La reunión que este lunes realizó la Comisión Económica de Renovación Nacional y el Instituto Libertad para analizar la reforma tributaria fue especial: se incorporó Rafael Aldunate, quien comenzó a retomar en las últimas semanas los compromisos que había asumido antes del grave accidente que sufrió en diciembre pasado y del que hoy prefiere dar vuelta la página.

"He vuelto a la normalidad y los cargos de responsabilidad conllevan a un mayor grado de compromiso. Me incorporé en las actividades profesionales, diría que en forma gradual y progresiva en el tiempo", dijo el coordinador de la propuesta de reforma tributaria de RN.

El director de empresas, además, volverá a publicar en las próximas semanas sus columnas en La Segunda.

-¿Cuál es su evaluación de lo que hasta ahora se conoce de la reforma tributaria del gobierno?

-Como Instituto Libertad tenemos que interpretar este tema con mayor rigor y grado científico y, por otro lado, como partido representar nuestra fe en la economía de mercado y en el crecimiento y el empleo. Siempre pensamos en impuestos ecuánimes, eficientes, eficaces, que no fueran contra el desarrollo, y, a su vez, que sean progresivos. Ahora, estamos conscientes de que los que tienen más tienen que pagar mayores impuestos.

-¿Qué opina de que se suba el impuesto a las empresas a 20%?

-La realidad de las empresas chilenas, su solvencia y flexibilidad de mercado, les permite soportar una carga tributaria algo mayor. Es algo que se probó en estos dos años. Ahora, el ideal hubiese sido incentivar la mayor creación de empleo y actividad.

-¿Cuál es su opinión sobre la rebaja del impuestos a las personas?

-En Chile el 85% de la población no paga impuestos directos y, por lo tanto, la plataforma de contribuyentes chilenos de impuestos es muy baja con respecto al mundo y a la OCDE. No es malo generar conciencia de los beneficios que da el Estado vía impuestos.

-¿Es partidario de ampliar la base tributaria de este impuesto?

-No quiero ser tajante, pero ampliar la base con un mínimo común denominador, que es que las personas aporten algo para que tomen conciencia de lo que el Estado les devuelve y de lo que están aportando al país, puede ser positivo. La gente debe ser más partícipe en la contribución al desarrollo del país. En Chile todo el que gana hasta $535 mil no paga impuesto y acercarlo a la contribución no es malo.

-¿Y qué le parece la rebaja en el tramo alto?

-Bajar la tasa del 40% al 35% no me parece adecuado, porque hoy día hay un problema de sensibilidad en la distribución de los ingresos. Ahora este es un tema que tenemos que verlo como un cuerpo colegiado y al interior del partido general.

- La lógica detrás de esto es desincentivar que estos sectores evadan impuestos a través de las sociedades de inversiones.

-Lo entiendo, pero lo ideal es destrabar eso explícitamente en las sociedades de inversiones. Hay una corriente hoy en el mundo, hay listados de ricos que se han puesto en lista de espera para que les suban los impuestos en Europa y Estados Unidos porque hay conciencia.

Entonces, en Chile las personas - no voy al impuesto patrimonial ni al impuesto a la riqueza- que tienen flujos relevantes durante el año deberían pagar mayores impuestos. Sería bien visto, más ecuánime e igualitario, y en camino de los tiempos que están corriendo en el mundo.

-¿Que le parecen los descuentos en salud y educación?

-Es un tema que está bien orientado y que naturalmente busca un alivio a la clase media.

"Disminuir el impuesto a las gasolinas no es prudente"

-¿No es complejo rebajar un tributo, como el de las bencinas, atentando contra lo que el mismo gobierno busca que es diminuir la congestión y la contaminación?

-No soy partidario en lo personal... Disminuir el impuesto a las gasolinas no es prudente y no es aconsejable. Primero, porque es un impuesto en el que no hay evasión; segundo, porque el aporte a las arcas fiscales es de más de US$2 mil millones, necesarios bajo todo punto de vista y más de doble de las expectativas de incremento tributario que tiene el ministro Larraín; tercero, todos conocemos las externalidades que tiene.

Ahora a nivel político puede ser muy bien visto bajar este impuesto a las bencinas en $250, generaría cierto grado de alivio, pero por una sola vez, ya que dentro de la canasta de bienes no es relevante.