"Chile descentralizado... desarrollado". Es el título del documento que será presentado mañana por el Consejo Nacional para la Regionalización y Descentralización de Chile (Conarede). El texto, que demoró cinco años en ser redactado, reúne 36 propuestas para fomentar el desarrollo regional en nuestro país.

Al lanzamiento, que se realizará en el ex Congreso Nacional y al que asistirá el Presidente Sebastián Piñera, también fueron invitados nueve precandidatos presidenciales para que expongan sus propuestas para las regiones. Confirmaron su presencia a este debate los presidenciables Andrés Allamand, Michelle Bachelet, Marco Enríquez-Ominami, Claudio Orrego y Andrés Velasco.

El presidente del Conarede, Heinrich von Baer, ex rector de la U. de La Frontera y tío de la ex ministra Ena von Baer, anticipó a "La Segunda los alcances del documento que recomienda reformas a través de: descentralización política, administrativa y económica-fiscal; fortalecimiento de las capacidades locales; y participación democrática y control administrativo.

"El centralismo refuerza las desigualdades sociales. En relación al tamaño de su población y economía, Chile es el país más centralizado de América Latina", señala el documento. También asegura que "Santiago ha superado el límite de su crecimiento eficiente".

"Debemos incentivar instrumentos para que a las empresas les resulte más rentable establecerse en las regiones para descongestionar la capital. Debemos retener el capital humano calificado en lugares menos desarrollados porque Santiago está colapsado", advierte Von Baer.

-¿Cómo revertir la centralización?

-La madre de las reformas de descentralización radica en la política. Se requiere la elección directa de las autoridades regionales para que los intendentes en el futuro se conviertan en los presidentes de los gobiernos regionales.

-A partir de este año los consejeros regionales serán electos democráticamente. ¿Qué le parece esta reforma?

-Inédita y necesaria. Pero llegó atrasada y contiene una trampa: al elegir a los Cores junto con el presidente y los parlamentarios, quedan postergados a un tercer plano. Eso es producto de la improvisación y, probablemente, de alguna negociación política de quienes no quieren nuevos liderazgos en las regiones.

-¿Qué rol cumple la participación ciudadana en este proceso?

-Es esencial crear espacios para la sociedad civil de las regiones. Todos los think tanks, que finalmente diseñan las políticas públicas, están en la capital. Necesitamos Observatorios Ciudadanos Regionales para vigilar el cumplimiento de las promesas.

Para alcanzar estos objetivos de corte regionalista, el documento afirma que es necesario generar un nuevo trato entre el Estado y sus territorios. De esta manera, buscarán el compromiso del próximo gobierno para conformar una Comisión Presidencial, alcanzar los primeros cambios a más tardar en 2016 y la totalidad de ellos en 2030.

-¿Cuál es su balance de la labor de los últimos gobiernos en este ámbito?

-Muchas promesas, pero poca voluntad de concreción. Chile debe dar un salto al desarrollo regional, tal como lo recomienda la OECD... No nos extrañemos si tenemos movilizaciones territoriales, como en Magallanes, Aysén, Calama, Freirina, y Quellón, que revientan por la sensación de abandono acumulado de muchas décadas.