contratación de una consultora. ¿Cuál es su receta para ser reconocido como el mejor ejecutivo pese a estos importantes cambios?

-Lo que nos puede hacer mejores o peores ejecutivos es enfrentar bien o mal los cambios. La desvinculación de 11 gerentes, en enero pasado, obedeció a una política de la empresa y no a una megareestructuración: Llamamos a retiro anticipado a todos aquellos gerentes que tenían 58 años y medio o más, porque los gerentes en CCU nos retiramos a los 60 años. Como consecuencia, fueron desvinculados 11 gerentes de un total de 95, en el conjunto de los cinco países en que operamos. Es importante esto para entender el contexto de la reestructuración.

-¿Qué resultado han obtenido tras la contratación de la consultora McKinsey & Company?

-Contratamos a McKinsey para operar con mayor eficiencia porque enfrentamos un entorno muy desafiante en los países en los que operamos. Desaceleración económica y monedas devaluadas, la amenaza de mayores impuestos tanto generales como específicos, que tocan a nuestro sector. Además, enfrentamos una competencia cada vez más fuerte y una presión de costos en todas las industrias que operamos.

Adicionalmente la contratamos porque estamos creciendo fuertemente y necesitamos que nos ayude a estructurarnos para tener el músculo necesario para buscar todas esas oportunidades en la región y al mismo tiempo gestionarlas adecuadamente.

Desde el aumento de capital en septiembre pasado, nuestro plan es expandirnos agresivamente en la región.

-¿Cómo sobrevivir a los cambios, liderarlos y no morir en el intento?

-Los ejecutivos morimos cuando no hacemos cambios. Más que morir en el intento de cambiar se muere cuando no se cambia, porque el mundo está cambiando permanentemente y cambiar es necesario. Liderar y administrar el cambio son bastante sinónimos.

-¿En sus 15 años de gestión en CCU se ha arrepentido de algo?

-La misión de CCU trata sobre el trabajo bien hecho, por el bien de las personas. Eso es lo que nos mueve en CCU. Pero somos seres humanos y cometemos errores todos los días. ¿De qué me arrepiento? Me arrepiento de todas aquellas veces que no he hecho el trabajo bien hecho o no he estado por el bien de las personas.

"Expandirnos agresivamente"

-¿De qué manera ha impactado la desaceleración económica al holding ? La propuesta del Gobierno es que la economía irá de menos a más.

-Hasta ahora nuestros volúmenes en Chile no se han visto mayormente afectados. Crecimos en el segundo trimestre 6,4%, y en lo que va acumulado del año, 6,5%. Además, hemos ganado participación de mercado en todos nuestros negocios en Chile en lo que va corrido de este año. Pero observamos las cifras económicas y vemos que se está produciendo -a partir de la segunda parte del segundo trimestre- una desaceleración de la actividad y por eso nos estamos preparando.

-¿Comparte con el empresariado que hoy la primera preocupación del sector es la reforma tributaria?

-Con la reforma tributaria se transfieren recursos del sector privado al sector público. El sector privado en Chile es un motor de crecimiento y lo hace muy bien, por lo tanto restarle recursos al sector privado es siempre una mala idea; hay menos recursos disponibles para invertir, crecer y eso es, ciertamente, una mala idea. La pregunta es qué uso se les dará a esos recursos. Si se usan bien, y se da un salto significativo, potente y sostenible en materia de educación, tendremos un efecto negativo -al restarle recursos al sector privado-, pero a la vez un efecto positivo al contribuir a una mejor educación. La respuesta respecto del peso de estos dos efectos sólo la dará el tiempo.

En materia de impuestos específicos, estos son definitivamente malos. Se recauda poco dinero y se afecta muchísimo a mucha gente.

El alza de impuesto a las cervezas, vinos, piscos, licores, y gaseosas lo pagarán las personas que no son de altos ingresos, puesto que alrededor del 90% del consumo de estos productos está en los segmentos socioeconómicos C2, C3, D y E, y sólo el 10% del consumo está en el segmento ABC1.

Asimismo, alrededor de dos tercios de los volúmenes de estos productos son vendidos por el canal de venta tradicional -almacenes, botillerías, pequeñas fuentes de soda-, que con el impuesto verán disminuidas sus ventas, además de afectar a toda la cadena de producción y distribución. Sólo en el caso de CCU contratamos los servicios de 1.300 camiones que están repartiendo nuestros productos. Si la venta de estos productos cae, automáticamente reduciremos nuestra contratación.

Por eso siempre hemos dicho que los impuestos específicos no son una buena idea. Los impuestos específicos además de ser regresivos no son correctivos, porque afectan a los consumidores moderados de alcohol y no a los excesivos. De acuerdo con estudios del Ministerio de Salud, el 5% de la población es dependiente del alcohol y aunque usted le suba el precio consumirán lo mismo.