El "Coto" es la excepción a la regla en tiempos en que sus colegas apenas sobreviven más de un semestre en sus clubes. Además, se refiere a la experiencia de dirigir a su hijo y le quita presión a la Roja en Copa América.
"Soy un tipo que no se fija mucho ni el mediano ni largo plazo. Soy más de vivir el momento. El fútbol y la vida me enseñaron que no tiene sentido proyectarse. No programo nada porque el destino a veces te sorprende con otros planes que muchas veces son mejores que los que imaginaste", confiesa.
El ex volante de la Selección lleva ya 52 meses en la banca hispana, situación anómala en nuestro fútbol, teniendo en cuenta que ni siquiera la combinación de los periodos de los tres entrenadores de los equipos grandes logran igualar esa cifra (Héctor Tapia, Martín Lasarte y Mario Salas suman apenas un año y diez meses al borde del terreno de juego).
-A esta altura, se podría decir que el "Coto" Sierra es un intocable en Unión Española...
-La verdad, no me siento así. Ha habido momentos buenos y malos, como en todo tipo de cosas. Siempre he agradecido el apoyo y la convicción del club en nuestro trabajo en los momentos complicados. Es bueno saber que hay una institución detrás que te entrega un respaldo por tu manera de trabajar. Como cuerpo técnico, eso nos deja muy satisfechos y a la vez nos pone la responsabilidad de seguir ganando cosas.
Sierra se sentó en la banca por primera vez, aunque de manera interina, a finales del 2009 cuando reemplazó por tres partidos a Luis Hernán Carvallo. Un año más tarde, la historia se repitió: debido a los malos resultados, tomó el puesto del uruguayo Rubén Israel. Desde ese momento no paró de dirigir al equipo.
-¿Siempre pensó en ser técnico o alguna vez se le pasó por la cabeza comenzar una carrera dirigencial?
-Dirigente, no. Tuve la ilusión de seguir vinculado al fútbol siempre como entrenador. Tenía proyectado pasar más tiempo en el fútbol joven por un tema de aprendizaje, pero en esta actividad todo es impredecible.
-En el ocaso de su carrera, ¿ya dirigía en la cancha, repartía instrucciones y veía el fútbol con ojos de estratega?
-Uno siempre tiene opiniones como futbolista, cosas que ve o piensa dentro de la cancha. Pero dirigir jugando, nunca. Ya me daba bastante trabajo el tratar de jugar bien.
-¿A qué entrenador admira?
-Hay varios técnicos que tienen una carrera muy bonita, pero siempre le he dado un crédito enorme a lo que ha logrado Manuel Pellegrini aquí en Chile y luego a nivel internacional. Para mí es un entrenador tremendamente exitoso y creo que aún no se lo reconoce como se debe en nuestro país.
-Como hombre de fútbol, ¿dónde se siente mayor responsabilidad por una victoria o derrota, en la cancha o en la banca?
-Por una derrota uno se siente más responsable dirigiendo, sin duda. Y por una victoria, siendo jugador. Por lo menos eso me pasa a mí. Así lo viví como futbolista y ahora como entrenador. Cuando el equipo gana los grandes artífices son los jugadores, y cuando pierde uno es el que debe asumir la culpa.
-¿Cómo se les compite a los equipos grandes, teniendo en cuenta que su equipo no maneja el mismo presupuesto?
-Fundamentalmente con una forma definida de jugar. Hay que tratar de elegir a los jugadores que mejor interpreten tu idea futbolística. En el aspecto económico es muy difícil competir, y eso es lógico. De todos modos, hemos demostrado que sí se puede dar pelea a un alto nivel siendo muy consecuentes a la hora de mantener tu visión del fútbol. Pienso que la clave del éxito es tener una idea clara de juego.
José Luis Sierra tiene 17 años y es el hijo del "Coto". Ambos comparten equipo y pasión por el fútbol. A principios del 2014, el joven delantero fue promovido al primer equipo y, en un partido de Copa Chile frente a San Luis de Quillota, se matriculó con su primer gol.
-En algún momento miró el plantel y vio a su hijo. ¿Se preparó para el día en que lo iba a hacer debutar en Primera?
-Ni me preparé. Lo único que hice fue ser consecuente y respetar sus tiempos. Muchas veces le tocó a él ser el postergado porque preferí darles la oportunidad a otros chicos del club. Pero luego hizo muchos méritos y la decisión de subirlo al primer equipo al menos, confieso, fue rara. Pero con el tiempo se vuelve algo normal. Hoy lo veo como un jugador más dentro del plantel.
-¿Cómo es su relación con él? Supongo que hablan mucho de fútbol...
-No, nada. Afuera prefiero no hablar de eso con él. Algo podemos comentar, pero en general hablamos de otras cosas. Ambos tenemos claro que yo no soy su entrenador las veinticuatro horas del día. Fuera de la cancha tenemos una relación normal y totalmente distinta a la que tenemos dentro de ella.
-¿Qué hace el "Coto" Sierra en sus tiempos libres?
-Trato de hacer varias cosas. La verdad es que no hago tanto deporte como lo hacía cuando jugaba, pero intento mantener la actividad física corriendo de vez en cuando o jugando al fútbol-tenis. Le doy tiempo a mi familia, veo fútbol... No tengo muchos pasatiempos en todo caso. Esta profesión requiere más tiempo que la de jugador, y obviamente los espacios que tengo se los trato de dedicar a mis seres queridos.
-Pero algo debe hacer. Ver televisión, alguna teleserie turca tal vez...
-Jajajá... No. Antes era de ver muchas películas, pero ahora no tengo tiempo. Me gustaría de repente ir más seguido al cine, por ejemplo. Pero la verdad es que ni siquiera veo televisión chilena. Me paseo por los canales deportivos solamente. Mi pasatiempo puede resumirse en ver partidos de fútbol, pero más que hacer un análisis de ellos, los miro solamente por disfrutar.
-¿Y el jugador actual ve fútbol? Siempre se dice que antes el futbolista se preocupaba más por el juego del rival.
-No les pregunto, pero creo que hay de todo. Hoy hay futbolistas que se preocupan y hablan de fútbol. Igual es un mito eso de que antes nos distraíamos menos. En mi época también había jugadores que no les importaba cómo se paraba el rival y querían jugar solamente. Pero es parte del pensamiento de cada uno en todo caso. Cada jugador es distinto y tienen diferentes formas de ser. La gente es como es.
-¿Cómo se lidia con una generación menos preocupada y más propensa a las redes sociales?
-Yo creo mucho en la libertad y en el sentido común de las personas. Hay cosas que se pueden y no se pueden hacer. Pero estar prohibiendo algunas actividades no es mi estilo. Pienso que es mejor convencer a los jugadores y aconsejarles qué cosas son positivas y negativas para el desarrollo de su profesión, y también para la buena relación con el grupo. A los jóvenes se les pueden poner reglas por un tema de inmadurez, obviamente, pero en un plantel profesional lo primordial es convencer apelando a la inteligencia de cada uno.
Sierra defendió a Chile en el Mundial de Francia 98 y en tres versiones de Copa América. Y si a Carlos Caszely le molesta que le pregunten todos los años por el penal que falló en España 82, al "Coto" no le incomoda que lo interroguen siempre por su pase a Marcelo Salas en Wembley.
"Entiendo que para la gente y para el periodismo en general, mis veinte años de carrera hayan quedado graficados en el gol a Camerún en el Mundial y en el pase a Salas en Wembley. Para mí es un orgullo haber aportado en el, para muchos, mejor gol de Marcelo".
-¿Sería un fracaso no ganar la Copa América?
-No. Todos queremos que salgan campeones, pero siempre va a ser duro un torneo en donde están Brasil, Argentina, Uruguay, Colombia... Es tan difícil como un Mundial.
-Pero el equipo de Sampaoli asoma como candidato...
-No me parece que haya que cargar a Chile de tanto favoritismo. Eso genera ansiedad y les termina jugando en contra a los jugadores.
-¿Qué piensa sobre la idea de nacionalizar jugadores para la Selección, como ocurre con el caso del delantero argentino Mauro Zárate?
-Personalmente, creo que mientras mayor sea el universo de jugadores donde elegir, mucho mejor para un seleccionador.