Ajetreados han sido los últimos meses en el piso 50 de la Torre Titanium, el centro de operaciones del holding Bethia, uno de los mayores grupos empresariales del país y también uno de los más activos de los últimos años, debido a sus sorpresivas adquisiciones. Pero los movimientos, esta vez, no son por alguna compra en ciernes: se explican por la importante reestructuración llevada a cabo en el conglomerado, la que culminó en febrero pasado al oficializarse la división de Bethia S.A. en dos sociedades matrices.

El grupo, fundado por Liliana Solari (que integra el pacto de accionistas que controla Falabella) y que ahora preside su hijo, Carlos Heller, inició el año pasado una importante reorganización, con el propósito de enfrentar el fuerte crecimiento que ha vivido en los últimos años en diversas áreas y así, eventualmente, avanzar en la apertura en bolsa de alguna de sus filiales o matrices.

Por lo pronto, en febrero pasado el conglomerado oficializó la división de Bethia S.A., operación que implicó la partición de la matriz del holding en dos sociedades: Bethia S.A., continuadora legal de la anterior; y Betfam S.A., la nueva firma que nace fruto de esta operación.

Esta decisión fue una de las primeras a las que se debió abocar Ramiro Sánchez, tras asumir la gerencia general corporativa de Bethia en junio de 2012. Cuatro meses después, el 17 de octubre del año pasado, la junta extraordinaria de accionistas de Bethia, integrada por Liliana Solari (a través de Inversiones Alpina e Inversiones Romina), Carlos Heller, Andrea Heller y Gonzalo Rojas, en representación de Inversiones Kennedy; aprobó dividir la compañía y transferir parte de su capital a una segunda matriz: Betfam S.A.

El acuerdo, protocolizado a fines de febrero pasado, señala que con esta división el holding queda controlado por dos matrices, con lo que el capital de Bethia S.A. equivalente a US$147,4 millones se redujo a US$64,7 millones (dividido en 4,5 millones de acciones). El resto de los recursos, en tanto, fueron transferidos a la nueva Betfam S.A., que surgió con un capital de US$82,7 millones (dividido en 4,5 millones de acciones).

Ordenar el holding

Al ser consultada por esta partición de la sociedad, la gerente de comunicaciones de Bethia, Marcela Abusleme, informó que los cambios tienen relación con una "reestructuración de sociedades que se desarrolló con el propósito de ordenar el holding".

Agregó que la idea es que Bethia S.A. pase a controlar todas las participaciones minoritarias del holding en sociedades anónimas abiertas en Bolsa: Falabella (10,74%), Latam (6,23%), Aguas Andinas (2,32%), Clínica Las Condes (11,5%), Grupo Empresas Navieras (14,72%) y Club Hípico (10%).

En tanto, Betfam S.A asumirá el control de todas las sociedades donde el grupo familiar es el accionista controlador: Blue Express (ex Lan Courier), transportes Sotraser, Agrícola Ancali, Megavisión, Inmobiliaria Titanium (50%), Isapre Colmena (48%) y las viñas Indómita, Santa Alicia y Dos Andes ; todas sociedades no abiertas a la bolsa.

Según los estatutos de la nueva matriz Betfam, esta sociedad además podrá adquirir, enajenar o arrendar toda clase de inmuebles, invertir como socia de otras sociedades para obtener rentas o dividendos e invertir en valores mobiliarios, acciones o cuotas de fondos, entre otros.

En Bethia, explicaron que este reordenamiento de sociedades también involucra la incorporación de nuevos ejecutivos al holding, proceso que aún está en marcha. Ello, significaría que el grupo de la familia Solari-Heller crearía una estructura corporativa similar a la implementada por el grupo Luksic cuando abrió Quiñenco a la bolsa.

Una restructuración que anunció el propio Carlos Heller a fines de 2011 cuando señaló que "tenemos que crecer, en el último tiempo quienes hemos hecho todos los negocios somos prácticamente los mismos (...) hasta ahora hemos sido bastante profesionales, pero debemos agregar gente".

De hecho, según la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) a marzo pasado Carlos Heller figuraba como director de 14 sociedades abiertas en bolsa donde Bethia mantiene inversiones, sin considerar sus actuaciones como director en las decenas de sociedades cerradas que controla el conglomerado.

Pero la reestructuración de Bethia no sólo involucró a la matriz, sino que también a sus firmas de inversión. De esta forma, una de las empresas más importantes del grupo pasó a ser "Sociedad de Inversiones Bethia Limitada", donde el año pasado se aprobó un aumento de capital por US$244 millones pagadero a tres años (hasta totalizar US$343 millones de capital). Además, esta empresa pasó a cobijar a las sociedades Beth-Wines Ltda., Sotraser y Bethia Comunicaciones, entre otras.

Apertura en bolsa

Con esta partición del holding, Bethia se estaría acercando al objetivo de abrir en bolsa parte de sus sociedades. De hecho, el propio Carlos Heller manifestó públicamente en el pasado su interés por abrir transportes Sotraser en el mercado de valores, luego que esta empresa alcanzara ventas del orden de los US$100 millones anuales.

Un corredor de bolsa, que pidió no revelar su nombre, señaló que "la incorporación de Sotraser a la nueva matriz Betfam, podría significar que la familia Solari-Heller tiene interés en abrir todo este holding al mercado accionario, considerando que mantiene inversiones de gran tamaño y en áreas nuevas para la bolsa".

Bethia S.A., en cambio, pasará a mantener inversiones en empresas que ya forman parte del IPSA y que pueden ser replicadas por cualquier inversionista sin necesidad de ingresar a la propiedad de un conglomerado, agregó el corredor.

Betfam es un holding que pasará a controlar posiciones relevantes en el mercado lechero, de transporte, vitivinícola, de la salud y medios de comunicación. Es así que, Sotraser es la mayor empresa de transporte terrestre del país; Agrícola Ancalí opera la lechería más importante de Sudamérica; Colmena es una de las isapres más rentables del sector; Blue Express mantiene una importante participación de mercado; Mega podría ingresar a nuevos negocios con la TV digital; mientras que las viñas del grupo destinan casi toda su producción a la exportación de vinos premium.