El último Consejo de Gabinete realizado el lunes en La Moneda fue clave para alinear las filas oficialistas y convencer al Gobierno de la "conveniencia política" de blindar a Pereira. En la definición del Ejecutivo fue clave el irrestricto respaldo político de la Alianza y la decisión de no ceder a la presión de una Concertación obstinada en derribar al funcionario.
Tras meses de cuestionamientos públicos a su gestión por el caso Johnson, finalmente, Julio Pereira se quedó como director del Servicio de Impuestos Internos (SII).
Obtuvo tres triunfos: La Contraloría decidió no formularle cargos por su rol en el caso, fue ratificado en el cargo por el Presidente Piñera y la Cámara de Diputados rechazó el informe de la comisión investigadora que le atribuía responsabilidades en el proceso.
Detrás de la decisión de mantener a Pereira en el cargo hay una serie de razones que van más allá de mantener en su puesto a una autoridad que, a juicio de la Alianza, no ha hecho nada malo.
Las razones de fondo
1 El Informe de la Contraloría: Que el resultado preliminar del sumario interno que lleva adelante el organismo contralor no incluyera cargos contra Pereira -aunque sí contra dos altos funcionarios del SII- fue clave en la ratificación que este martes anunció el Presidente. El mismo Piñera había condicionado su mantención en el SII a los resultados de la investigación del organismo, que en todo caso aún debe emitir su pronunciamiento final. Por eso, pese a que el Presidente criticó directamente a Pereira por no haber informado a su superior de la condonación de multas e intereses a Johnson, la rápida filtración de que no había reproches al director ayudó a articular su defensa, especialmente de cara a la votación del informe de la comisión investigadora.
Por eso, pese a que cuando recién estalló el caso, varios ministros de La Moneda criticaron en privado el manejo de Pereira, el informe de la Contraloría terminó por convencerlos a todos de la necesidad de mantenerlo.
2 El transversal apoyo de la derecha: El irrestricto respaldo político que ha tenido Pereira, especialmente de RN, fue decisivo en este salvataje. Fue el propio presidente de este partido, Carlos Larraín (quien además fue su profesor en el colegio Tabancura), quien en el comité político del lunes planteó la estrategia de blindaje que recibió el decidido respaldo del ministro del Interior, lo que convenció a la UDI de sumarse al apoyo y contribuyó a movilizar a las huestes oficialistas en el Congreso.
También tuvieron un rol importante el diputado del partido José Manuel Edwards y sus colegas de la UDI Ernesto Silva, Javier Macaya y Gonzalo Arenas, quienes defendieron a Pereira durante toda la comisión investigadora.
En este respaldo lo que primó no fue una sintonía política -aunque es de derecha, Pereira no milita en ningún partido-, sino la constatación de que no se puede dejar solo a un profesional que llega al servicio público en un acto de lealtad con el Gobierno y que recibe ataques, según ellos, injustificados.
Con todo, la estrategia sorteó un momento decisivo cuando el martes el Presidente reiteró sus críticas al actuar de Pereira. En la derecha dicen que con esto Piñera quiso reafirmar que la permanencia del funcionario dependía exclusivamente de él.
3 El malestar de la Alianza: Parlamentarios de derecha reconocen que existió un profundo malestar en las filas oficialistas, ya que consideran que la Concertación se estaba "pasando de revoluciones" en su ataque al funcionario, al no existir razones que avalaran el reproche, por lo que había que evitar darles ese triunfo político.
Igual conclusión impulsó al ministro de Hacienda, Felipe Larraín, su superior directo, a reiterar con firmeza su confianza, señalando que es "un funcionario probo, que ha actuado dentro de sus atribuciones, con apego a la ley".
Así, la Alianza logró articular una jugada el martes para asegurar la votación del informe de la comisión investigadora ese día, consciente de que la oposición no tenía votos para aprobarlo. El cierre de ese flanco, gracias a la abstención del diputado René Alinco (ex PPD), propinó una fuerte derrota a la Concertación.
4 La batalla con la oposición por los conflictos de interés: En la Alianza también tomaron la decisión de no ceder a la presión de una Concertación obstinada en derribar a Pereira por una razón más de fondo: no dar espacio para el surgimiento de "cazadores de conflictos de interés".
Y es que el concepto del conflicto de interés que ha tratado de instalar la Concertación complica a este gobierno, cuyas autoridades mayoritariamente provienen del mundo privado.
5 La protección de la UDI a Golborne: En ese mismo sentido, algunos parlamentarios señalan que, el dejar caer a Pereira por el caso Johnson, implicaba abrir un flanco de crítica a la candidatura presidencial de Laurence Golborne, quien trabajó en Cencosud, empresa dueña de Johnson y que arrienda terrenos a la familia de Pereira.
6 La jugada política del PC: Otro factor importante en el escenario y que ayudó a cerrar las filas en la Alianza fue la arremetida del PC, de la mano del presidente de la Asociación Nacional de Funcionarios de Impuestos Internos de Chile (Aneiich), Carlos Insunza, quien lideró las movilizaciones que buscaban la renuncia de Pereira.
7 La defensa de la honra de Pereira: Enfrentar esta polémica ha sido especialmente duro para Julio Pereira, básicamente porque es una persona de bajo perfil, que no le gusta figurar y queno tiene redes políticas. Quienes lo conocen aseguran que su mujer, la académica María Verónica Undurraga, fue clave para convencerlo de dar la pelea por defender su honra. El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, fue importante para articular los pasos siguientes.