El tercer integrante del clan revela cómo lograron construir la dinastía que ha llevado este deporte a lo más alto del mundo.
Foto RICARDO ABARCA
Un fin de año de ensueño es el que está teniendo Felipe Miranda. Hace dos semanas nació su hijo Mateo, sólo días después fue galardonado con el Premio Nacional del Deporte, y ayer se confirmó algo que lo ilusionaba mucho, pero de lo que no estaba seguro: por primera vez se convirtió en el número uno del ranking mundial de esquí náutico, en overall.
"Es un sueño hecho realidad. Desde chico miraba los ranking y soñaba con estar arriba. Fui campeón mundial y primero en el ranking de juveniles y sub 21, y en adultos también logré el título mundial. Lo único que me faltaba era liderar la clasificación en la categoría máxima, y ya lo conseguí", cuenta "Pipe" (28 años), el tercero de los cuatro integrantes del clan Miranda que han posicionado al esquí náutico nacional en lo más alto del mundo.
El, de hecho, recibió el Premio Nacional del Deporte gracias al título mundial que conquistó el 2013 -el galardón se entrega con un período de desfase-, lo que también lo llevó a ser elegido el mejor deportista del año por el Círculo de Periodistas Deportivos. Y ya en 2014, contribuyó con cuatro medallas a las 13 que este deporte le dio a Chile en los Juegos Odesur de Santiago. Logros imposibles de imaginar hace 20 años, cuando Waldo Miranda construyó la Laguna de Los Morros literalmente en el patio de su casa para que Francisco, Rodrigo, Felipe y Tiare, sus cuatro hijos, se dedicaran a esquiar.
"Cuando partimos, el esquí náutico era netamente recreativo, para pasar un buen rato solamente. Nadie se dedicaba en serio. Mis dos hermanos grandes iban a la Laguna Aculeo y yo, con cinco años, los acompañaba".
Fue en 1994 cuando Waldo Miranda, viendo el entusiasmo de sus hijos, se embarcó en el tema de la Laguna Los Morros en Nos. "Fue un proyecto en que no tenías idea en qué iba a terminar. Pero mi papá cualquier cosa que hace en la vida la quiere hacer perfecta".
-¿Se les pasó alguna vez por la mente todo el impacto que generarían?
-Jamás. El boom que se ha generado en el esquí náutico gracias a nosotros era absolutamente imposible de imaginar. La gente que hoy está en el esquí, la gran mayoría es por la familia Miranda. Y durante muchos años se conoció el esquí en Chile sólo gracias a nosotros. Pero lo bueno es que ahora hay muchos chicos de primer nivel que tienen cuerda para rato.
-Y en el plano personal, ¿hasta dónde te proyectabas?
-El Mundial Juvenil era mi meta desde chico. Y lo logré. Gané el Mundial juvenil, el sub 21, el universitario y después el adulto. Gané los mundiales en todas las categorías, gracias a que siempre me saqué la mugre entrenando con frío, lluvia, como fuera. Muchos me han dicho, 'ah, es que ustedes lo tenían todo', pero fue difícil.
-¿Y no lo tenían todo? Partiendo por la laguna en su propia casa.
-Mira, lo que tenía mi papá era fruto de su trabajo, nadie le regaló nada, de la misma manera que lo que hemos logrado nosotros en el esquí. Créeme que hay millones de personas que han tenido las mismas o más posibilidades que nosotros y no han conseguido nada. Una vez alguien me dijo 'ah, es que tú lo tienes todo, así es fácil'. Yo le dije, 'ok, yo te pago todo y tú haz lo mismo que yo, a ver cómo te va'. Hay que hacerlo. Yo mismo lo he pasado pésimo y estuve cerca del retiro.
Hablando de los momentos difíciles, recuerda que "entre el 2009 y 2010 estuve casi dos años parado producto de lesiones. Después, cuando me recuperé, no me salía nada. Llegué a pesar 95 kilos, no tenía ganas de entrenar, no me motivaba entrar al agua. Y antes del Mundial que gané el año pasado, fui al Máster de Estados Unidos, donde van los seis mejores del mundo, y saqué cero en salto... Cero. Fue la vergüenza más grande de mi vida. Me sentía cagón. Esa es la verdad".
-Pensando en 2015, ¿cuáles son las metas principales?
-Una de las cosas que me faltaba era ser primero del ranking. Había estado cerca, segundo, tercero; cuando me lesioné llegué a estar décimo, pero siempre mirando a lo más alto. Hasta que lo conseguí.
-¿Lo esperaba?
-En parte sí, porque el puntaje que logré a fines del año pasado era muy bueno, pero no sabía qué habían hecho mis rivales como para superarme. El ranking dura seis meses, así que tengo hasta junio del próximo año para buscar una marca que me permita mantenerme primero..
-¿Qué le falta por lograr?
-Quiero revalidar mi título del mundo en Italia, pero sobre todo ganar un oro en los Panamericanos de Toronto. Eso me quita el sueño.
-Sinceramente, ¿qué sería del esquí náutico en Chile sin los Miranda?
-Simple. Sin la familia Miranda sería un hobby , como cuando nosotros empezamos. Imagínate el orgullo que sentimos. Tenemos el récord de que en los Panamericanos de Brasil el equipo completo de Chile éramos los cuatro hermanos Miranda. Era el sueño de mi papá. Más encima, Toti y yo sacamos medalla, y Tiare y Francisco fueron finalistas. No fuimos a pasear.