En los últimos 3 años los hombres han aumentado en promedio sus salarios en $220 mil y las mujeres en $127 mil.
El aumento de los salarios que ha empujado el crecimiento de la economía no ha sido parejo, según género, se mire como se mire.
Hoy los hombres tienen un sueldo promedio de $621 mil y las mujeres $430 mil. Sólo basta hacer una resta simple para señalar que ellas ganan en promedio $191 mil menos.
En mayo de 2012 la diferencia salarial entre hombres y mujeres era de $128 mil y en mayo de 2011 de $134 mil.
Esta tendencia se confirma al analizar la evolución que han tenido los salarios por género en los últimos años.
En los últimos doce meses los trabajadores han aumentado en 22% sus sueldos ($110 mil) y las trabajadoras en 13,2% ($50 mil).
Al comparar mayo de este año con mayo de 2011 se observa un alza de 31% ($148 mil) en los salarios de los hombres y de 26% ($90 mil) en el de las mujeres.
Y aunque en un horizonte de tres años se aplana un poco la diferencia, también se observa que desde mayo de 2010 los sueldos de los hombres han aumentado 54% ($220 mil) y el de las mujeres sólo en 41% ($127 mil).
Brecha subió en más de 10 puntos
Los datos de la Universidad de Chile muestran que en mayo los ingresos por hora de los hombres ocupados superaban en 35,3% los de las mujeres, lo que representa una brecha superior de 10 puntos respecto de igual fecha del año pasado.
La directora de estudios de ComunidadMujer, Andrea Bentancor, afirmó que la brecha salarial se sitúo en torno a 35% en mayo de 2013 y que hace un año atrás se situaba en torno a 24%. "Esta evolución adversa para las mujeres responde al menor dinamismo que los ingresos de ellas registraron respecto a los de los hombres", explicó.
Añadió que una de las razones del mayor incremento porcentual que registraron los ingresos por hora de ellos responde al favorable desempeño de la construcción, sector que ocupa mayoritariamente hombres. En el caso de esta actividad, aumentó tanto el empleo (12%) como los ingresos por hora (8%).
Agrega que en la industria -que en términos relativos también es un importante empleador de hombres- los ingresos subieron 15%, al tiempo que la ocupación se mantuvo constante, y que en los servicios personales y sociales -actividad que concentra fundamentalmente a las mujeres; trabajadoras de casa particular, que es la primera actividad en términos de ocupación femenina-, registró un retroceso en ingresos por hora cercano a 7%.
El economista de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, señaló que "más allá de posible discriminación salarial, hay dos razones potentes por este diferencial: "Las mujeres tienden a preferir ocupaciones que suelen pagar menos (por ejemplo, pedagogía versus ingeniería, recursos humanos más que finanzas) y rehuir otras que pagan más (minería, construcción). Segundo, debido a la participación intermitente provocado por el embarazo, tienen menos experiencia que el hombre con la misma edad".
Expertos coinciden en necesidad de eliminar artículo 203
Bentancor planteó su propuesta para atacar este problema: "tendría Impacto directo positivo sustituir el artículo 203 (empleador debe pagar sala cuna a los hijos/as de todas sus trabajadoras (mujeres) siempre y cuando su empresa ocupe 20 o más mujeres) por un sistema nacional de cuidado que abarque a todos los trabajadores y trabajadoras".
La economista de LyD, Cecilia Cifuentes, también destacó la necesidad de eliminar el artículo 203 que hoy pone, a su juicio, una carga adicional en la contratación de las mujeres madres y que una razón importante en estas brechas.
El gobierno se comprometió a enviar un proyecto para ampliar el sistema de salas cunas, pero aún no está afinada la fórmula para reemplazar este artículo.
Cifuentes descartó que el camino sea legislar para obligar a igualar sueldos por género, ya que se pueden generar incentivos a la contratación de mujeres. Planteó más bien que se generen incentivos -como el posnatal parental- para que el hombre asuma una mayor participación en el cuidado de los hijos. Agrega que este beneficio, al igual que la licencia por enfermedad grave por hijo menor de un año que también puede usar por padre, no se usa mucho porque se requiere de un cambio cultural que toma tiempo.
