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La inmigración que alimenta al equipo de Estados Unidos

Latinos, europeos y asiáticos... El rival de la Roja apela al talento de familias donde el 'soccer' ha sido una pasión durante generaciones.

por:  La Segunda
martes, 27 de enero de 2015
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  Estados Unidos es un país orgulloso de haberse forjado con sangre extranjera, desde los primeros colonos británicos, pasando por los esclavos africanos hasta la creciente influencia latina de las últimas décadas.

Y la selección que el miércoles enfrentará a la Roja en Rancagua (20 horas) es un fiel reflejo de ello.

Más allá de que el 'Team USA' es entrenado por un alemán, el ex campeón del mundo Jürgen Klinsmann, en su plantel corre mucha sangre foránea.

La razón es sencilla: el primer interés de la mayoría de sus jóvenes es participar en alguno de los tres 'grandes' del país -el fútbol americano, básquetbol y béisbol- por lo que en la búsqueda de talento, el 'soccer' suele recurrir a aquellos grupos donde este deporte es relevante hace generaciones.

Crisol de razas

Contrario a otras selecciones, Estados Unidos no suele naturalizar jugadores buscando lejanos vínculos sanguíneos, sino que apela a valores nacidos en su país que provienen de familias inmigrantes.

Así, en el plantel que trajo Klinsmann a Chile, varios referentes que estuvieron en el último Mundial responden a esta condición, como el arquero Nick Rimando, oriundo de California pero hijo de padre filipino y madre mexicana.

El defensa Jermaine Jones tiene madre alemana y nació en Frankfurt, el volante Mikkel "Mix" Diskerud es hijo de padre noruego y nació en Oslo, y el delantero Jozy Altidore viene de una casa haitiana.

Caso curioso, el ariete Chris Wondolowski aparenta ser de ascendencia europea, pero en verdad sus raíces son aborígenes, la tribu Kiowa de Colorado.

Y la tendencia no tiene por donde terminarse, ya que varias de las grandes promesas que están haciendo sus primeras armas en el combinado también son de origen externo.

Es el caso de tres con raíces latinas, Luis Gil, Miguel Ibarra y Dillon Serna. Además, Lee Nguyen es hijo de inmigrantes vietnamitas, DeAndre Yedlin es de origen letonio, Gyasi Zardes desciende de ghaneses y Bobby Wood nació en Honolulu, Hawaii, y es de madre japonesa.

Incluso si se revisan algunos nombres que Klinsmann dejó fuera en la prenómina que confeccionó antes de jugar contra Chile, se pueden encontrar jugadores como Oscar Sorto, Dennis Flores, Marc Pelosi, Tesho Akindele y Julio Morales.

"¿Qué seríamos sin ellos?"

Esta tendencia no es nueva y se ha dado desde que la selección estadounidense se profesionalizó a fines de los ochenta.

Por ejemplo, en el famoso equipo que fue anfitrión del Mundial de 1994 brillaron el "griego" Alexi Lalas, el "alemán" Eric Wynalda, el "italiano" Toni Meola, el "uruguayo" Tab Ramos y los "argentinos" Marcelo Balboa y Claudio Reyna.

Y aunque la discusión racial en el país del norte es siempre candente, el equipo de fútbol y su aporte extranjero siempre ha tenido el respaldo unánime y se reconoce es el factor que les ha permitido ser competitivos en un deporte donde antes no figuraban.

E incluso ha sido utilizado como ejemplo en debates políticos; en junio, la congresista demócrata Nancy Pelosi impulsó una relevante reforma inmigratoria asegurando que "han ayudado a impulsar el éxito del país, incluso en la Copa del Mundo. Sólo miren lo que sería el equipo (de fútbol) sin ellos".


 
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