Tiene 17 años, un hijo, es de Alto Hospicio y vive en un ambiente de delincuencia y drogas. "Pero yo con el deporte me mantengo lejos", dice.
Yoshua Toledo cuenta que está viviendo algunos de los días más intensos de su vida, tal vez comparables al nacimiento de su hijo, Tomás. Su celular no para de recibir llamadas de conocidos que quieren felicitarlo, o para pedirle entrevistas sobre todo de medios de prensa locales que aún celebran el título que el crédito iquiqueño conquistó en el Isa World Bodyboard Championship, el primer Mundial de esta especialidad realizado en las olas de Cavancha, Iquique.
"Fue una sensación increíble llevar la bandera chilena y que me levantaran en andas. Hasta hubo fuegos artificiales", cuenta Joshua, quien con 17 años se impuso en la categoría juvenil con una gran remontada, ya que hasta la última jornada estaba en cuarto lugar detrás de estrellas mundiales de este deporte como el sudafricano Tristan Roberts y el brasileño Sócrates Santana. Y más encima, gracias a su victoria, Chile también logró el título en la categoría todo competidor.
"Desde chico me enseñaron a no rendirme. Nunca me han regalado nada, y por eso luché hasta el final", cuenta Yoshua, oriundo de Alto Hospicio y a quien sus abuelos y el deporte han mantenido alejado de la delincuencia y las drogas.
"El barrio en que vivo es re peligroso. Drogadictos, traficantes, ladrones... Pero yo no me meto en nada. Para qué. Mi tiempo lo paso entrenando, compitiendo, estudiando y ahora además tengo mi guagua que nació hace un mes. Al principio fue complicado, pero ahora con mi polola, Alyson, lo tomamos como una bendición. Llegó con la marraqueta bajo el brazo y más encima lo llevamos a la competencia. Cuando sea grande no se va a acordar, pero yo le voy a decir que vio a su papá salir campeón del mundo".
La preparación para el Mundial tampoco estuvo exenta de dificultades: "Sólo la Municipalidad de Iquique nos apoyó un poco, pero nada más. Imagínese que los mánagers del equipo tuvieron que poner plata de su bolsillo para comprar cosas. No teníamos ni ropa para competir porque la federación nos mandó vestimenta, y toda era para mujeres. Esto es un triunfo del equipo y de los entrenadores, de nadie más. Ni de empresas, ni del Gobierno, de nadie. Ojalá que ahora que somos campeones tengamos más apoyo".
El vínculo de Yoshua con las olas empezó desde muy chico. "Mi abuelo me llevaba a la playa desde los dos años, y yo alucinaba mirando a los surfistas. Como a los siete años empecé a practicar en un taller municipal de acá, con una tabla de goma y traje de baño no más. Pero más que el surf me cautivó la adrenalina del bodyboard ".
A los 10 años empezó a disputar y a ganar campeonatos sobre todo en Antofagasta y Arica. "Me iba casi todos los fines de semana a Arica, que está a 300 kilómetros. Volvía de madrugada, me duchaba y partía directo al colegio".
Ahora estudia de noche en una escuela nocturna de Iquique, donde acaba de sacar paralelamente primero y segundo medio. Con el mismo sistema 2x1 espera terminar la educación escolar en 2015, y más adelante estudiar una carrera técnica. "Hablé con el presidente de la federación de surf y me dijo que me iba a dar una beca. Ojalá se cumpla".
Claro que antes de eso aspira a dedicarse cien por ciento al deporte y participar en el tour mundial.
"En México, Hawaii y Australia están las fechas más importantes. Ahí van los mejores del mundo, y yo no tengo dudas de que estoy a ese nivel. Pero obviamente se necesita plata, alguna empresa que financie los pasajes al menos. Hasta ahora la única vez que salí de Chile fue en 2011, a las Islas Canarias, donde salimos terceros por equipos".
