"Siempre dije que me preocupé de mi primo de forma cariñosa. El daño que se me ha causado ha sido bastante fuerte familiarmente, no hay nada que lo compense. Más que sentirse triunfador, uno tiene que sacar lecciones", sostuvo Daniel Yarur.
Daniel Yarur junto a sus abogados en materia civil, Francisco y Germán Pfeffer, a la salida de la audiencia donde fue absuelto hoy.
Foto JAVIER BARRERA
Así culmina, en primera instancia, un largo proceso que se inició en enero de 2011, cuando Daniel presentó una demanda contra Jorge Yarur -hijo del fundador del Banco BCI y único heredero de una de las mayores fortunas del país- por no haberle pagado sus servicios como asesor, avaluados en US$44,8 millones.
La respuesta de Jorge vino en abril de ese año, con la querella por apropiación indebida. El conflicto puso en las páginas policiales a la familia Yarur, acostumbrada a hacer noticias por sus negocios más que por conflictos judiciales.
Por dos votos contra uno, el tribunal presidido por la jueza Carola Herrera determinó que si bien se realizaron las operaciones cuestionadas por la parte querellante -principalmente el traspaso de un paquete accionario equivalente al 1,47% del banco BCI desde el patrimonio de Jorge a una sociedad de Daniel sin que hubiese un pago de por medio, para luego vender esas mismas acciones de vuelta a Jorge en US$43 millones, operación que la defensa de Daniel Yarur justificó presentándola como un autopago que se realizó por sus gestiones para incrementar el patrimonio de Jorge-, "en opinión de la mayoría del tribunal los hechos anteriormente descritos no configuran el delito de apropiación indebida (...) teniendo presente que de la prueba de cargos presentada por la parte querellante no han resultado acreditados los ilícitos".
Tras la determinación, Daniel Yarur se fundió en un abrazo con su pareja y el sobrino que lo acompañaron en la audiencia, mientras que Jorge Yarur -quien no estuvo presente en el tribunal- fue informado vía celular.
Para arribar a la absolución, el tribunal consideró que el mandato conferido en 1999 por Jorge a Daniel ante la canciller del consulado chileno en Italia, Yolanda Bustos fue entregado en términos amplios, sin que se determinaran los actos por o para los cuales se confería -"estaba referido a una universalidad de bienes y no al encargo de un negocio determinado, pues se confirieron poderes para realizar una multiplicidad de operaciones en diversos ámbitos, y no operaciones singularizadas y determinadas"- y que todo contrato tiene características de ley para quienes lo firman, salvo que sea invalidado por consentimiento mutuo o por causales legales.
Respecto a las precarias condiciones de salud en que se encontraba Jorge Yarur cuando entregó la administración de sus bienes a Daniel -"cuando uno vuelve a caer en las drogas, el consumo se hace más violento. En esa época yo consumía drogas con jeringa. En 1999 tuve un accidente bajo el efecto de las drogas y me fracturé la cadera. Estaba muy delgado y no comía", testificó el propio Jorge ante el tribunal-, la magistrado señaló que "de los dichos de la ministro de fe, doña Yolanda Bustos Sepúlveda, ante quien se suscribió el documento, no aparece que su voluntad adoleciera de algún vicio".
Además, consideró que al momento de efectuarse las operaciones cuestionadas, entre 2007 y 2009, Yarur estaba en plenas facultades: "La propia víctima señaló había retomado el interés por sus negocios y que se encontraba en conocimiento de los mismos. Tanto es así, que en el año 2007 inauguró su gran obra, el Museo de la Moda, proyecto que con antelación lo llevó a adquirir valiosas piezas y a contratar a empleados que colaboraron en su labor, lo cual demuestra su capacidad y voluntad no sólo para preocuparse de su negocio personal, el Museo de la Moda, sino de las demás inversiones y operaciones que se realizaban con sus sociedades, en las cuales siempre mantuvo el poder de dirección, aún cuando fuese este nominal, pues en cualquier momento podía retomarlo".
"Desde un comienzo dije que estaba muy tranquilo con este juicio. He seguido todo este proceso con mucha humildad. Al final nadie gana con estas cosas, son desgastadoras, pero sí es importante que vaya brotando la verdad. Siempre dije que me preocupé de mi primo de forma cariñosa, traté de hacerlo de la mejor forma posible, había un mandato que firmamos juntos; había un acuerdo de remuneración variable, pero en fin... El daño que se me ha causado ha sido bastante fuerte familiarmente, no hay nada que lo compense, pero sí creo que hay que estar tranquilo y sereno. Y más que sentirse triunfador, uno tiene que sacar lecciones".
Tanto el Ministerio Público como la querellante, señalaron que evaluarán la presentación de un recurso de nulidad. El fiscal José Morales manifestó que "discrepamos absolutamente. Nos parece que los tribunales orales son los llamados para resolver los asuntos penales. (...) Se acreditaron todos los antecedentes, pero el Tribunal tiene una interpretación del Derecho que no compartimos y obviamente haremos valer los recursos que corresponden en las sedes legales respectivas".
En tanto el abogado de Jorge Yarur, Juan Pablo Hermosilla señaló que "el veredicto da una señal muy negativa. Si una persona vende películas piratas se le aplican penas severas, pero si uno se apropia de una fortuna ajena, lo absuelven. Eso es una pésima señal, porque se dice entonces que la justicia penal está para castigar a los sectores marginales de la sociedad, pero cuando hay delitos de cuello y corbata ahí hay que ir a la justicia civil".
