Economía
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Regiones del Sur consolidan su despegue económico durante los últimos cuatro años

Aysén acumula las mejores tasas de expansión del PIB, gracias al incremento de las actividades pesqueras y forestal, pese a que junto a Magallanes también exhibe las menores cifras de inversión. 

por:  Hugo Traslaviña
sábado, 22 de febrero de 2014
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Con una economía anclada en los recursos naturales como la chilena, no resulta raro constatar que las regiones de mayor crecimiento relativo sean precisamente las que ostentan estas riquezas, tanto en el norte como el sur.

Desde que en 2008 el INE comenzó a elaborar el indicador de actividad económica regional (Inacer) para 14 de las 15 regiones del país (exceptuando la Metropolitana), las del extremo sur -Aysén y Magallanes- y las mineras del norte -Tarapacá, Antofagasta y Atacama-son las más dinámicas en expansión del producto. También lideran otros importantes indicadores de desarrollo, como ingresos, empleo, inversiones y disminución de la pobreza.

En el último Inacer, entregado esta semana, el INE informó que Magallanes tuvo el récord de crecimiento en el país durante el año pasado, con una tasa de 15,3%, en gran parte, debido al aumento en la extracción de carbón e hidrocarburos (gas y petróleo).

Aysén, por su lado ocupó el segundo lugar, con un 8,1%, debido al incremento en la producción de salmón.

En tanto, Tarapacá tuvo una expansión de 6,8%, impulsada por el significativo aumento en la producción minera.

Durante el año pasado, la Región del Maule fue la única que registró una cifra negativa, de -0,4%, entre otras cosas, debido a una baja en el sector construcción, como también en elaboración de conservas, vinos y molinería.

Más inversión del Estado

El subsecretario de Desarrollo Regional (Subdere), Miguel Flores , explicó a La Segunda que "en los últimos cuatro años hemos observado un empoderamiento de las regiones, sobre todo en el ámbito de las inversiones", lo que -a su juicio- es uno de los sellos que caracterizan al gobierno de Sebastián Piñera.

Destacó que "en estos cuatro años hubo crecimientos históricos de los montos de inversión de los gobiernos regionales, lo que se refleja en un total de $3.293.224 millones, (US$5.987 millones), con lo que el promedio anual de recursos del período 2010-2013 aumentó en 60%, en relación con el mismo promedio para el período 2006-2009".

El subsecretario insistió que en este periodo "aumentaron de manera considerable los niveles de autonomía para la gestión de los recursos regionales, al distribuir -a través de la Ley de Presupuestos-, una mayor cantidad de fondos para cada región, reduciendo el peso de las provisiones sectoriales y dando mayor certeza de la disponibilidad de recursos para cada gobierno regional".

"Mientras en 2009 sólo el 48% de los recursos estaba distribuido en los presupuestos regionales, para el año 2014 esta proporción alcanza a 81,6%", subrayó el subsecretario.

En el plano de los gobiernos locales, señaló que también se registraron avances, en este caso transfiriendo más recursos y poder decisorio a las municipalidades. Así, "en el período 2010-2013, fueron aprobados y ejecutados, o están en ejecución, 11.042 proyectos, en distintos ámbitos, tales como saneamiento básico, infraestructura comunitaria local, espacios públicos, áreas verdes y recuperación patrimonial".

En el mismo período, los recursos desembolsados por el gobierno central para proyectos comunales alcanzaron a $832.149 millones (US$1.513 millones), y los que se distribuyeron a través del Fondo Común Municipal (instrumento que canaliza dineros desde las comunas más ricas a las más pobres), subieron a $836.984 millones (US$1.522 millones). Esta cifra que representa un incremento de 36% respecto de 2009, destacó el subsecretario Flores.

Nuevos polos de crecimiento

En los dos últimos períodos de gobierno, la mayoría de las regiones registró un mejor desempeño que la saturada zona de Santiago, donde se concentran las decisiones. Así, por ejemplo, en stock de inversiones proyectadas, la Región de Antofagasta duplica en monto a la Región Metropolitana y, por cierto, más que triplica al de otras regiones del centro-sur del país, en las cuales predominan las actividades agrícolas, industriales y de servicios, desplazando a regiones que otrora eran ejemplos de dinamismo económico, como Valparaíso, Biobío y La Araucanía.

Entre 2008 y 2013 las tasas promedio más altas de expansión del producto las tuvieron las regiones de Aysén, Coquimbo y O'Higgins (ver tabla), logrando el mayor impulso en el último cuatrienio, lo que coincide con el mayor ritmo de crecimiento que tuvo el país en el gobierno de Sebastián Piñera (5,3% en promedio), en comparación con el que encabezó Michelle Bachelet (3,3%).

Sin embargo, las dos regiones australes presentan también las menores cifras de inversión, respecto de las otras 13. Así y todo, muestran también buenos índices en calidad de vida, empleo e ingresos, lo que se traduce en bajos niveles de pobreza, quizás porque también son las dos regiones del país con menor población.

Los factores que explican este buen resultado para las regiones australes tienen que ver con la incorporación y/o recuperación de actividades vinculadas con los recursos naturales. En el caso de Aysén, por el incremento de la actividad pesquera y forestal y, en Magallanes, por la entrada en operación de los nuevos yacimientos de carbón en Isla Riesco.

El motor de las inversiones

A nivel macro, el principal impulso al desarrollo lo han estado dando las inversiones basadas en los recursos naturales. El analista de la Corporación de Bienes de Capital (CBC), Leonardo Pérez, comentó que el gran motor en los últimos años ha sido el sector minero. Precisó que en este ámbito "se dieron cifras históricas de inversión que fueron consecuencia, en parte, del incremento de la demanda de minerales a nivel mundial, y por la necesidad de reemplazo y adaptación de la infraestructura en los principales yacimientos, tales como Escondida, Chuquicamata, El Teniente, Collahuasi y Andina".

Pérez destaca que el plan de inversiones estructurales de Codelco "mantendrá altos niveles de gasto hasta fines de esta década". Sin embargo, advierte que ahora se está notando una mayor cautela de los inversionistas, los cuales han moderado las expectativas debido a la incertidumbre por el crecimiento de la demanda futura de minerales.

Para el experto de la CBC, el sector energía fue uno de los que presentó las mayores dificultades durante todo el gobierno que termina, debido a los cuestionamientos ambientales, especialmente para las generadoras a carbón. Sin embargo, Pérez aclara que en el último tiempo "ha estado cambiando la configuración de la cartera de proyectos en este sector, con el masivo ingreso de propuestas de generación a base de energías renovables no convencionales (ERNC)".

En otra categoría Leonardo Pérez menciona los proyectos del Metro de Santiago, "que son los más relevantes que se desarrollan en la capital". Agrega que también ha sido relevante el crecimiento económico registrado en el país en los últimos años (levemente superior al 4% en promedio,) que ha permitido que se reactiven los proyectos inmobiliarios, tanto residenciales como industriales. "Esto es especialmente notorio en las regiones Metropolitana, Valparaíso y Biobío", acota Pérez.

Los proyectos del sector inmobiliario e industrial "comenzaron a incrementarse a partir de 2011, luego de su caída por los efectos en la economía local de la crisis subprime (2008 y 2009) y al cierre de 2013 éstos mantenían su dinamismo, concluye Leonardo Pérez. Por otra parte, el experto dice que en las regiones no mineras ha sido determinante el plan de inversiones del Estado y el de concesiones de obras públicas a privados. Destaca el plan de reconstrucción pos terremoto del 27F, principalmente de hospitales, carreteras, embalses, colegios y estadios.

Ingreso per cápita y sueldos

En ingreso per cápita, las regiones mineras del norte fueron las más "generosas" en 2012 (se espera que el Banco Central de a conocer las cifras del año pasado durante marzo). Antofagasta alcanzó un ingreso por persona de US$35.582 (propio de un país desarrollado), seguida por Atacama, con US$19.238 y Tarapacá, con US$14.953.

En contraste, el más bajo ingreso per cápita lo presentan La Araucanía, US$4.531 y Los Lagos, US$ 5.753. En tanto la Metropolitana exhibe un per cápita de US$13.928, correspondiente al de un país en vías de desarrollo.

En ingreso imponible, correspondiente a empleos formales de trabajadores que cotizan en las AFP, la Segunda Región volvió a liderar el ranking, con $821.106, en promedio, nuevamente seguida por Atacama ($713.620) y Tarapacá ($643.389). En el otro extremo, figuran La Araucanía y El Maule, con $485.073 y $457.737, respectivamente.

Las brechas de ingresos se han mantenido como fiel reflejo de las desigualdades en los ritmos de crecimiento entre las regiones, como también en los tipos de empleo que se ofrecen en ellas. "Estas brechas no necesariamente tienen que ver con un problema de centralización política y económica, sino más bien con problemas estructurales en la distribución de la riqueza y en las condiciones que se ofrecen para el desarrollo de las inversiones", comentó a La Segunda un analista del Ministerio de Desarrollo Social

En la última aunque controvertida encuesta Casen, La Araucanía encabezó el ranking de pobreza a nivel nacional, con 22,9% (respecto de su población). En cambio, Magallanes Antofagasta, Aysén y O´Higgins ocuparon los cuatro mejores puestos, con tasas muy inferiores a la media nacional (14,4%), de 5,8, 7,5, 9,8 y 10,1%, respectivamente. 

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