El ’Cheminées Poujoulat’ suizo de Bernard Stamm y Jean Le Cam, líder de la Barcelona World Race, dobló el mítico Cabo de Hornos a las 02.00 horas (horario español) y entró en el Atlántico sur, iniciando la ruta de retorno a Barcelona, de donde le separan menos de 7.000 millas (12.970 km).

De esta manera, el ’Cheminées’ ha recorrido el Mediterráneo, el Atlántico, el Índico y el Pacífico en 55 días y 13 horas. Ha peregrinado ya, por tanto, por 16.400 millas teóricas (30.390 km) y le esperan todavía condiciones típicas del Gran Sur durante unos días, mientras asciende por el Atlántico.

"Hace un mes, más de un mes, cinco semanas, que navegamos con condiciones de viento y ola, y con frío. Ahora giraremos a la izquierda, hacia el norte y hacia temperaturas más clementes”, aseguró el francés Jean Le Cam.

La Armada de Chile tiene bajo su protección una de las zonas marítimas más extensas del mundo y ha reforzado el dispositivo de seguridad para el pasaje de la flota de la Barcelona World Race por Hornos, uno de los pasos marítimos más peligrosos del planeta, con una patrullera con 24 marinos y seis oficiales, un helicóptero y dos nadadores de rescate.

El paso del Cabo de Hornos del segundo y tercer clasificados, el ’Neutrogena’, de Guillermo Altadill y el chileno José Muñoz, y el ’Gaes’, de Anna Corbella y Gerard Marín, se espera entre el viernes y el sábado.

El paso del líder ha sido tranquilo, con viento del suroeste de 25 nudos (48 km/h) y a una velocidad de 20 nudos (38 km/h). Ha sido un alivio para los dos navegantes, que en anteriores experiencias tuvieron problemas en estas aguas, situadas en la latitud 56º S. Jean Le Cam ha pasado cuatro veces por Hornos y, en una de ellas, volcó y tuvo que ser rescatado por un rival (Vincent Riou).

También es el quinto paso de Hornos para Bernard Stamm, que en su primera experiencia rompió la quilla del barco justo delante. “Hemos festejado el paso por Hornos un poco como hicimos con Nochevieja. Porque hayamos pasado ya por Hornos no vamos a dejar de hacer caminar el barco, porque es aquí donde tenemos más trabajo”, ha dicho.

El ’Neutrogena’ es el más rápido a unos tres días de alcanzar Hornos. Tanto él como el ’Gaes’ siguen navegando a un ritmo muy alto, la ventaja del primero es de 70 millas (130 km) y siguiendo rumbo al este, pero Guillermo Altadill y José Muñoz son conscientes de que Anna Corbella y Gerard Marín cuentan con algo menos de viento y anoche derivaron al sureste, con lo que su separación lateral es de ya casi 70 millas (130 m).

En cuarta posición, el ’We Are Water’ sigue su duro camino en zigzag, trasluchando cada seis y siete horas para poder aprovechar los vientos del Oeste que le empujan por detrás. Los hermanos Bruno y Willy García empiezan a mirar por el espejo retrovisor, ya que el ’Pharmaton’ se les ha acercado ya a sólo 260 millas (510 km), cuando hace una semana la ventaja era de 700 millas (1.300 km).

Además, Bruno y Willy García han tenido que afrontar algún que otro contratiempo en las últimas horas: “Hemos golpeado con un objeto flotante que dañó una de las palas del timón, que hemos tenido que reparar”, ha relatado.

En el ’Pharmaton’, Aleix Gelabert y Didac Costa se benefician de vientos del noroeste de unos 20 nudos (38 km/h) de intensidad que les permiten mantener una ruta más directa hacia el Este, lo que ha sido clave en su recuperación de los últimos días.

El ’Reanult Captur’ de Jörg Riechers y Sébastien Audigane se dirige al Sur para intentar acercarse al ’We Are Water’, que está muy hacia el sur, concretamente a 600 millas (1.080 km).

El ’Spirit of Hungary’ de Nandor Fa y Conrad Colman llegó al puerto de Bluff, junto a la ciudad Invercargill, al sur de Nueva Zelanda, a las 23.50 (hora española) de anoche.

En tierra ya está todo preparado para dejar el barco en perfecto estado: recambios para solucionar el bloqueo de la vela mayor y para las velas, y electrónica y componentes para la quilla.

Su objetivo es volver a zarpar en 24 horas, el tiempo mínimo de parada que marca el reglamento. Este tiempo le irá muy bien a Nandor Fa para recuperarse después del corte en la cabeza que sufrió en una de las subidas al mástil, y que su compañero tuvo que suturarle.