Quienes administran terrenos o venden viviendas están en el epicentro de la reforma tributaria. Ese es el análisis que hace el presidente de la inmobiliaria y constructora Desco, Juan Ignacio Silva, respecto del proyecto aprobado este miércoles por la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.

El también ex presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) cree que se debe respetar el compromiso de alcanzar una mayor recaudación por parte de "los ganadores" de las elecciones, pero que debe hacerse con cuidado para no afectar el empleo y la inversión.

Por eso Silva no se desmarca de la opinión generalizada de los constructores: la reforma, tal como está, afectará los precios y producirá la "inmovilidad" en las personas. Argumenta que la inclusión de los impuestos a la ganancia de capital en la venta de una vivienda hará que mucha gente opte por no cambiarse y otros, con el aumento en los precios de las casas, no podrán comprar la vivienda que quieren.

"Eso genera inmovilidad, la gente se empieza a quedar con las propiedades, siendo cada vez más difícil transarlas (...) con todos estos cambios queda la sensación de que es mejor no moverse", detalla.

Añade que "hay que mirarlo con mucho cuidado, los impactos pueden ser muy decisivos para el negocio inmobiliario para los próximos años. Nunca en la historia de Chile ha habido una reforma tan grande como la que se pretende hacer sobre un sólo sector, como éste (...) las cantidades de variables que hay en juego, por supuesto que tienen muy complicado al sector construcción"

-¿Ya se notan movimientos en la industria, tanto de clientes como de las empresas, debido a la reforma?

-Estamos todos a la expectativa. Es tan grande la modificación, que uno tiende a pensar que ciertas cosas tienen que amortiguarse. Afortunadamente el gobierno ha dado una señal con esta modificación al IVA de los constructores, pero espero que sea la primera y no la última. Aplaudo esta medida, pero, desde el punto de vista empresarial, se requieren otras. Eso sí, la reforma es una invitación a los compradores para que aprovechen de comprar ahora que todavía no hay IVA, eso es evidente.

-¿Está dentro de las posibilidad movilizar inversiones al exterior o priorizar productos para segmentos menos impactados por la reforma?

-El espectro es muy grande. Va desde decidir invertir en otro país, porque acá hay que dar un mayor tiempo para que se ajuste el mercado si las cosas no se hacen bien o, también, buscar los nichos que correspondan, manteniendo una rentabilidad razonable.

Uno piensa que el de viviendas económicas se verá menos afectado, pero en este momento está bastante servido, porque donde hay más escasez es en viviendas de mayor valor. Hay un tema de mercado que se debe analizar.

"Hay proyectos que ya tienen su curso... El problema es la demora en los nuevos"

-De aprobarse ¿la industria perdería el dinamismo de los últimos años?

-Si no se ajusta adecuadamente en el camino, sin duda que se verá afectado en tres años.

-¿Tres años es por la ejecución de los proyectos que ya están en construcción por parte de las inmobiliarias?

-Sí, ahora hay proyectos que ya tienen su curso, que no se verán alterados y se terminarán. El problema es la demora en los nuevos proyectos y la necesidad que, primero, se agote el stock existente, porque el proyecto que entra, lo hace con un precio mayor que el existente, el que cuenta con una ventaja competitiva al iniciar su construcción con reglas diferentes a las que impondrá la reforma.

-¿Qué efectos tiene en la economía un mercado inmobiliario menos dinámico?

-No es una campaña del terror, pero puede ser la expresión económica de una modificación poco cuidadosa o muy apresurada, que trae menor empleo e inversión en la economía, sobre todo con lo relacionado a los activos fijos.

Veo un escenario en donde, por un período, disminuye la construcción y luego aumentan los precios por la vía de que no hay stock.