Economista ligado a la DC también es partidario de crear un sistema recaudación semiintegrado.
Ricardo Ffrench Davis defendió la reforma, con cambios.
Se dice que junto a Alejandro Foxley, Ricardo Ffrench Davis es de los economistas del mundo DC que más estaría influyendo en la redacción final que tendrá la reforma tributaria. Y hoy expuso ante la Comisión de Hacienda del Senado, proponiendo dos modificaciones claves al proyecto del gobierno: eliminar la retención de 10% a las utilidades de las empresas y además desintegrar parcialmente el sistema tributario, creando un híbrido que impulsaría la reinversión.
Su planteamiento -que al menos parcialmente encontró la acogida de Andrés Zaldívar- se produce en un momento clave: a sólo cinco días del almuerzo que tendrá el ministro Alberto Arenas con los senadores y diputados de la Nueva Mayoría que participan de las comisiones de Hacienda respectivas y en el que, ha trascendido, se conversaría a fondo respecto de los cambios finales que se propondrían a la reforma.
Cabe recordar que el proyecto como está, eleva el impuesto de primera categoría que deben pagar las empresas desde 20% a 25% y baja el máximo del global complementario de las personas desde 40% a 35%.
Entre el 25% de las empresas y el máximo de 35% para las personas hay un 10% de diferencia y la idea del gobierno es que las compañías lo retengan para asegurar ese pago y para que la persona no sientan que se lo están sacando de su bolsillo, lo que es más importante aún, si se considera que habrá renta atribuida, es decir, que se cobrará impuesto incluso por las utilidades no distribuidas.
Ffrench Davis aseguró que quienes están en tramos tan alto de impuestos no tienen problemas de "caja" para pagar ese 10%; que si las utilidades no se distribuyen, un accionista puede vender un porcentaje menor para cancelar el impuesto debido y que, por último, "la retención del 10% no le da ingresos a Tesorería... y algunos analistas dicen que le estamos quitando a las empresas una liquidez de 10 puntos... Estamos generando ruido".
El economista también es partidario de eliminar el FUT, pero desintegrando parcialmente el sistema tributario. Aunque sin aventurarse a dar cifras, señaló que ello desincentivaría la repartición de utilidades, favoreciendo su reinversión.
