Casi la mitad del dinero que los trabajadores extranjeros envían a sus familias, terminan en esos dos países. Aunque se espera un aumento de 3,6% durante el último año, los expertos coinciden que las cifras no juegan un rol importante en la economía, distinto a lo que ocurre en México o República Dominicana.
Es de mañana en el centro de Santiago, y en calle Bandera las personas van y vienen. Los locales de envío de dinero que se han instalado en este sector -cada vez más concurrido por extranjeros- ya han abierto y en las colas se observa una gran cantidad de personas esperando su turno. En las vitrinas, el anuncio en números grandes del valor del sol peruano y del peso colombiano advierten cuáles son el principal destino de las remesas al extranjero.
En Chile, la entrada y salida de dinero no es un factor que influya fuertemente en la economía. Según el último documento emitido por el Banco Central con respecto al tema, "Chile no está ajeno a la tendencia mundial de migración. Sin embargo los envíos de capital se encuentran en un segundo y hasta tercer plano en la economía, y no alcanzan las magnitudes de otros países latinoamericanos como México y Republica Dominicana".
Si bien el Banco Central aún no publica el balance oficial de 2012 - proyectado para finales de marzo-, el especialista en remesas del Instituto de Diálogo Interamericano, Manuel Orozco , calcula que el total de envíos del año pasado fue de US$350 millones. Proyección que, dice, se basa en el comportamiento que han mostrado los cerca de 400 mil inmigrantes que hay en Chile. De cumplirse su pronóstico, la cifra superaría a los más de US$337 millones que enviaron los extranjeros en 2011, según los últimos registros del Banco Central -actualizados a diciembre de 2011-, lo que significaría un 3,6% de aumento.
De esta forma, los envíos de capital mantendrían el crecimiento que llevan anotando durante los últimos 7 años, cuando pasaron de US$5 millones en 2005 a casi US$340 millones en 2011 (ver gráfico).
Orozco añade que el envío es una tendencia creciente en Chile, y supera a los dineros entrantes. "Los cerca de 500 mil chilenos en el extranjero llevan mucho tiempo fuera del país, puesto que los procesos migratorios más fuertes se registraron en las décadas del '70 y '80 -motivados por la dictadura militar-, y luego los éxodos han sido menores. Esto hace que los envíos de dinero a Chile no sean principalmente para mantener a sus familias, si no que para ahorrar o invertir en proyectos personales. En cambio los capitales que salen del país, están subiendo cada año, ya que para la mayoría de los inmigrantes que han llegado a Chile es primordial la necesidad de mantener a su familia en el extranjero, lo que genera un fuerte flujo de dinero saliente" dijo Orozco.
La gerente de estrategia de Vantrust Capital, Gabriela Clivio , señala que "las remesas en Chile, a diferencia de otros países de la región, representan un porcentaje marginal del PIB. Hay países como El Salvador, Jamaica y Honduras en donde la entrada de dinero, desde Estados Unidos principalmente, corresponde al 15% del PIB". Agrega que "en estos países el flujo de capital es estable y contribuye a disminuir la pobreza".
Chile llama la atención en el cono sur
Dentro de los principales destinos de las remesas enviadas desde Chile se encuentran Perú y Colombia, con una participación del 43% y 11% respectivamente. En el listado también figuran Argentina, Bolivia, Ecuador y Estados Unidos, pero con una porcentaje menor.
En el caso de los vecinos del norte, según el Banco Central de la Reserva del Perú, los aportes de los peruanos en el extranjero aumentaron 5% durante 2012 con respecto a igual periodo del año anterior. Dentro de los principales orígenes está Chile, que es la nación latinoamericana que más aportó, y cuyos envíos en el periodo sumaron US$88 millones, 16% más que en 2011.
Colombia figura como la nación latinoamericana que más recibió remesas en 2011, según el estudio del Instituto del Diálogo Interamericano: US$4.168 millones.
Y son precisamente los ciudadanos de estos países, sumados a un creciente número de dominicanos, quienes están viendo a Chile como una alternativa laboral, gracias al bajo desempleo (6,2% en el trimestre septiembre-noviembre de 2012 ), una economía creciendo a un 5%, y sobre todo, el cambio favorable: con $10 mil chilenos se puede comprar allá el equivale a $40 mil.
Según el Departamento de Extranjería e Inmigración del Ministerio del Interior, la entrega de visas sujetas a contrato hasta finales de octubre 2012 fueron lideradas por los peruanos (50%), seguidos por los colombianos (22,6%), y luego los dominicanos (7%). El director del departamento, Mario Cassanello , señala que "los extranjeros buscan establecerse en Chile por la solidez y estabilidad de la democracia y por su economía, que crece hasta alcanzar niveles prácticamente de pleno empleo, además del clima de paz social y crecientes estándares de calidad de vida".
Para Manuel Orozco, la fuerte demanda de empleados en el sector servicios, construcción y agricultura es uno de los factores que han propiciado la llegada de extranjeros al país, mientras que antes, Estados Unidos y España eran las opciones más recurrentes. Además, explica, "en el caso de los colombianos influye mucho el clima de inseguridad social que viven, por lo que Chile se transforma en una alternativa buena y cercana".
De peso a peso... el rentable panorama de los colombianos
Ejemplo del arribo de colombianos es el caso de Alfredo Vázquez, un vendedor de papas de la Vega Central que junto a otros tres compatriotas comparte un departamento en el centro de Santiago desde hace más de un año. Lo hace para abaratar costos y poder enviar semanalmente $60 mil a su esposa e hijos en Colombia.
"En total le mando cerca de $300 mil mensuales a mi señora (1.150.000 pesos colombianos). Con ese dinero, ellos viven en un buen sector, y les alcanza para todos los gastos mensuales y más". Agrega que está en sus planes traer a su familia a trabajar a Chile, ya que "con el dinero chileno, en mi país, se puede hacer hasta casi 4 veces lo que se hace acá" dijo.
Caso similar es el de Luz Karini, una joven colombiana que está pronta a volver a su país, luego de haber trabajado un año y medio en Chile, en un local de bicicletas del centro de la ciudad.
"Me vine con mi marido y dejé a mi hijo con su padrino. Al principio me costó mucho adaptarme y hasta dormía en el suelo, pero a poco andar pude tener una casa y un buen trabajo, lo que me permitió estabilizarme y poder mandarle a mi hijo mensualmente cerca de $60.000, con los que pagaba un colegio particular, locomoción, comida y lo que necesitase para su mantención".
Su trabajo dio frutos: junto a su marido alcanzó a ahorrar $6 millones, con los que, llegando a Colombia, pretende poner una tienda de ropa y zapatos en un sector céntrico de Cali, lugar en donde vivía antes de emigrar.
Peruanos siguen liderando al arribo de trabajadores
Actualmente son más de 138 mil los peruanos que residen en Chile, y cada año lideran los ingresos de nuevos extranjeros al país.
Si bien el cambio de peso a soles no es tan suculento como el de sus vecinos, de todas maneras afirman que con el dinero chileno se puede hacer el doble y más en Perú, lo que los motiva a trabajar en acá.
Joselito León atiende un local de productos peruanos en la Vega Central. Lleva dos años en Chile y se vino de su natal Trujillo -en el norte de Perú-porque como agricultor no le estaba yendo bien, y no podía cultivar sus tierras. Los $350 mil que recibe de sueldo, le alcanzan para arrendar una pieza en Independencia y enviar mensualmente dinero para mantener a su familia y de paso, pagarle a empleados para que trabajen sus cultivos.
"Cada mes mando cerca de US$500 dólares (unos $234 mil chilenos), que son aproximadamente 1.240 soles peruanos. Con ese dinero en Perú se puede vivir medio año sin problemas, pero yo dedico gran parte del dinero a invertir en mi campo, para así poder devolverme después y tener un mejor pasar".
Su compatriota Julio César, tiene un local de ropa y artesanías en pleno centro, y también manda dinero a Perú constantemente. Asegura que cada mes envía entre US$5 mil y US$10 mil (hasta $5 millones) para comprar mercadería y aprovechar el cambio favorable que tiene el dinero chileno con respecto a los soles. Ha adquirido dos locales en una de las galerías que hay en el centro, avaluados en US$70 millones, pese a que llegó en 1998 con apenas una mochila con artesanías, para venderlas en las calles de Viña del Mar.
A China para financiar educación de niños pobres
Así como gran parte de los extranjeros se ven seducidos por la situación financiera chilena, existen otros en donde el arribo al país ha sido por mera casualidad. Sin embargo, las oportunidades que se les han presentado les permiten enviar dinero para mantener a sus familias o para financiar proyectos personales.
María es una ecuatoriana que debió salir del país "con urgencia y por motivos personales", dice sin dar más detalles. Allá dejó a sus hijos y familia. Al principio su destino era España, pero terminó en Chile. Lleva dos años en el país y actualmente tiene un puesto de jugos tropicales en el centro de Santiago. Con su trabajo puede enviar cerca de US$300 ($150 mil pesos chilenos) mensualmente a Ecuador, con los que costea colegiatura privada y mantención de sus hijos.
Un caso aparte es el de Leslie Tan, un profesional chino que trabaja en una empresa de telecomunicaciones asiática, y que pasó de trabajar en el norte de África, a ser transferido a una oficina de la compañía en Chile. Comenta que no le ha costado vivir aquí, y que por fortuna anualmente puede ahorrar US$3.500 ($1.750.000 pesos chilenos aprox.), los que manda cada fin de año a su padre, con el propósito de financiar la educación universitaria de niños pobres de China.
