Economía
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LA ULTIMA LUCHA del dirigente de los petroleros Jorge Matute, con diagnóstico terminal

Su hijo mayor, Alex Matute Johns, se abre a compartir la experiencia de la familia del presidente de la Federación de Trabajadores del Petróleo, a quien las penas le pasaron la cuenta. "El cáncer es cáncer. Uno no sabe lo que va a pasar". "Permítame darle las gracias a mi padre, y decirle que lo quiero"  

por:  Lilian Olivares
viernes, 12 de agosto de 2011
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La otra noche el abogado Alex Matute Johns despertó sobresaltado. Soñó que llegaba al Hospital Clínico de la Universidad Católica y veía a su padre junto a su abuelo.

Lo extraño era que el abuelo falleció antes de que naciera Alex, así es que nunca lo conoció.

Al poco rato, el papá le decía: "Mira, ahí viene el Coke"... y aparecía el Coke en un Fiat 147 blanco, el primer auto que tuvo el papá.

Lo soñó mientras su padre dormía en una pieza del Hospital Clínico de la Universidad Católica, donde quedó internado el martes de la semana anterior porque tenía las plaquetas muy bajas. Ahí permanece Alex, a su lado, gran parte del día, sin poder decirle que lo quiere y que lo va a extrañar.

El 1 de febrero, el histórico dirigente de los trabajadores del petróleo cumplió 60 años. Lo celebró en la casa de Alex, su hijo mayor. Y llegaron sus otros tres hijos, que son medio-hermanos de Alex.

Hay una foto de esa noche, donde aparece María Teresa Johns con la torta, y el presidente de la Federación de los Trabajadores del Petróleo apagando las velas, rodeado de sus frutos... falta uno que de seguro está en el cielo.

El matrimonio está separado de hecho hace muchos años, antes de que el hermano de Alex, el Coke, desapareciera aquella noche de noviembre de 1999 desde la discoteca La Cucaracha. Pero se han mantenido unidos enfrentando primero la búsqueda incesante, encabezando las masivas marchas en Concepción con un afiche con la foto del Coke, y luego cuando en 2004 un hombre que hacía limpieza encontró una calavera en el kilómetro 23,5 de Santa Juana... a 30 o 40 minutos de "La Cucaracha", y pudieron darle sepultura a los restos del hijo, y siguieron entonces buscando a los culpables.... sin tregua, mientras los años pasaban.

"He luchado toda mi vida... lo seguiré haciendo", le dijo el padre

Cuando el médico le dio el diagnóstico definitivo, irrevocable, Alex le preguntó a su padre qué pensaba. Y Jorge Matute Matute le respondió:

-He luchado toda mi vida. Voy a seguir luchando...

Alex pensó en "la lucha que dio mi padre en los 80 para recuperar la democracia, asumiendo todos los riesgos. Es DC. Su tarea hasta el día de hoy por los trabajadores del petróleo. Su trabajo por 41 años en la ENAP. Lo del Coke... Fueron cuatro años y tres meses sin saber nada de él, y 11 años que un juez no ha querido hacer justicia, contando con todos los elementos técnicos, logísticos, humanos, no tuvo interés en hacer justicia. La pena de alguna forma va menguando la capacidad física de cualquier persona".

Cuando cumplió, su padre, los 60, llevaba una quimioterapia. Lo de su enfermedad partió en mayo del año pasado. Se sentía muy cansado, no sabía por qué. Tenía dolores en el bajo vientre, y harta sudoración. Lo vio un médico de la Clínica Santa María y le dijo que, según la sintomatología,"esto es cáncer linfático". Le pidió una serie de exámenes. La biopsia no arrojó un resultado definitivo. Pasó todo el mes de junio en exámenes, luego se le olvidaron los dolores.

-Mi padre se relajó, se empezó a sentir bien. Siguió viendo a otros médicos porque el oncólogo viajó al extranjero, pero no le encontraban nada. Hasta que en diciembre comenzó con mucha sudoración nocturna y algunos malestares. A mediados de enero partió a la Católica. El cáncer ya había avanzado. Y perdimos ocho meses que fueron decisivos.

Todos los martes le tocaba control. El último que acudió a la cita lo dejaron internado.

-Ha estado con mucho dolor.

Le duele a la altura de la cadera, y se cansa mucho al hablar.

En mayo se había hecho tres quimioterapias y esperaba concluir las que le quedaban para retomar sus actividades sindicales, pero no pudo frenar el impulso que, cuando se realizaba la negociación colectiva en la ENAP, lo llevó a Concepción para estar hasta la medianoche al pie del cañón, mientras se cerraba el acuerdo. Fue un intervalo para seguir con las quimio: tres normales, tres de rescate, una de tercera y la última de cuarta generación.

Alex Matute está impresionado de las historias que le cuentan de su padre los compañeros de trabajo que van a verlo, que son incontables. El miércoles, por ejemplo, llegó un grupo numeroso por el día, que tenía que regresar para el turno de la noche en la ENAP.

-Hay un hombre que yo conocí de niño y otro que he ido conociendo este último tiempo, con los trabajadores, con la gente que él ha ayudado. Y me han mostrado un gran luchador. Especialmente con el caso de mi hermano. La defensa que toda su vida ha dedicado a las partes más débiles. Eso me causa respeto y mucha admiración.

La Fundación Matute ya tiene personalidad jurídica

Siente que hay una tarea importante que ha hecho Jorge Matute Matute, especialmente en el plano de la vocación social, que también la ve en su madre, y que no puede dejar de lado.

-Una de las cosas que hicimos con mis padres es la Fundación Matute. Ya tenemos personalidad jurídica.

La fundación persigue ayudar desde el punto de vista jurídico, sicológico y social a causas similares a las del Coke, Jorge Matute Johns. La idea surgió debido a que cada vez que desaparece un joven los llaman a ellos para que apoyen a la familia. De hecho, el año 2004, dos meses antes de que aparecieran los restos del Coke, "La Segunda" los llevó, a sus padres y a él, a reunirse con los padres de la universitaria Cynthia Cortés, que desapareció en Valdivia durante una fiesta en la universidad. Fue notable la paz y comprensión que les transmitieron, y cómo los ayudaron a encontrar el camino para afrontar lo que estaban viviendo.

-En ese caso fuimos a apoyar por el día. Hace muy poco mi padre estuvo en Antofagasta con la familia de Cecilia Julio Bolados, la universitaria que apareció muerta en Antofagasta el 24 de diciembre. Después me pidió que me diera el tiempo para apoyarlos como abogado. Necesitamos profesionalizar esto, y lo haremos a través de la Fundación Matute. Es la forma que tenemos, como familia, de pagar la deuda con Chile. No nos podemos quedar viendo que pase algo como lo que ocurrió con el Coke y que nadie haga nada.

Es que se hacen una pregunta: "Si este caso, que ha contado con el apoyo de todos los chilenos, queda en la impunidad, ¿qué pasa para las otras familias que no cuentan con las redes ni los recursos necesarios para que se investigue?. Muchas veces tiene que llegar mi madre, mi padre o yo para que se preocupen del caso. Muchas veces nuestra sola presencia hace que la gente se movilice.

Y habla de la fundación:

-En primer lugar, nadie está de más. Segundo, las personas que pasan por esto no se encuentran solas. Nosotros, como familia, tuvimos el apoyo irrestricto y transversal de toda la comunidad. Eso fue fundamental para encontrar al Coke.

Se queda pensando y dice:

-Espero que mi padre tenga el tiempo para estar cuando abramos la fundación y pueda aportar su experiencia.

"Mi padre, bien no lo ha pasado"

-¿Hablaste con algún médico sobre las razones del cáncer de tu padre ?

-Yo le pregunté al doctor cuál es la causa. Puede ser una gran pena lo que te puede causar el cáncer. Mi padre, bien no lo ha pasado. Y sigue dando la lucha porque se haga justicia en el caso del Coke.

Alex tenía 24 años cuando desapareció su hermano. Al mes dio su examen de grado, se tituló, viajó a Nueva York a sacar un master y hoy, de 36, tiene familia y un estudio de abogados con Harold Correa y Eugenio Ravinet.

-Para mí la aparición del cuerpo del Coke fue un descanso tremendo. Yo voy a hacer todo lo posible para que se haga justicia; pero si no, hay justicia divina. Y no puedo sumarme otra incertidumbre de si habrá o no justicia. Confío en el abogado Fernando Saenger, a quien conocí a los 18 años cuando entré a estudiar Derecho en la Universidad de Concepción y él era decano. Y también confío en que las personas que le hicieron daño a mi hermano algún día quieran hablar. Pero para mi padre no es así: él y mi madre han hecho todas las gestiones para exhumar el cuerpo de mi hermano. Hace poco mi madre tuvo una reunión con la subsecretaria de Justicia para plantearle la posibilidad de que los peritos que trabajaron con las osamentas del ex Presidente Allende pudieran hacer lo mismo con las osamentas del Coke.

Hace un tiempo, Jorge Matute Matute dio una entrevista y dijo:

-Uno mira con sana envidia, o con mucho optimismo, cómo los tribunales buscan verdades de 30 o 40 años atrás. El caso de don Eduardo Frei padre, de Salvador Allende. Pero aquí un juez dijo que como no hay causal de muerte, no hay nada. El caso del Coke es una muerte indeterminada. Por lo que no hay nada. Insistimos por un segundo peritaje con los restos, pero nada.

Alex Matute explica que se encontraron con la problemática jurídica de que el caso está sobreseído. Y que necesitan un nuevo antecedente, serio y comprobable, para que se pueda reabrir.

Es la batalla que desde su cama sigue ocupando la mente del dirigente de los petroleros, junto con su lucha definitiva contra la enfermedad diagnosticada ahora en estado terminal.

"Lo voy a extrañar"

-Con mi padre es una relación bien especial. Muchas veces nos confundíamos un poco en los roles, en los últimos años sobre todo. Era una relación muy transversal, de mucha amistad. Cuando me vine a Santiago vivimos juntos seis meses. Después de los 30 años, es complicado. Cada uno con sus pensamientos, con sus mañas... Mi padre es un hombre muy independiente, y yo veo cómo su enfermedad ha coartado su independencia. Es lo que más lo ha afectado.

El hijo mayor cuenta que en familia decidieron recurrir a todos los recursos para apoyar la tremenda batalla que está dando Jorge Matute Matute. .

-Uno cree que con lo que nos tocó pasar con el Coke, está preparado para todo lo que venga. Pero esto, la enfermedad de mi padre, ha sido muy difícil. El cáncer es cáncer. Uno no sabe lo que va a pasar. No tenemos certeza de nada. Me da mucho temor...

Lo dice sin quebrarse, firme, cubierto, en sus circunstancias, con armaduras que le inhiben decir lo que el corazón siente y pide, pero el amor puede más.

-Le pediría, si es posible, que en su reportaje me permita darle las gracias a mi padre y por sobre todo decirle que lo quiero. Lo voy a extrañar.

 
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