Economía
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Iris Fontbona, matriarca de los Luksic: El desconocido rol de la mujer más acaudalada de Chile

El verdadero poder de la empresaria no está en Chile, sino en el discretísimo Principado de Liechtenstein, donde ostenta el control de las fundaciones creadas por su marido en los 70 y 80 para controlar un imperio presente en Chile, Argentina, Norteamérica y Europa.

por:  Luis Mendoza V., La Segunda
viernes, 07 de marzo de 2014
Iris Fontbona

Foto Archivo

El lunes recién pasado la revista Forbes publicó su ya tradicional ranking de billonarios mundiales, y por quinto año consecutivo en Chile el listado lo lideró Iris Fontbona, la viuda del patriarca del grupo Luksic Andrónico Luksic Abaroa, de quien se han escrito muy pocas líneas, pese a ubicarse entre las nueve mujeres más acaudaladas del mundo y ser la más millonaria de Chile.

Iris Balbina Fontbona González (69 años) es oriunda de Antofagasta y la única hija del matrimonio conformado por Luis Fontbona Buxallen y Enma González Morales. Su padre, de ascendencia catalana, estudió comercio en Valparaíso y luego se estableció en la nortina ciudad, donde llegó a ejercer como Agente General de Aduanas.

Iris Fontbona no ejerce el control diario de los negocios que desarrolla el grupo Luksic, ya que estos están al mando de Andrónico hijo y de Jean Paul, pero la matriarca sí recibe periódicamente informes detallados sobre sus empresas y, una que otra vez, asigna roles dentro del conglomerado para llevar "discretamente" las riendas de sus inversiones.

Así ocurrió tras la muerte -en marzo del año pasado- de Guillermo Luksic. Si bien Andrónico asumió -casi en forma natural- el control del área industrial y de transporte (CCU, Enex, Vapores y Saam) que estaba al mando de Guillermo, fue Iris Fontbona la que determinó que fuese Jean Paul el que asumiera la supervisión de los negocios en Croacia (más de US$800 millones) y las inversiones inmobiliarias (principalmente edificios) que tienen en diversos países europeos.

De esta forma, señalan cercanos a la familia, mantuvo un equilibrio de poderes dentro del clan, considerando que su nieto Davor Luksic (el segundo hijo de Andrónico) es quien ejerce desde la misma Croacia la presidencia de todas estas empresas.

El poder de los Alpes

Pero el verdadero poder de Fontbona no está en Chile o en la relación directa que mantiene con sus hijos y nietos. Su influencia se encuentra al otro lado del Atlántico, en el discretísimo Principado de Liechtenstein, un destino tradicional de los millonarios de todo el orbe que está enclavado en los Alpes.

Allí, la matriarca ostenta el control de la mesa directiva de las fundaciones creadas por su marido entre los 70 y 80, desde donde se descuelga la propiedad de todo el imperio que el empresario y su familia crearon en Chile, Argentina, Uruguay, Canadá, Estados Unidos, Europa y Croacia, según los registros de la SEC de Estados Unidos. La principal actividad de estas fundaciones es administrar inversiones financieras en todo el mundo.

La principal de todas ellas es la Luksburg Foundation , que lidera Fontbona. Esta fundación tiene el control de Andsberg Inversiones, Ruana Copper A.G., Inversiones Orengo y Sutivan Investments Establishment, entre otras. Estas sociedades, a su vez, controlan Quiñenco, Antofagasta PLC y Adriatic Luxury Hotels, los tres brazos del grupo en las áreas industrial-financiera, minera y hotelera-inmobiliaria.

Si bien la matriarca no participa en ninguno de los directorios de las empresas del grupo abiertas en Bolsa (como CCU, Banco de Chile, Invexans, Madeco, Antofagasta PLC o Saam), sí integra y participa -al igual que sus dos hijas- en la directiva de casi todas las sociedades de inversiones a través de las cuales el clan controla a esas mismas empresas.

Apasionada por Londres

Fontbona, como sus hijas Marie Gabrielle y María Paola, cultiva el bajo perfil y muy pocas veces asiste a eventos sociales, salvo por sus periódicas visitas al Teatro Municipal -le apasionan el teatro, la danza y los musicales- o a alguna reunión con autoridades, organizada por alguna de las fundaciones que patrocina el grupo.

Uno de sus destinos favoritos es Londres, al igual que el de sus hijos Jean Paul y Gabrielle, y el de su sobrino Davor, donde vivió por tres años, cuando -a inicios de los 70- el patriarca del clan compró -a la familia Rothschild- el ferrocarril Antofagasta-Bolivia. De hecho, Fontbona aún conserva la antigua casa de tres pisos que compraron con Luksic padre en Wilton Place, en el exclusivo barrio Belgravia, en pleno centro de la ciudad, y mantiene el Rolls Royce que desde esos años atesoró su marido, aunque ahora sin mister Peack, el chofer autorizado por la Rolls que condujo por años los pasos del matrimonio por la capital inglesa.

Esencialmente austera y católica, Fontbona desarrolla gran parte de su vida en su casa de Vitacura, en la que vive junto a Gabrielle, y que está a unos cuantos metros de las de su hijo Andrónico y de su nieta Antonia.

Viaja al menos tres veces al año a Europa, ya sea por necesidades societarias o por placer, y gran parte de su vestuario lo adquiere en las exclusivas boutiques del barrio Mayfair de la capital inglesa.

Andrónico Luksic padre contrajo matrimonio en segundas nupcias con Iris Fontbona, tras enviudar de Enna Craig, la madre de Andrónico hijo y Guillermo, que falleció cuando éstos apenas tenían cuatro y dos años. Y si bien los dos empresarios siempre rindieron tributo a su madre sanguínea (realizando en su honor cuantiosas donaciones a diversas fundaciones), reconocen en Fontbona a su madre afectiva.

Tanto es así que, cuando están en Chile, tanto Andrónico como Jean Paul visitan casi todas las semanas a "la mamá" después de su horario de trabajo y no dudan en atender sus consultas y requerimientos por más apretada que esté su agenda.

El origen de la fortuna familiar

Muchos mitos han surgido en torno al origen de la fortuna del grupo Luksic, estimada por Forbes en US$ 15.500 millones, y que hoy está en manos de Iris Fontbona y sus hijos.

Lo cierto es que la madre del fundador del grupo, Elena Abaroa, era hija de un acaudalado empresario antofagastino -dueño de la planta eléctrica de Calama, abastecía de explosivos y carne argentina a la minería-. Esto permitió a Luksic estudiar en el internado del Colegio Hispanoamericano de Santiago (donde aprendió francés) y Derecho en la U. de Chile (nunca se tituló). Tras egresar, su madre le regaló US$ 10 mil de la época (unos US$ 430 mil de hoy) y lo envió a estudiar economía a París.

En Francia, dejó los estudios y se dedicó al negocio de llevar libras y francos entre Londres y París, aprovechando la especulación de divisas surgida tras los acuerdos monetarios de Bretton Woods.

Cuatro años después regresó a Antofagasta con US$ 30 mil (unos US$ 1,3 millón de hoy) que invirtió en una casa de cambios y una concesionaria Ford de su tío. Luego, adquirió -con un socio- la mina de cobre Portezuelo... pero cuatro años después, una firma japonesa le ofreció comprárla: él pidió $ 500 mil y los japoneses le pagaron US$500 mil (US$ 21,5 millones actuales): a los 30 años ya era millonario.

Tras enviudar, se casó con Iris Fontbona, cuando ella tenía 17 años y estudiaba en el Colegio Santa María de Antofagasta.

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