La diseñadora Paulina Robson está en conversaciones para venedr sus carteras en la Quinta Avenida. Una segunda etapa contempla ingresar al mercado europeo en 2014, para seguir con árabes y asiáticos.
A partir de este año, los salmones chilenos dejarán de ser conocidos sólo como un producto gourmet y pasarán a ser parte del inventario de la moda de lujo internacional. Así se lo plantea la diseñadora industrial Paulina Robson (en la foto) quien desde hace ya dos años se encuentra preparando su propia línea de carteras hechas con cuero de salmón y que comenzarán a comercializarse en exclusivas tiendas de Nueva York y Los Ángeles, en Estados Unidos.
Robson, cursó diseño en la Universidad del Bío Bío -luego siguió sus estudios en el Politécnico de Milán- para terminar en el DUOC de Concepción, siempre con la idea clara de seguir el rumbo del diseño de vestuario. "Como tenia esta pasión por la moda di con un punto de encuentro, que eran las carteras y los accesorios. De hecho, mi proyecto de título fue una línea de maletería", cuenta.
Para seguir con esa línea, esta emprendedora decidió recurrir a un novedoso material que de a poco empieza a ser explotado: el cuero de salmón. "En algún minuto lo había trabajado, me parecía un material súper interesante con características "ecoamigables". Así empecé a buscar proveedores y a desarrollar productos", cuenta Robson que aún vive en Concepción aunque tiene su fábrica y proveedores en Santiago.
Mezcla con hebillas bañadas en oro
La principal característica de estas carteras, dice Robson, es que son sustentables ya que el fin último del salmón no es la moda sino su consumo, siendo el cuero utilizado un subproducto de la industria alimenticia. "Luxury meets responsability" es su slogan.
"Mi idea es que ningún animal sea dañado para nuestro negocio, a diferencia por ejemplo de lo que puede ser una piel de cocodrilo, cuyo fin primero es ser objeto de moda. El cuero de salmón es considerado a nivel mundial un material ecoamigable porque es el desecho industrial de la industria del salmón, sino se hace harina de pescado. Por eso la idea es agregarle valor a un material que se está perdiendo", afirma la diseñadora.
Otra de característica de sus productos es que el herraje (hebillas) son importados y bañados en oro de 24 kilates y los cierres importados desde Suiza, proveedores que consiguió averiguando por cuenta propia.
En Chile, las carteras están disponibles sólo en el Hotel W y tienen un valor de entre US$800 y US$2.000.
De Chile a NY: la estrategia para internacionalizar sus productos
Robson viene llegando de un viaje a Estados Unidos, donde se reunió con agencias de relaciones públicas para encontrar la mejor manera de internacionalizar los accesorios en tiendas boutique tanto en Nueva York como en Los Ángeles. Además sostuvo conversaciones con la marca Henri Bendel, una tienda por departamento de lujo ubicada en la glamorosa Quinta Avenida de Nueva York. "Me junté con ellos y les encantaron los productos", cuenta, por lo que si se cumple lo conversado, en diciembre les enviaría las primeras carteras y en marzo harían un gran lanzamiento que incluiría celebridades y prensa especializada.
Una segunda etapa contempla Europa del Este en 2014, para seguir con los países árabes y terminar con Asia. "Lo que pasa con Asia es que normalmente quieren lo que se está vendiendo en Europa, entonces tienes que estar allá antes de vender en Oriente".
Aunque por ahora su producción abarca principalmente carteras, la diseñadora anticipa que en un futuro creará también billeteras y accesorios para tablets y teléfonos celulares.