"Si comparáramos la brecha en el desarrollo sicomotor de los niños con, por ejemplo, la PSU, significaría que ya desde esta edad hay una diferencia de cerca de 110 puntos entre los más ricos y los más pobres", ejemplifica el director del Centro de Microdatos.
Como se temía... la desigualdad en nuestro país comienza literalmente desde la cuna, según confirma la última Encuesta Longitudinal de la Primera Infancia: Resultados 2012 (ELPI), aplicada con el Centro de Microdatos de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile por encargo del Ministerio del Trabajo.
Los resultados entregados el jueves revelan que "existe una brecha socioeconómica en aspectos de desarrollo cognitivo y que esta brecha se incrementa en general en los primeros cinco años de vida".
Según David Bravo, director del Centro de Microdatos, esta brecha en el desarrollo sicomotor de los niños comienza a observarse desde los 36 meses y no sólo se mantiene sino que aumenta a los 76 meses.
"¿La pregunta es qué magnitud tiene esta brecha? Si la comparáramos, por ejemplo, con la PSU, que es una medida que toda la gente conoce, esta desviación significaría ya desde esta edad una diferencia de cerca de 110 puntos entre los más ricos y los más pobres", ejemplifica.
También se observa que las madres del quintil más rico de la población tienen un mayor desarrollo cognitivo y socioemocional que las del quintil de menores ingresos.
Esta encuesta se aplicó a los mismos 15 mil niños y madres entrevistados en 2010, añadiendo otros 3 mil representativos del segmento de nuevos nacimientos desde la primera ronda.
Participación de las mujeres en el mercado laboral
Identificar las razones que explican la baja participación laboral femenina y las políticas que se requieren para impulsarla, especialmente en el segmento de madres con hijos en edad pre-escolar, fue uno de los objetivos de esta encuesta.
Los resultados muestran que 52% de las mujeres y madres, con niños en edad pre-escolar, participan en el mercado laboral. Además, del 48% aproximado de mujeres que no participa, la mitad son inactivas duras, es decir, que nunca han trabajado, y un tercio (36%) de las mujeres inactivas duras declaran que no trabajarían bajo ninguna condición.
Mientras, las mujeres que son inactivas blandas -que trabajaron en algún momento- dejaron su empleo mayoritariamente por razones atribuibles al embarazo o al cuidado de los hijos.
La encuesta recoge que la preocupación por el hogar y el cuidado de los hijos en las mujeres madres entrevistadas dice relación con la intensa jornada laboral que desarrollan al interior del hogar.
Urzúa: Más escolaridad no ha bajado la desigualdad
El economista del CEP Sergio Urzúa destaca que si bien en Chile ha habido avances, evidentemente hay espacio para disminuir la desigualdad, específicamente en la edad temprana.
Agrega que el aumento de la escolaridad promedio no ha significado una disminución en las desigualdades del sistema.
"Los chilenos nacemos iguales por quintil de ingreso si se considera como indicador la talla o el peso al nacer, pero se empiezan a diferenciar con la edad... Esta desigualdad se traslada desde el ámbito educacional (Simce 4º básico, PSU) al mercado laboral".