Ayer la cadena abrió su quinta tienda en el país cafetero, en la ciudad de Bucaramanga, marcando el inicio a una nueva etapa que apunta a un segmento más alto. Tras lograr el aumento de capital en octubre, la compañía quiere dejar atrás el escándalo de las repactaciones, y para eso evalúa incluso cambiar de nombre.
Ayer la ciudad de Bucaramanga, en el noreste de Colombia, estaba de fiesta. Ubicada a unos 384 kilómetros de Bogotá vivió la inauguración de su segundo mall en los últimos seis años: El Cacique.
El evento convocó a los habitantes más top de esta próspera ciudad, que se caracteriza por tener uno de los menores índices de cesantía del país gracias a su fuerte actividad comercial, educacional y a una sólida industria del calzado.
Durante los discursos inaugurales, el nombre de Chile se escuchó varias veces por los altoparlantes. La cadena de multitiendas Ripley escogió a El Cacique para instalar acá su primera tienda en Colombia, y La Polar abrió su quinto local en este nuevo centro de consumo.
"Con esta quinta tienda que hoy (ayer) inauguramos en Bucaramanga, marcamos una nueva etapa. Siempre dijimos que esta sería la primera tienda que abriríamos bajo una propuesta comercial distinta, La Nueva Polar, y que guiará el nivel que tendrán en el futuro todas nuestras tiendas", sostiene entusiasmado el gerente general de la multitienda, Patricio Lecaros tras subir las cortinas del local que en nada se parece a lo que hasta ahora se podía asociar con La Polar, la tienda que dejó de ser la del "llegar y llevar".
"Hoy estamos apuntando a un segmento más alto de la población, un poco más transversal y con una propuesta de productos absolutamente distinta", dice mientras recorre las nuevas instalaciones donde llama la atención un Porsche Cayenne que sortearán entre sus clientes.
"En Curicó inauguramos la primera tienda de La Polar en Chile con este formato, y hoy tiene un ticket promedio 20% más alto que el resto. Estamos seguros que haciendo tiendas más transversales optamos a todos los consumidores. No queremos rehuir del segmento C3, D, que es el que nos ha hecho crecer, pero creemos también que podemos acceder a otros segmentos del mercado" agrega. En dos años más, todas las tiendas que tienen en Chile deberían adoptar el mismo formato.
-¿Teme que el nuevo formato pueda ahuyentar a los segmentos que tradicionalmente se atendían en La Polar?
-La tienda de Curicó era la que peor le iba de la cadena, no tenía aire acondicionado, ni ascensor, ni escaleras mecánicas y la transformamos en la mejor tienda de la ciudad. Los clientes antiguos quedaron felices. Lo importante es tener productos accesibles para todos los consumidores. La competencia en Chile es fuerte y tenemos que competir en ese segmento de mercado.
-Pero los otros tienen una experiencia en esos segmentos que La Polar recién está descubriendo...
-No me preocupo de la competencia, sino de que La Polar crezca, aumente sus ventas y tenga más cliente. Hoy tenemos la gran oportunidad de ser algo novedoso, porque la gente ya conoce a nuestros competidores. Somos los que estamos cambiando y a la gente le gusta ver cosas nuevas.
-El nuevo formato, más cómodo, también significa mayores costos. ¿Cuál es el desafío ahí?
-Más que eficientar los costos, tenemos que eficientar la venta. Vendemos poco por metro cuadrado, así es que tenemos que subir de 6,8 UF a 10 UF. Seguramente cuando lo logremos, nuestros costos se harán proporcionalmente mucho menores.
La competencia: "Vamos a tener una pelea muy buena con Ripley"
-Tras los resultados obtenidos en Colombia, piensan acelerar el plan de alcanzar 14 tiendas en los próximos 4 o 5 años?
-Eso dependerá de los proyectos que se vayan generando. Ojalá que sigan apareciendo proyectos de este tipo, como el mall Cacique de Bucaramanga, porque sin duda que vamos a participar. Sabemos que este tipo de proyectos son un éxito. Nuestro negocio en este país puede ser el doble del tamaño que tenemos en Chile.
-¿Y cómo enfrentan la competencia chilena acá? Falabella es muy fuerte, Cencosud también está creciendo y Ripley inauguró su primera tienda...
-Falabella debe tener unas 13 tiendas y les va espectacularmente bien, nosotros tenemos 5 y creo que en febrero del próximo año Ripley inaugura 3 nuevas tiendas. Eso es bueno porque valida nuestro modelo de negocios.
-En Chile La Polar es el cuarto operador de tiendas. ¿Acá aspiran a lo mismo?
-No, acá queremos ser ojalá los segundos, porque es difícil ser los primeros. Ahí vamos a tener una pelea muy buena con Ripley.
-¿Los colombianos saben los problemas que tuvo La Polar en Chile por el escándalo de las reparaciones unilaterales?
-Creo que el consumidor habitual no tiene idea, aunque a nivel del sistema bancario, obviamente que sí.
-¿Teme que ese pasado les pueda jugar en contra?
-No creo, porque estamos haciendo las cosas de manera distinta. Nuestra preocupación es atender bien.
¿Utilidades? No todavía
-Hoy, en plena inauguración, vimos promotores ofreciendo la tarjeta de crédito. ¿Cómo va ese negocio en Colombia?
-La penetración todavía es bastante baja, sin embargo en Bucaramanga hicimos una campaña muy buena en que por primera vez se regala un Prosche, lo que marca una diferencia con lo que veníamos haciendo antes. Hemos tenido muy buena aceptación.
A veces las tarjetas son mal vistas, pero son un tremendo beneficio para el consumidor que no puede acceder con sus ingresos disponibles a ciertos bienes.
-¿Cuál es la meta en el negocio crediticio acá?
-Pensamos que un 60% de nuestras ventas se realizarán con este medio de pago. La tarjeta de crédito será un 55% del modelo de negocios de La Polar.
-¿Cómo se diferenciarán de Falabella, que también es muy fuerte en tarjeta de crédito?
-En Colombia viven 48 millones de personas, Falabella tiene 800 mil tarjetas y nosotros 100 mil, entonces queda mucho todavía por crecer.
-¿Cómo vienen los resultados hacia fines de año?
-Este ha sido un año de transición, sumamente duro porque tuvimos que estabilizar la empresa, hacer el aumento de capital, negociar con los proveedores, abrir tiendas acá en Colombia, pero el gran trabajo ya está avanzado. Los éxitos se verán en el futuro. Este año no vamos a tener utilidades, y así lo dijimos durante en road show, pero la empresa ya está estabilizada y vemos un muy buen futuro.
-El año pasado, cuando le consultaban por utilidades, usted respondía que le preguntaran este año. ¿Pensaba que 2012 terminaría con números azules?
-Pensaba que este año terminaríamos equilibrados, sin embargo tuvimos que incurrir en muchos gastos que no teníamos presupuestados, como la cantidad de asesores que tuvimos que tener para llevar a cabo el aumento de capital. Además, dicha operación se atrasó desde julio hasta octubre, lo que nos hizo parar algunas decisiones y eso nos llevó a que este año, si bien es cierto no será muy positivo, tampoco será muy negativo.
-¿Pero tendrán números rojos de todas maneras?
-Pienso que sí. Todavía nos quedan noviembre y diciembre, pero estaremos muy cerca a un ebitda de cero. Ahora viene una etapa muy entretenida que es hacer que la empresa sea rentable, y estoy seguro de que nos irá bien.
-¿Con el aumento de capital realizado, se aleja el fantasma de la quiebra?
-Absolutamente, la quiebra quedó atrás y ya no hay ninguna probabilidad de que eso pase. Hoy La Polar tiene un capital positivo, una caja de casi $130 mil millones para realizar proyectos, un convenio con los acreedores firmado y ahora sólo tenemos que hacer las cosas bien.
-¿Y el precio de la acción, volverá sobre los $1.000 que estaba antes del escándalo? Hoy está bajo $300.
-Antes había 250 mil acciones y hoy hay 1 millón, entonces es imposible que vuelva a esos precios. Pero creo que su valor irá subiendo paulatinamente en la medida que mostremos que las cosas se están haciendo bien.
Aunque el aumento de capital fue exitoso, nuestra responsabilidad hoy es responderle a quienes invirtieron para que su negocio sea bueno.
"Reconozco que estamos evaluando cambiar el nombre o el logo"
-En dos años más todas las tiendas tendrán el nuevo formato. ¿También cambiarán el nombre?
-Lo estamos viendo. La Polar, 'llegar y llevar' se acabó cuando llegamos. Hay que renovarse. Reconozco que estamos evaluando cambiar el nombre o el logo, no sé.
-¿Personalmente, le interesaría entrar a la propiedad?
-Es posible. Creo en esta empresa, me encantaría tomar una participación, pero por ahora estoy trabajando y no quiero desviarme de mi foco. No es el momento.
