Generar gas y electricidad a partir de los residuos industriales líquidos (riles) de las queserías es una realidad. Eso gracias a un proyecto de Schwager Energy, a través de su filial L&E, que busca solucionar dos problemas en uno: Qué hacer con los pasivos ambientales de estas compañías y cómo obtener energía limpia y barata.

La firma inició recientemente sus operaciones en la primera planta de biogás en la comuna de Purranque, región de Los Lagos, que utiliza los riles de la industria lechera para, por un lado, generar electricidad y gas, y, por el otro, producir proteínas para la industria alimentaria. Durante este año comenzaría la producción en la segunda planta de estas características, en Puerto Octay.

Esta primera etapa requirió una inversión de US$6 millones, para generar 1 MW y 240 metros cúbicos de biogás por hora, enmarcándose en el desarrollo de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC).

"Hemos hecho varios ejercicios con potenciales clientes y, en algunos casos, llegamos a reemplazar el 100% del gas o del petróleo que usan para sus procesos. También, es capaz de absorber en parte necesidades de electricidad", relata la jefa de proyectos Biogás, Josefa Gutiérrez.

La ejecutiva, quien encabezó el estudio de la iniciativa por más de un año, cuenta que fundamental para el desarrollo de este proyecto fue la fusión entre Schwager Energy y el grupo AEM, especializada en soluciones tecnológicas en procesos energéticos y ambientales, en el 2009.

El proceso, paso a paso

Los residuos industriales líquidos generados en la fabricación de queso pasan a un biodigestor, mientras que el suero lo hace a un proceso de ultrafiltración, desde el cual se obtienen dos descargas: Un concentrado de proteínas conducido a la planta (base para la fabricación de proteína en polvo) y un permeado rico en lactosa enviado a una piscina de ecualización para ser mezclado con los riles.

Desde la piscina, estos componentes son bombeados al biodigestor, con dos reactores anaeróbicos, los que contienen en su interior bacterias que procesan la materia orgánica en ausencia de oxígeno, generando biogás con alto contenido de metano.

El líquido que sale del reactor es conducido a una planta de tratamiento y para finalizar la desinfección con rayos UV para que el agua pueda ser descargada.

De solución ambiental a energética

La empresa cuenta con un portafolio de proyectos en estudio al mediano plazo, primero enfocado a los potenciales clientes de Los Lagos.

"Se han generado grandes expectativas por parte de la industria de la zona por este proyecto, por lo que al menos esperamos la construcción de tres nuevas plantas de este tipo en la región. Muchas empresas lecheras no tienen resuelto sus problemas ambientales, y esto se presenta como una innovación porque pasa de ser solución ambiental a una energética", dice Gutiérrez.

A futuro, la firma también ve probable que, de existir las condiciones apropiadas, estos desarrollos no sólo sirvan para abastecer a las industrias, sino que también para entregar energía al sistema.

La idea es expandir el modelo a otros países

El gerente general de Schwager Energy, Renzo Antognoli, explica que "el modelo de negocio es ofrecer este servicio a nuevas queserías, a partir de los resultados obtenidos por la Central Purranque ya en operación".

Eso sí, las perspectivas del negocio no quedarían sólo en el país. "Nos damos cuenta de que la solución energética y ambiental planteada con este desarrollo, puede dar solución no solamente a las empresas queseras de Chile, sino que también en otras partes del mundo", señala.

En términos de negocios, L&E -propiedad en partes iguales de Swchager Energy y Molino Bío Bío- registró ventas por $1.300 millones en 2011, período en el que la empresa estaba en proceso de construcción de su primera central, por lo que su facturación dependió solo de la comercialización de proteínas para la industria de alimentos, por lo que "es correcto pensar que el incremento en este negocio durante los próximos años será significativo", dice.