"Tenemos que hacer un esfuerzo adicional importante para dar acceso a educación y salud de calidad a los sectores medios y más pobres. Eso supone aumentar los recursos disponibles para el Estado", dijo el ex ministro de Hacienda.
Una serie de desafíos para concretar la transición de la economía al desarrollo plantea el presidente de Cieplan, Alejandro Foxley. Y es que, a juicio del ex canciller y ministro de Hacienda, para una economía de ingreso medio, como la chilena, es vital aprovechar las oportunidades comerciales que ofrece el mercado asiático, salir a buscar conocimiento al exterior y, sobre todo, avanzar en una reforma a la educación, donde es clave una reforma tributaria.
"Chile tiene la oportunidad de ser una economía desarrollada en los próximos 10 a 15 años, porque ha hecho las cosas bien. Ahora esta etapa es más compleja, ya que existe el riesgo de caer en la trampa de los países de ingreso medio", señala.
-¿Estamos cayendo en esta trampa?
-Para no caer como víctima de su propio éxito se debe diversificar la economía, generar productos más inteligentes y llegar a mejores mercados. Eso no siempre es fácil, porque supone mejor calidad de educación y de innovación.
También se es víctima del propio éxito cuando se crece rápido, como Chile lo ha hecho, y mucha gente pasa de debajo del nivel de pobreza a clase media. Esa clase media tiene altas expectativas y exigencias, consume y se endeuda más, quiere acceso a educación y salud de mejor calidad, lo que es muy caro. Y, por lo tanto, hay una presión por reequilibrar los recursos públicos y los privados para que el Estado garantice una efectiva red de protección social, no solo para los más pobres, sino también para la clase media.
-¿Y las movilizaciones son un síntoma?
-Es una expresión de un país que debe dar espacio real a grupos que antes estaban bastante marginados, reducir la inseguridad económica y abrir oportunidades de mejores empleos a los que hoy día están estudiando, sobre todo en la educación superior. Eso supone mayor crecimiento e innovación en la capacidad productiva.
-¿Cómo se enfrenta eso?
-Tenemos que aprender mucho de la experiencia y acentuar nuestros vínculos con Asia Pacífico, poner más énfasis en acelerar la incorporación de nuevas ideas y crear un programa masivo de becas para jóvenes en los mejores centros de formación de postgrado en el mundo, y tenemos que hacer un esfuerzo adicional importante para dar acceso a educación y salud de calidad a los sectores medios y más pobres. Eso supone aumentar los recursos disponibles para el Estado.
-¿A través de una reforma tributaria?
-Cuando los países van aumentando sus ingresos per cápita la historia muestra que al mismo tiempo tienen que incrementar los recursos del Estado para igualar oportunidades. Si uno mira la evolución de los países europeos y en Estados Unidos, es exactamente lo que ocurrió.
En esta etapa del desarrollo es necesario aumentar los recursos disponibles del Estado en unos 2 o 3 puntos del PIB para aumentar la protección social e igualar las oportunidades.
-¿Entonces, los US$700 millones que el gobierno ha adelantado son insuficientes?
-No conozco los detalles de lo que está planteando el gobierno. Me refiero a lo que debe ser la tendencia de mediano plazo para que esta economía se mantenga dinámica y al mismo tiempo esta sociedad se mantenga estable y que la gente sienta que su destino importa y que el Estado va a igualar condiciones para todos.
-¿Aumentar la carga tributaria a las empresas afectará la inversión?
-Cuando iniciamos la transición democrática en el gobierno del Presidente Aylwin nos dijeron que si subíamos los impuestos se acababa la inversión privada y se reduciría el crecimiento. Al final del gobierno de Aylwin, después de una reforma tributaria que incrementó los ingresos en 2 o 3 puntos del PIB, la economía había crecido 7,8% al año en promedio, aumentando la inversión privada a un nivel récord. Ese argumento es muy poco persuasivo.
"La economía está bien sólida en lo fundamental"
-¿Cuál es su análisis del complejo escenario internacional y del impacto en Chile?
-No veo un colapso de las economías europeas. Europa, como ha demostrado en los últimos 60 años, siempre ha encontrado una reserva de buena voluntad y de capacidad política para superar las crisis y creo que en este caso va a ocurrir lo mismo.
Ahora, nuestra gran ventaja es estar muy abiertos hacia las economías asiáticas.
-¿Pero también se estima una contracción en China?
-Se dice que China se está desacelerando, pero sus representantes dicen que crecerá a lo menos 7,5%. Eso nos basta para que el impacto de la desaceleración en Europa y Estados Unidos sea neutralizado.
-La actividad local parece mostrar que lo peor del impacto de la crisis internacional ya pasó.
-Estoy de acuerdo. La economía chilena está bien sólida en lo fundamental, en lo macroeconómico. Hay una buena conducción de la política macro y también la tasa de desempleo se ha reducido drásticamente, de tal manera que lo que hace falta ahora es transitar desde un buen manejo de la crisis a una política pro crecimiento para recuperar de modo estable tasas de crecimiento de 6% y 7%.
Hay que demostrar que somos capaces de responder a las necesidades urgentes de sectores vulnerables en la clase media y continuar luchando contra la extrema pobreza. Equilibrar todo esto no es fácil y debe ser una tarea de carácter nacional.
-¿La inflación es un tema preocupante?
-Tengo mucha confianza en el manejo adecuado de la autoridad monetaria, pero al mismo tiempo creo que no hay que obsesionarse con algunas décimas más o menos en la tasa de inflación. Me gusta el modelo del Banco Central de Estados Unidos, donde simultáneamente está presente el objetivo de mantener la inflación en un rango razonable y que la economía tenga una capacidad de generar buenos empleos. Eso será fundamental en los próximos años.